Los Reyes de España llegaron el pasado domingo, a las 20:11 horas, en un día de suave brisa y cielo encapotado, al aeropuerto oficial de Sofía, con motivo de su visita a Bulgaria. Previamente, el Rey, que había estado pendiente durante el viaje de la suerte de Juan Carlos Ferrero en la final de Roland Garros no dejó escapar la oportunidad de felicitar al tenista valenciano, enviándole un telegrama desde el avión nada más conocer los resultados del torneo internacional donde se había proclamado campeón...
Un ramo de flores para la reina Don Juan Carlos y doña Sofía, acompañados la ministra de Asuntos Exteriores, Ana de Palacio, y el jefe de la Casa de S. M. El Rey, don Alberto Aza Arias, entre otros dignatarios, fueron recibidos a su llegada a la capital búlgara por el Primer Ministro, Simeón Sajonia Coburgo y la esposa de éste, Margarita Gómez Acebo -obsequió a la Reina de España con un precioso bouquet de flores-, así como por el cuerpo diplomático y la Guardia Real del país. Una bienvenida no oficial con la que, a pesar de la rapidez de los saludos, los Soberanos dejaron tras de sí y de sus abrazos una fuerte carga emotiva. Y es que, los Reyes de España y de Bulgaria son amigos desde hace décadas - una relación fomentada, también, por la íntima amistad que une a los hijos de ambos- y a buen seguro, nunca se hubieran imaginado poder ser anfitriones de los Reyes de España en Bulgaria, por mucho que se tratara de la segunda visita de éstos a Sofía.
Una visita en la que, al parecer, don Juan Carlos y doña Sofía se han quedado realmente sorprendidos por el desarrollo de este país (aspira a ser miembro activo de la Comunidad Europea en el año 2007) después de cuatro décadas de régimen comunista y doce años de transición.
Recibimiento oficial En la jornada del lunes, Sus Majestades los Reyes de España fueron recibidos, esta vez oficialmente, y con todos los honores, por el presidente de la República de Bulgaria, Gueorgui Parvanov, (acompañado de su esposa, Zorka Petrova Parvanova.) quien pasó revista a la Guardia Real búlgara en honor de don Juan Carlos y doña Sofía - el Rey saludó a la Guardia de Honor con la voz de Esdraveite Boinitsi ("Hola soldados")- antes de iniciar la ofrenda floral ante el Monumento al Soldado Desconocido. Posteriormente, y tras posar para los medios de la comunicación en la residencia del presidente de la República búlgara, el Rey y el mandatario mantuvieron un encuentro privado en el que hablaron sobre la importancia de la entrada en la Unión Europea de Bulgaria para la cuenta Mediterránea, así como para la estabilidad tanto de la región como del país.
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