El rey Alberto de Bélgica, de 91 años, ha sido operado con éxito tras ser diagnosticado de cáncer de piel hace más de una década. La intervención, que tuvo lugar en el hospital universitario de Gante, se realizó para tratar una nueva lesión detectada recientemente en su piel y s la sexta a la que el monarca se somete. Según fuentes cercanas a la Casa Real, la operación transcurrió sin complicaciones y se encuentra en proceso de recuperación.
Hace unos días, los medios belgas especulaban con la posibilidad de que el monarca emérito hubiera vuelto a pasar por el quirófano tras su última aparición pública en la Embajada de Italia, donde se le vio con una enorme marca en el rostro. Alberto se convirtió en el foco de las miradas al acudir a la recepción en honor a su mujer, la reina Paola, con una enorme cicatriz entre el labio y la nariz. Ahora, la Casa Real belga ha querido tranquilizar a los ciudadanos, afirmando que la salud del monarca está siendo cuidadosamente vigilada y que su estado es estable. Según han explicado, se ha tratado de una operación con carácter preventivo, aunque no se ha señalado la fecha en la que se realizó.
El diagnóstico de cáncer de piel es cada vez más común, sobre todo en personas mayores que han estado expuestas al sol durante su vida si protección. La primera vez que le diagnosticaron cáncer de piel a Alberto de Bélgica fue en 2011. Con esta última intervención son seis ocasiones las que ha tenido que ser intervenido de diferentes lesiones cancerígenas. Lo mismo le ocurrió al rey Juan Carlos en 2019, cuando fue intervenido de un carcinoma basocelular en una mejilla, el tumor cutáneo más frecuente.
Alberto de Bélgica, que cumplió 91 años el pasado 6 de junio, abdicó en 2013 en favor de su hijo, el rey Felipe, pero ha continuado desempeñando un papel activo en la vida pública en los últimos años, aunque con menor frecuencia debido, sobre todo, a sus problemas de salud.
Por el momento, no se han dado detalles adicionales sobre la naturaleza exacta del cáncer, pero se espera que Alberto de Bélgica continúe un proceso de seguimiento para asegurarse de que no haya más complicaciones. La familia real y los ciudadanos belgas expresan su apoyo al monarca, quien ha sido una figura querida y respetada a lo largo de los años.