Desde el salón de su casa en París, Farah Diba, la última emperatriz de Irán, cierra unos días de intensa emoción familiar. Con 86 años, sienta en su regazo a su nieta Noor, que además es la que más sigue sus pasos. La familia del último Sha de Persia se ha reunido en la capital francesa para la boda religiosa de Iman, otra de sus nietas, que después de su discreta ceremonia civil en Nueva York el pasado mayo, eligió la ciudad en la que reside su abuela de forma parcial para una gran celebración que ha desplazado a amigos y familiares de los novios desde los Estados Unidos y que ha tenido un sinfín de referencias a la cultura iraní. Gracias a las fotos de Noor Pahlavi se ve cómo disfrutó la familia cuando se apagaron los focos y se terminó la fiesta. 

© Iman Pahlavi

De la espectacular boda que ha celebrado Iman Pahlavi, hija del príncipe heredero Reza, sin duda lo más comentado a nivel global es la reaparición de Farah Diba, para reafirmarse como eterna musa de la elegancia y dueña de una vida repleta de giros. Solo un año después de que triunfara la Revolución Islámica de 1979 y la familia Pahlavi tuviera que abandonar el país, su marido, el Sha de Persia, falleció. Esta solo sería la primera de tragedias que irían llegando a su vida, entre ellas la muerte de dos de sus cuatro hijos. A su edad lleva una vida entre Estados Unidos y Francia, permanece activa como apoyo para la ciudadanía iraní, es sin duda la cara más reconocible de su dinastía, está involucrada en numerosas causas sociales, pero quizá la parte más activa ya la ha dejado en manos de su hijo mayor,  el príncipe heredero, Reza Pahlavi

© Noor Pahlavi

Dentro de la tragedia que arrastra su estirpe, desde que perdieron el poder con el proceso de movilizaciones que desembocó en el derrocamiento de la dinastía Pahlavi y en la deposición del Sha de Persia, que tenía el apoyo de Reino Unido y Estados Unidos, se puede decir que el antiguo heredero imperial ha sido un hombre afortunado. Tras un largo periplo, la familia se instaló en Estados Unidos, él se formó con la Fuerza Aérea y luego ingresó en la Universidad de California del Sur para estudiar Ciencias Políticas. En los últimos años, el príncipe heredero Reza ha intensificado su campaña para convertirse en una figura clave en la oposición al régimen iraní y disfruta de una vida familia plena con  su mujer, Yasmine, una abogada también de origen iraní proveniente de ese éxodo de la década de los setenta, con la que tuvo a sus hijas, Noor, Iman y Farah.

Las tres hijas del príncipe heredero son la nueva generación de la dinastía Pahlavi, una familia muy unida, pero que fue menguando a lo largo de los años. De los cuatro hijos que tuvo el matrimonio (el tercero para él) formado por el Sha de Persia y Farah Diba, dos de ellos, Ali (1966-2011) y Leila (1970-2001), encontraron la muerte en trágicas circunstancias. Quedaron los dos mayores, Reza (1960) el ansiado heredero que ahora ha llevado a su hija al altar, y Farahnaz (1963), que hace años que apostó por una vida alejada del foco mediático, pero que sigue muy cerca de los suyos y hace esporádicas apariciones en las redes sociales de su familia. 

© Noor Pahlavi

Ahora, con la boda de Iman y Bradley Sherman, un inversionista nacido en Washington con el que se comprometió en las Bahamas en otra de las grandes y lujosas reuniones familiares de los Pahlavi, se perfilan como la continuidad de la dinastía. De las tres hermanas, Noor, la mayor es de momento la más activa en cuanto a la vida política, social y humanitaria del Irán del exilio, con sus propias iniciativas, acompañando a su abuela, llegando a ir con ella incluso al Senado Francés a exponer la situación de la mujer iraní, y también al lado de su padre.