Elisabeth de Bélgica (23) forma parte de la nueva generación de futuros monarcas europeos, y es inevitable que el foco mediático la siga. Cualquiera de sus movimientos es analizado al detalle, por lo que tampoco está exenta de rumores y noticias sobre su vida privada. Este pasado viernes, una imagen de ella junto a Jorge de Liechtenstein se hizo pública y viral, apuntando a un posible romance entre ambos royals. Pero ni romance ni real: la instantánea no es verídica.
La imagen tiene todo para correr como la pólvora por internet, desatando todo tipo de comentarios, pues en ella ambos están agarrados y sonrientes en lo que parece ser una playa griega. Jorge es el segundo hijo de los príncipes Aloïs y Sophie de Liechtenstein, y tercero en la línea de sucesión al trono, solo por detrás del propio Aloïs, que desde hace años es jefe de Estado en funciones, por lo que de ser verdad sería la unión de dos casas reinantes. Sin embargo, no se podía obviar la posibilidad de que fuese producto de la IA.
Mientras que la Casa Real belga avivaba de alguna manera los rumores al responder al periodista especializado en realeza Wim Dehanschutter, que no sabían si la imagen era real o no, pero que no comentan asuntos privados, la Casa Principesca ha querido zanjar la polémica confirmando al mismo periodista que es falsa. "La imagen [con la princesa heredera Elisabeth de Bélgica] no muestra a Su Alteza Real el príncipe Georg. Es una imagen falsa creada por IA", ha respondido el secretario privado del príncipe Alois, según Dehanschutter.
¿Por qué la noticia había emocionado a los acérrimos a la monarquía belga? A sus 26 años, el tercer hijo del príncipe Aloïs conoce a la princesa heredera desde la infancia, puesto que sus padres son amigos íntimos. Al igual que ella, cursó parte de sus estudios en el Reino Unido y, como ella, ahora vive al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, donde la princesa está estudiando un máster en la Universidad de Harvard. Por lo tanto, el contexto para que entre ellos hubiese surgido un acercamiento era de lo más propicio.
Elisabeth está en Estados Unidos para completar su formación, fundamental para su papel como futura reina. En el máster que, si todo va bien, completará en junio del año que viene, aprenderá a solucionar problemas y desarrollará competencias profesionales en ciencias económicas, ética, gestión financiera, negociación, diseño y ejecución de políticas, política, análisis cuantitativo e historia aplicada. Algunas de estas competencias ya las ha aplicado en sus primeras prácticas que ha realizado este verano en el think tank Bruegel, de Bruselas. Además, Elisabeth fue seleccionada para una beca Fulbright, el programa de intercambio educativo internacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos, una de las iniciativas más renombradas del mundo que funciona en más de 160 países.