El doctor Moreno afirma que gran parte de los triturados para lactantes no llevan azúcares añadidos (es decir, que se le ha añadido al alimento en el momento de su producción, preparación o consumo), “aunque sí azúcares libres”, que se encuentran, por ejemplo, en los zumos de frutas. Cabe recordar que las frutas tienen un azúcar intrínseco, que no es perjudicial, pero cuando se toman en forma de zumo sí presentan este azúcar libre porque la pieza no está íntegra y no mantiene, por tanto, su matriz alimentaria.
Además, ”hay preparados para lactantes (los potitos o los cereales que no llevan azúcares libres)”, detalla.
Lógicamente, lo ideal es que se puedan preparar los alimentos de los niños en casa. Sin embargo, el médico es consciente de que, dado el ajetreado ritmo de vida actual, puede resultar un poco complicado, y es normal que la mayoría de padres recurran a productos preparados que, advierte, ”no necesariamente tienen que ser de una peor calidad nutricional”.
Aun así, aconseja a los padres que presten atención a su composición, sin caer en el alarmismo. Y es que, tal y como nos Diana Oliver, algunos dietistas-nutricionistas como Julio Basulto, o el pediatra Carlos Casabona han denunciado en alguna ocasión que los productos específicos para bebés y niños tienen un alto nivel de azúcares añadidos (hasta por encima del 20%). De ahí que se incida en que, antes de comprar el producto, se revise la etiqueta: si contiene azúcares añadidos, lo mejor es que no entre en la cesta.
Aun con todo, José Manuel Moreno insiste en que ”sobre todo lo que importa es la adquisición de hábitos o patrones alimentarios saludables, haciendo que comer sea un acto placentero, hecho en familia, para los más pequeños”.