Los Premios Princesa de Girona han visto crecer a la princesa Leonor. A lo largo de los años, estos galardones han sido una ocasión ideal para asistir a la evolución de la heredera al trono, tanto física como institucionalmente: desde la dulzura infantil de su debut con catorce años, a la seguridad, el aplomo y la confianza que ha demostrado esta tarde en el Gran Teatre del Liceu, en Barcelona. Un enclave de lo más especial que, según ella misma ha descrito en su discurso, le ha resultado del todo imponente.
Se trata de una responsabilidad que, desde hace años, la futura reina asume de forma conjunta con su hermana, la infanta Sofía. Ambas han compartido hoy el foco público junto a sus progenitores, don Felipe y doña Letizia, en una aparición completa de la Familia Real que se ha gestado nueve meses después de la última -el pasado mes de octubre, y en el marco de los Premios Princesa de Asturias-.
Con un traje de chaqueta y pantalón oscuro, la princesa Leonor ha comenzado su discurso hablando en catalán, como acostumbra, y rindiendo homenaje a una de las figuras literarias más notorias del panorama lingüístico catalán: Eduardo Mendoza, autor de novelas como La ciudad de los prodigios (1986), gran soñador de la ciudad condal y ganador del Premio Princesa de Asturias de Las Letras en 2025. En su emotiva intervención, Leonor ha hecho un guiño a las lecturas del escritor que le están acompañando este verano a la espera de recibir al propio autor en la ceremonia de entrega de los galardones, que tendrá lugar en Oviedo el próximo mes de octubre. A continuación, reproducimos el discurso íntegro:
Transcripción del discurso de Leonor en los Princesa de Girona 2025
President, alcalde, consellers, autoritats, amics i amigues que avui heu volgut compartir aquesta trobada: gràcies per la vostra presència, per fer possible que estiguem avui units en aquest Gran Teatre del Liceu. He d’admetre que m’imposa estar aquí, en aquest“santuari de les arts”, que és el que podem llegir en una de les parets del Saló dels Miralls. Aquest teatre és símbol i identitat de Barcelona, ciutat mendociana de prodigis a la qual m’estic apropant amb lectures estivals per rebre a Oviedo al català il·lustre que és Eduardo Mendoza.
Hace unas semanas se ha representado aquí la ópera Rusalka de Dvorák y estuve viendo unas imágenes del escenario justo cuando caía el telón. Todos los que acababan de participar en la representación, ya sin los ojos de los espectadores encima, se abrazaban entusiasmados por la emoción y el esfuerzo colectivos tras ofrecer la excelencia del arte, en este caso expresado en una ópera. Ese es el entusiasmo que veo en la vida y obra de nuestros premiados, la energía impresionante de seis mujeres y hombres a quienes acabamos de escuchar.
Manuel, un arquitecto que se atreve a pensar de un modo diferente, entusiasmado porque, aunque asume que vivimos en crisis e incertidumbres constantes, este es el mejor momento para ser joven y conjugar arquitectura y sostenibilidad.
Valentina, emprendedora colombiana que se enfrentó a muchos noes, pero no perdió el entusiasmo para que mujeres vulnerables tengan acceso a prevención en salud gracias a su dispositivo para la detección precoz de cáncer de mama.
Andreu, el ingeniero que llegó a pensar, ¡ya le habéis oído!, que era tonto y transformó su frustración en energía entusiasta para crear un sistema de aprendizaje de matemáticas que ayuda a miles de alumnos en todo el mundo.
Toni, otro ingeniero al que se le enciende la mirada cuando habla de transición energética y nos contagia su entusiasmo ante el reto del almacenamiento a gran escala de energías renovables.
Gabriela, neurocientífica entusiasmada por una convicción: todas las personas merecen una atención en salud digna. Y por eso creó una plataforma que ayuda a millones de guatemaltecos.
Y Pablo, que se niega a que bebés prematuros en muchas partes del mundo no tengan garantizadas las condiciones básicas para salir adelante. Y que, como ingeniero, decidió que una vida de servicio a los demás era lo que le llenaba. Impresiona su entusiasmo al explicar cómo funcionan sus incubadoras de bajo coste.
Els sis abordeu la complexitat del món i la transformeu en solucions clares, accessibles i eficaces. Els sis us heu anticipat als desafiaments i heu treballat a llarg termini en un món on tot és urgent. Els sis heu escollit el camí difícil, el del compromís, el propòsit, la consciència del que està bé, del que cal fer. Us dono les gràcies als sis per enlluernar-nos amb la vostra determinació i paciència per tirar endavant i perseverar, i posar tant de talent al servei de la societat.
I agraeixo també als patrons el seu suport perquè la Fundació Princesa de Girona, amb la feina de tot el seu gran equip, sigui còmplice i impulsora de la manera que tenen els nostres premiats de mirar el món: una mirada que no busca dreceres i que es construeix sovint en silenci i amb convicció, amb l’ètica de la feina ben feta i la cerca del bé comú, amb l’entusiasme per aconseguir millorar la vida de les persones. Gràcies.