La aristocracia europea se reúne para celebrar la boda del tataranieto del último emperador de Alemania

Representantes de varias casas reales europeas han asistido al enlace entre Jorge Federico de Prusia y la princesa Sofía de Isenburg

Por hola.com
Ha sido la boda del año en Alemania. Considerados como los 'Guillermo y Kate' germanos, Jorge Federico de Prusia, de 36 años, y la princesa Sofía de Isenburg, de 33, se han dado hoy el 'sí quiero' en una ceremonia a la que han asistido unos 700 invitados, entre los que se encontraban muchos representantes de las casas reales europeas, y miles de curiosos que no han querido perderse la boda de este 'soltero de oro', tataranieto del último Káiser alemán.

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La ceremonia se ha celebrado en la Iglesia neorrománica de la Paz de Potsdam, junto a Berlín, y ha sido oficiada por el Pastor evangélico Michael Wohlrab y por el abad Gregor Graf Henckel von Donnersmarck (un dato curioso, se trata del tío de Florian Henckel von Donnersmarck, director de cine y ganador de un Oscar por la película La vida de los otros) ya que los contrayentes profesan dos religiones diferentes: él es luterano y ella, católica.

La pareja, que se conoce desde la infancia, ha elegido un lugar de tradición familiar junto al palacio de Sanssouci, residencia de verano de los monarcas prusianos, en cuyos jardines reposan los restos de su antepasado Federico el Grande de Prusia y, también, los animales de la familia, como sus perros y caballos. El tatarabuelo del novio, Guillermo II, abdicó en 1918 convirtiéndose en el último Káiser alemán y dando paso a una República.

La novia, que llegó en un Rolls Royce acompañada por su padre, el príncipe Franz Alexander de Isenburg, llevó un vestido de corte tradicional elaborado con tul y seda y diseñado por el modisto alemán Wolfgang Joop, que también asistió al enlace, y una tiara con detalles florales que adornaba un recogido bajo del que salía el velo, ambos pertenecientes a la familia de la novia. Él optó por un frac y chistera. El dress code para los invitados era traje corto y sombrero o tocado para las damas.

Los anillos que se utilizaron en la ceremonia son los mismos que pertenecieron a los padres del novio y, como regalo, la pareja recibió una rama de olivo y un pergamino con los votos matrimoniales, todo traído de Jerusalén. Tras la ceremonia religiosa, los recién casados recorrieron la distancia que les separaba del edificio donde tuvo lugar la recepción posterior en una carroza descubierta, algo que los miles de curiosos que se agolpaban a las afueras de la iglesia recibieron con mucha alegría.



Entre los asistentes, representantes de la nobleza europa como Carlos de Borbón y Dos Sicilias, acompañado de su mujer, Camilla Crocian ; Jaime Bernardo de Borbón-Parma y su hermana, María Carolina Cristina, hijos de la princesa Irene de Holanda y el príncipe Carlos Hugo; Dom Duarte, duque de Braganza; Lord y Lady Nicholas Windsor; los príncipes de Rumanía, Margarita y Radu; el príncipe Laurent de Bélgica; Leopoldo y Uschi, duques de Baviera;  George, Eilika y Gabriela de la Casa Real de Habsburgo, que vestían de negro en señal de luto por la muerte hace casi dos meses de Otto de Habsburgo; Marie-Carolin y Philipp, duques de Wuerttemberg; la princesa Elisabeth y su marido Daniel Terberger; entre otros.


A pesar del alto perfil de boda, dicen los que les conocen que los recién casados tienen los pies en la tierra. Ambos estudiaron negocios en la universidad y ahora trabajan en empresas en Berlín y Rostock, al noreste de Alemania. Además, Jorge Federico es amante de la lengua española y un apasionado de Latinoamérica, ya que durante sus estudios vivió seis meses en Ecuador, y en la actualidad dedica una gran parte de su tiempo a la Fundación Prusiana que creó su abuela, la princesa Kira, hace medio siglo y que se encarga de financiar las vacaciones de niños necesitados en el castillo de los Hohenzollern.


Celebraciones previas
Tras el enlace, la fiesta ha dado paso a una cena de gala en la Orangerie de Sanssouci a la que asistirá un círculo aún mas reducido de unos 370 íntimos de la pareja, que este jueves se casó por lo civil en Potsdam, que limita al suroeste con Berlín, en una ceremonia que duró 30 minutos y que fue oficiada por el alcalde de la ciudad, Jann Jakobs.

Pero esta fiesta no es la única que ha tenido lugar con motivo de la boda. Tras la ceremonia civil del pasado jueves, la pareja plantó un árbol como recuerdo y, más tarde, celebró una despedida de solteros de carácter íntimo a la que asistieron parte de los invitados a la boda. Además, el viernes por la noche, los novios invitaron a unas 700 personas a un concierto benéfico para colaborar con la fundación de la princesa Kira, abuela del príncipe Jorge Felipe. Los espectadores fueron testigos de un viaje musical a través de la historia de 950 años de la casa de Hohenzollern, con piezas que fueron originalmente escritas para la corte.