No es frecuente que un Rey se someta a las preguntas directas de la ciudadanía, y mucho menos que lo haga a través de YouTube como ha hecho Felipe de los belgas. Han sido sus hijos Elizabeth, Gabriel, Emmanuel y Eléonore los que han organizado esta particular entrevista con motivo de su 65 cumpleaños. Sentado en el salón de los años 30 del palacio de Laeken frente a una tablet, el monarca se ha sincerado ante cuestiones tan personales como qué hace para desconectar, la última película con la que ha llorado, cuál ha sido el momento más feliz y el más triste de su vida o qué haría si no fuera rey
Felipe de los belgas, contestando en francés y neerlandés según el idioma de su interlocutor, ha contado que lo que más le gusta para evadirse es caminar con su esposa la reina Matilde. Tanto es así que la pareja real es habitual del Camino de Santiago, del que cada año suelen recorrer un tramo. Cuando está solo toca el piano. "Es lo que me permite viajar a otro mundo", ha dicho.
Otra forma de evasión, como no, es el cine, pero lo que ha sorprendido es que confesase ser de lágrima fácil, especialmente cuanto se trata de películas emotivas como la producción francesa Por todo lo alto, una película "absolutamente deliciosa que propuso ver mi mujer. Al final tenía una pequeña lágrima". La película que ha emocionado al Rey es del año pasado y trata sobre un director de orquesta internacional que descubre que es adoptado y tiene un hermano desconocido que toca el trombón en una banda de música. Les une el amor por la música y les separa el éxito, una injusticia que el protagonista trata de reparar.
También ha hablado sobre su afición por la pintura. Con cierto rubor, Felipe de los belgas ha mostrado un retrato de la reina Matilde mientras lee sentada en una silla. "Cuando veo a mi esposa así, me digo, tengo que inmortalizarla en un cuadro", ha contado. El monarca comparte talento con su hermana Delphine, la hija que tuvo Alberto II fuera del matrimonio, que se dedica profesionalmente al arte.
Sobre el día más feliz de su vida, Felipe de los belgas ha sido conservador en su respuesta: cuando se convirtió en Rey. No fue difícil tampoco señalar el más triste siendo soberano de un país que no hace mucho fue golpeado por el terrorismo. El 22 de marzo de 2016 Bruselas sufrió dos atentados terroristas que dejaron más de una treintena de víctimas mortales. Bélgica no olvida ese fatídico día y su rey tampoco.
Su responsabilidad como monarca es la espina dorsal de su vida, por eso una de las preguntas que más le ha costado responder es: ¿Qué haría si no fuese Rey? Finalmente, accedió a fantasear sobre qué haría si le despojaran durante un día de sus obligaciones contestando: "Me gustaría irme a un lugar donde no sea accesible". Eso sí, durante un tiempo, porque parece que algo le impide imaginarse una vida entera sin la corona.