Florencia volvió a convertirse en escenario de lujo y tradición con la gala solidaria de la Consulta de los Senadores del Reino, celebrada este sábado 15 de noviembre en el majestuoso Palazzo Borghese-Aldobrandini , un edificio del siglo XV, cuyo interior alberga importantes joyas artísticas y que anoche se convirtió en escenario de una velada inolvidable.
La cita reunió a dos parejas que encarnan la continuidad de dos dinastías históricas: Manuel Filiberto de Saboya, que acudió acompañado de su actual pareja, la diseñadora mexicana Adriana Abascal. Juntos se convirtieron en los anfitriones perfectos para el Gran Duque de Rusia, Jorge Romanov, y su esposa, la princesa Victoria Romanovna, reforzando la complicidad entre ambas familias, en una noche marcada por la elegancia y la solidaridad.
La velada, presidida por el príncipe Manuel Filiberto de Saboya y el presidente de la Consulta, Giovanni Duvina, tuvo un momento especialmente significativo: la princesa Victoria fue nombrada miembro honorífico de la institución, gesto que refuerza la relación entre la Casa Romanov y la de Saboya. Durante su discurso, el heredero de la Casa de Saboya, acompañado por Adriana Abascal —su actual pareja, cuya presencia empieza a ser habitual en sus apariciones públicas—, destacó la importancia de este nombramiento y recordó el legado histórico de la institución, creada en 1955 por el rey Humberto II durante su exilio en Portugal.
En redes sociales, Adriana Abascal quiso dejar constancia de la admiración y cariño que siente hacia la Gran Duquesa, tras recibir este nombramiento, y escribió este cariñoso mensaje: “@rebecca_victoria_romanoff Demonios, hermosa princesa y la persona más bella. Es un honor ser tu amiga”. Un gesto que refleja la complicidad entre ambas y la magnífica relación que mantienen.
Durante su intervención, Manuel Filiberto quiso subrayar el papel de la Consulta como guardiana de la memoria histórica y los valores del Risorgimento, afirmando: "En tiempos de grandes cambios, la Consulta dei Senatori del Regno no solo es un puente hacia nuestra historia, sino un faro que ilumina los principios de unidad, honor y servicio a la Nación que están inscritos en el ADN de la Casa de Saboya".
El glamour también estuvo presente durante toda la velada. Adriana Abascal deslumbró con un espectacular vestido de escote asimétrico, en color rosa empolvado, combinado con azul marino en el talle. Una arriesgada elección que acaparó todas las miradas. Por su parte, la princesa Victoria Romanovna apostó por la sobriedad del negro, una puesta siempre elegante, que combinó con unos guantes largos en color blanco. Este detalle le aportó un toque sofisticado a su look.
Las dos parejas no solo compartieron mesa, sino que también se sentaron juntas durante el acto previo a la cena, en un ambiente distendido que reforzó la complicidad entre ambas casas.
Su buena sintonía quedó reflejada no solo en las instantáneas tomadas durante la velada, sino también en las fotografías que tanto Adriana como la princesa Victoria Romanovna han compartido en sus redes sociales: imágenes en las que se les ve relajados, con atuendos informales, disfrutando de su estancia en Florencia, la ciudad cuna del gran Miguel Ángel.
Estas fotos, que transmiten cercanía y naturalidad, muestran a los protagonistas más allá del protocolo, reforzando la idea de que su relación trasciende lo institucional.
Los Romanov y su vínculo con Saboya
El pasado 13 de julio, los Grandes Duques de Rusia bautizaron a su segunda hija, Kira Leónida, en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú. Entre los padrinos de la pequeña estuvo el propio Manuel Filiberto de Saboya, junto al archiduque Maximiliano de Habsburgo. En aquella ocasión, Adriana Abascal también acompañó a su pareja, en lo que supuso su debut ‘royal’.
El bautizo reunió a la familia Romanov, con la presencia del primogénito de la pareja, el pequeño Alexander, y la Gran Duquesa María Vladimirovna. La elección de Manuel Filiberto como padrino refleja la complicidad entre ambas dinastías, que comparten la condición de casas reales históricas sin trono, pero con un papel simbólico en la sociedad internacional.
Los Grandes Duques de Rusia, Jorge Romanov y Victoria Romanovna, se casaron en octubre de 2021 en San Petersburgo, en la Catedral de San Isaac, en la primera boda imperial celebrada en suelo ruso en más de cien años. La pareja tiene dos hijos: el príncipe Alexander, nacido en 2022, y la pequeña Kira Leónida, quien nació el pasado mes de junio. Actualmente, residen en Moscú, donde desarrollan su vida familiar y representan de manera simbólica la continuidad de la dinastía Romanov.
Manuel Filiberto y Adriana, una relación cada vez más oficial
La presencia de Adriana junto al heredero de la Casa de Saboya en esta gala solidaria confirma la consolidación de su relación, que comenzó a principios de año en Gstaad (Suiza), cuando unos amigos en común los presentaron. Aunque no fue hasta mediados de 2025 cuando ¡HOLA! publicó en exclusiva el primer beso de la pareja. Desde entonces, su historia ha ido ganando protagonismo en actos públicos.
“Unos amigos en común nos presentaron. Una noche la invité a cenar a Fagnoli’s, en París, y conectamos enseguida. La vida sigue. Adriana y yo somos felices, nos vemos a menudo, aunque ella vive en Francia por trabajo y yo en Montecarlo. Pasamos el verano juntos. Se lleva bien con mi madre y, creo, también con mis hijas”, confesó Manuel Filiberto en declaraciones recientes.
Por su parte, Adriana también ha hablado como nunca de su relación en la revista mexicana Quién: “Nuestra relación funciona porque hemos encontrado un equilibrio perfecto: compartimos mucho, nuestras vidas se entrelazan y, al mismo tiempo, cada uno asume sus responsabilidades profesionales y personales. No hay dependencia; hay una decisión diaria de caminar juntos. Y eso es muy poderoso. Al final, la magia no reside en un título ni una corona, sino en lo que construimos cada día”, señaló recientemente la diseñadora, quien atraviesa un momento vital extraordinario junto al príncipe.
Lo cierto es que la pareja ya ha protagonizado apariciones oficiales que marcan un antes y un después en su relación. El pasado octubre, Adriana Abascal acompañó al pretendiente al trono italiano en la entrega de las Órdenes Dinásticas de la Casa de Saboya, una solemne ceremonia celebrada entre la basílica de San Juan de Letrán y el Panteón, que culminó con una gran cena de gala. Fue una ocasión perfecta para que Manuel Filiberto mostrara a la mexicana un poco más de su vida como aristócrata y para que ambos confirmaran, ante la mirada pública, que su historia avanza con paso firme.
No cabe duda de que la gala de Florencia no solo ha sido un evento solidario, también un escaparate de la complicidad entre dos parejas que encarnan la continuidad de sus respectivas casas. Manuel Filiberto y Adriana consolidan su relación en un entorno cada vez más oficial, mientras Jorge y Victoria Romanov refuerzan la presencia de su dinastía en Europa, demostrando que su legado sigue vivo y muy presente en la sociedad internacional.























