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El príncipe Simeón de Bulgaria nos cuenta lo más duro del campamento militar de los Boinas Verdes en Guadalajara


El hijo de la princesa Kalina y de Kitín Muñoz ha estado unos días recibiendo formación militar en Orea


Príncipe Simeón de Bulgaria
Beatriz CastrilloPeriodista especializada en Realeza
15 de septiembre de 2025 - 11:23 CEST

Simeón de Bulgaria se prepara ya para irse a China y vivir con los monjes Shaolines en su monasterio, el lugar de culto budista más conocido del mundo. Antes, el hijo de la princesa Kalina y de Kitín Muñoz cumplió con la que ya es una tradición desde hace tres años en su verano: acudir a un campamento militar en la provincia de Guadalajara. Hablamos con él sobre esta experiencia que le ha conquistado y sobre su inmediato futuro. 

Simeón de Bulgaria en el campamento don Pelayo © ©David Nivière

El campamento Don Pelayo, situado en Orea, un pequeño municipio de 195 habitantes de Guadalajara, “está dirigido por Boinas Verdes y militares de las FAES (Fuerzas de Acciones Especiales” nos cuenta el Príncipe, quien además desca que “es muy profesional y me gusta el ambiente”. En él, Simeón ha podido convivir con niños y jóvenes de entre 7 y 21 años y se ha enfrentado a actividades como socorrer a un compañero en apuros, hacer carreras por el bosque, conocer destrezas para saber orientarse, construir un refugio, arrastrarse por el agua o defenderse en caso de ataque. 

Simeón de Bulgaria en el campamento don Pelayo © ©David Nivière

A pesar de tener que levantarse entre las 7:30 horas y las 8:00 horas y del exigente nivel físico y mental de esta vivencia, lo más duro para el príncipe ha sido “la despedida”. Los lazos que se hacen en este campamento y el compañerismo que se genera hacen que lo más difícil sea el decir adiós a unos días inolvidables. 

Simeón de Bulgaria en el campamento don Pelayo © ©David Nivière

En Don Pelayo, el nieto de los reyes de Bulgaria no es Simeón, sino Matatoa, su nombre de cadete que lleva bordado en su chaqueta militar y que significa “guerrero en la lengua rapanui, de la isla de Pascua”, nos aclara. Lo cierto es que tiene madera de soldado y es algo que le viene de familia. Su abuelo paterno, Luis Muñoz Cebrián, capitán de Regulares y veterano de tres guerras, estuvo al frente de las tropas nómadas en África durante 23 años. Su bisabuelo, el coronel Antonio Muñoz Zuara, fue médico militar, director del Hospital Militar Central de la Defensa Gómez Ulla, de Madrid. Su tatarbuelo, Priamo Cebrián Yusti, comandante del Ejército y un reputado geógrafo, el primero en efectuar el enlace geodésico de los continentes europeo y africano. Completa la lista, su tío bisabuelo, Arturo Cebrián, general de división, ayudante de campo del rey Alfonso XIII y gobernador de La Coruña en zona de paz. Sobre si se plantea seguir los pasos de sus antepasados, un futuro militar como Boina Verde o alistarse en el Ejército español o búlgaro, el príncipe Simeón asegura que “las dos Operaciones Especiales de Bulgaria y España son muy buenas”.  

De Guadalajara este verano, el hijo de la princesa Kalina se fue a Villajoyosa (Alicante) para hacer un curso de buceo. “El comandante Boina Verde Terencio Pérez, buceador de combate, me dio el curso. Es parte de mi formación”, resalta este Príncipe que ha recibido su titulación de buceador 1 estrella, el primer nivel internacional expedido por la Federación Española de Actividades Subacuáticas. 

Príncipe Simeón de Bulgaria

Apasionado de los retos, tras su verano militar, el Príncipe va a ingresar en el Monasterio de los monjes Shaolines de China, fundado en el siglo V con 58.000 metros cuadrados. Allí será estudiante y deberá entrenar artes marciales  desde el amanecer hasta el anochecer. “Hago kung fu desde niño, después, en Bulgaria continué con taekwondo y lo afronto con parte de mi formación”, concluye.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.