El accesorio fetiche de una prima del Rey Felipe que se ha puesto de moda en París

Las diademas de terciopelo que lleva Cristina de Borbón-Dos Sicilias desde hace décadas ahora son tendencia en la Fashion Week parisina

Por Martín Bianchi

Gabrielle Chanel decía que la moda pasa y el estilo permanece. La frase de mademoiselle Coco puede sonar a cliché, pero las mujeres verdaderamente elegantes la repiten como un mantra. Cristina de Borbón-Dos Sicilias es un buen ejemplo. La hija del infante Carlos y de Ana de Francia, y prima de don Felipe, es fiel a su estilo y ha logrado convertir un sencillo accesorio como la diadema de terciopelo en una marca personal. 

La banda ha estado de moda y ha caído en desgracia en muchas ocasiones. Fue tendencia en los años 80 y regresó en los 2000 gracias a la serie de televisión Gossip Girl, pero luego volvió a desaparecer. Sin embargo, Cristina de Borbón-Dos Sicilias nunca se ha deshecho de las suyas. Máxima de Holanda tiene las pamelas XXL de Fabienne Delvigne; la Reina de Inglaterra, los bolsos de Launer y los guantes de Cornelia James; y la prima del Monarca, las diademas. Y las utiliza para cualquier ocasión: un concierto de Alejandro Sanz con doña Letizia, un funeral real, una tarde de compras con la infanta Cristina o una visita a una exposición dedicada a su antepasado el Rey Carlos III.

La diadema ha sido durante mucho tiempo un símbolo de riqueza y elegancia, siempre asociado a la realeza. Ahora, es el accesorio de la temporada. Lo será este otoño-invierno y, también, la próxima primavera-verano. La diseñadora Alessandra Rich lo ha confirmado en su último desfile en la Semana de la Moda de París. Top models e influencers como la alemana Caroline Daur o la rusa Lena Perminova desfilaron por la pasarela coronadas con bandas de terciopelo. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El año pasado, Karl Lagerfeld ya adelantó que la diadema sería tendencia. En la presentación de su colección otoño-invierno 2018 para Chanel, el “káiser” hizo que todas sus modelos desfilaran con bandas con incrustaciones de perlas y brillantes. Amante de la historia rusa, Lagerfeld quiso hacer un guiño al centenario de la Revolución y al “kokóshnil”, el tocado femenino tradicional de la Rusia zarista. 

Otras firmas han seguido los pasos de Chanel. Este año, Prada también se ha lanzado a esta moda, aunque Miuccia la ha reinterpretado, convirtiendo las diademas en mini sombreros pill-box forrados en satén “a lo Jackie Kennedy”. Dolce & Gabbana, Tom Ford, Miu Miu o Moncler también han presentado sus versiones de la banda: abultadas, bardot o zigzag.

Chrissy Teigen ha posado todo el verano con diademas. Con más de veinte millones de seguidores en Instagram, la mujer de John Legend convirtió el hashgtag “Headband of the day” (banda del día) en tendencia mundial. La duquesa de Cambridge lució una de Jane Taylor para el bautizo de su hijo pequeño, el príncipe Louis. Y supermodelos como Bella Hadid o Kendall Jenner no se separan de las suyas. 

Pero Cristina de Borbón-Dos Sicilias las lució mucho antes que todas ellas. Y lo seguirá haciendo cuando pasen de moda. Porque la moda pasa; el estilo, jamás.