El Gran Premio de Mónaco no es solo una de las carreras más icónicas de la Fórmula 1, sino también un evento social de primer nivel que el principado aprovecha como escaparate y reclamo mundial entre las grandes fortunas y para la que Alberto II cuenta con el apoyo y colaboración de prácticamente toda su familia, sobre todo las nuevas generaciones, los que más miden sus apariciones. El día más importante, cuando se disputa la carrera principal en una pista que es extremadamente difícil por su trazado urbano, es el favorito también para la realeza de Mónaco y en ese contexto se pudo ver el encuentro entre las nuevas generaciones de Grimaldi, Casiraghi y Ducruet, entre ellos Alexandre Grimaldi, el hijo que el soberano tuvo ocho años antes de casarse con la princesa Charlene.
Tanto Alexandre como su madre, Nicole Coste, son rostros habituales de la vida social de Mónaco, sin embargo, siempre han sido discretos y no suelen abundar las imágenes de sus encuentros con el resto de la familia Grimaldi. El Gran Premio de Fórmula 1 ha sido el momento en el que el joven de 21 años y estudiante de Dirección y Gestión de Empresas fue captado disfrutando del evento deportivo con sus primos Ducruet, los hijos de la princesa Estefanía, que además hay que recordar que es su madrina y una de las personas que ha fomentado que Alexandre sea uno más de la nueva generación.
Pauline Ducruet, Louis Ducruet y su mujer, Marie, y Camille Gottlieb disfrutaron del evento exclusivo junto a Alexandre Grimaldi, que a su vez coincidieron con el grupo en el que estaban los hermanos Casiraghi, Carlota y Andrea, este con su mujer, Tatiana Santo Domingo y los hijos de ambos. Así las cámaras captaron el espontáneo encuentro entre primos y los besos entre Pauline Ducruet, Alexandre Grimaldi y Carlota Casiraghi.
Hay que recordar que la existencia de Alexandre Grimaldi salió a la luz cuando el pequeño, fruto de la relación sentimental de su madre con el entonces príncipe heredero, tenía dos años, en el año 2005. Coincidió con un momento especialmente delicado para la familia Grimaldi por la avanzada edad del príncipe Raniero y su delicado estado anímico y de salud, el príncipe nunca se recuperó de la muerte de su mujer, la princesa Grace, y también sufrió mucho la muerte de Stefano Casiraghi, especialmente por el dolor que esto generó en la princesa Carolina y en sus tres hijos, todavía muy pequeños.
Sin embargo, de forma paralela, Alexander, que se crio con su madre y los dos hijos mayores que ella ya tenía, siempre contó con la presencia y el apoyo de su padre, que una vez que asumió la jefatura del Estado de Mónaco y tomó las riendas de su casa, no tuvo problema en empezar a formar parte, también de un modo público, en la vida de Alexandre y de Jazmin Grace, su hija mayor. "Jazmin Grace es mi hermana mayor y la quiero igual que adoro a mis dos hermanos mayores por parte de madre. Nos llevamos todos muy bien", contó Alexandre en su última entrevista, en la que también afirmó ser un chico con suerte por tener unos padres "comprensivos y cariñosos".