Adriana Abascal no atraviesa su mejor momento. Tras meses de absoluta felicidad junto a Manuel Filiberto de Saboya, su relación, hasta ahora idílica, se encuentra en un punto de "stand by" que ella misma anunciaba a través de sus redes sociales. A primera hora de este jueves, la modelo, empresaria y creadora mexicana publicaba en sus redes sociales una foto con Manuel Filiberto de Saboya acompañada por un contundente mensaje que hacía saltar todas las alarmas: "Comparto, con el corazón encogido, que, como a veces debe ser, nuestro camino juntos ha llegado a su fin. Los próximos capítulos permanecen sin escribir, sostenidos suavemente entre lo que fue y lo que pueda venir". Sin embargo, minutos después, Adriana Abascal eliminaba la publicación. Puestos en contacto con su entorno, hemos podido saber, en primicia, que "la pareja atraviesa una crisis que no siente como una ruptura definitiva, más bien un momento de reflexión con el que se pueden sentir identificadas tantas parejas".
Según nos cuenta su entorno, "todo se ha debido a un momento de enojo, tristeza y tensión, emociones" que en ocasiones "se expresan de forma precipitada, adquiriendo un peso que no corresponde con la realidad". Lo que sienten, según su círculo, es que "hay posibilidades de arreglarlo y de reconciliación" y ven este mensaje como una anécdota de una persona que es muy pasional y sentimental.
Tal y como contó el propio príncipe, la pareja se había conocido en Francia: "Unos amigos en común nos presentaron. Una noche la invité a cenar a Fagnoli’s, en París, y conectamos enseguida. La vida sigue. Adriana y yo somos felices, nos vemos a menudo, aunque ella vive en Francia por trabajo y yo en Montecarlo. Pasamos el verano juntos. Se lleva bien con mi madre y, creo, también con mis hijas".
En esa misma entrevista con al Corriere della Sera, el nieto del último rey de Italia, deslizó porque los tiempos de este amor no estuvieron del todo claros y es que el príncipe nunca llegó a anunciar la separación de su primera mujer y madre de sus dos hijas, la actriz y modelo francesa, Clotilde Courau. "Porque no le incumbe a nadie. Somos personas reservadas. Hasta que decides empezar una nueva vida, no tienes la obligación de contárselo al público. Nos llevamos de maravilla", respondió el príncipe, "Al principio no fue fácil. Cometí el error de no contarle lo de Adriana enseguida, y se enteró por la prensa. Mea culpa. Aconsejo a quien lea esto que no cometa el mismo error que yo. Aunque ya estábamos separados, debería haberle informado antes", añade.
En los últimos meses, los viajes y las apariciones públicas de la pareja habían sido constantes, aunque, el príncipe quiso dejar claro que no había planes de vivir juntos. "Amo mi soledad. Después de días intensos, necesito desconectar, estar a solas y reflexionar. Luego regreso con la gente que amo. Tengo fe: puedo hablar con alguien, sin verlo, con Dios o con mi padre", comentó en su última entrevista mencionando a su padre, Víctor Manuel de Saboya, una figura polémica cuya vida llegó a su fin en febrero de 2024.








