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Infancia

El drama de los niños que sufren violencia en España: una realidad oculta de la que es preciso hablar


El 70 por ciento de los niños y niñas en riesgo menores de 10 años a los que atiende la Fundación ANAR sufre algún tipo de violencia


Niña triste© Getty Images
4 de diciembre de 2025 - 16:28 CET

Son casi 60.000 los niños y adolescentes que han recibido ayuda del Teléfono/Chat ANAR de la Familia y los Centros Escolares entre 2019 y 2024. En concreto, 59.616 menores de edad, de los cuales 16.865 han precisado de una intervención de emergencia por parte de ANAR por encontrarse en una situación de extrema gravedad, tal y como se constata en el estudio Escuchando a la infancia desde la voz adulta (2019-2024), presentado hace unos días por esta fundación.

Y lo que más llama la atención es que el 70% de las consultas al Teléfono/Chat ANAR en referencia a niños menores de 10 años denunciaban algún tipo de violencia hacia el menor. “Sobre todo han sido situaciones de violencia intrafamiliar que ha detectado el adulto de su entorno que nos llama: situaciones de maltrato físico, maltrato psicológico, negligencia, abandono, alguna agresión sexual que se estuviera produciendo, violencia de género en el entorno de los menores de edad y acoso escolar o ciberbullying y agresiones a familiares”, nos indica Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR. “El porcentaje más alto es violencias intrafamiliares (como negligencias y abandonos) y agresiones sexuales, que sobre todo se dan dentro del contexto intrafamiliar. Esas son el 70% de las consultas de un adulto preocupado por un menor de edad de 0 a 10 años”.

Hay cierta sintomatología, a veces cambios de comportamiento en el menor de edad, con un comportamiento o un estado anímico más alterado, para los que hay que pedir asesoramiento psicológico porque si no, podemos llegar a normalizar problemas emocionales de las primeras etapas.

Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR

Díaz pone énfasis en que se trata de niños que, por su edad, son mucho más vulnerables, por lo que es imprescindible prestarles la asistencia que precisan lo antes posible. “También hay problemas de salud mental en esas primeras etapas” de la vida de un niño; sin embargo, solo el 6,3% de las consultas eran en relación a un problema de este tipo. El motivo es que “el adulto o la adulta no percibe tan claramente un problema de salud mental en esas primeras etapas, cuando es fundamental”, expone la directora de las Líneas de Ayuda ANAR. 

“Ahí nosotros llamamos a entender que hay cierta sintomatología, a veces cambios de comportamiento en el menor de edad, con un comportamiento o un estado anímico más alterado, para los que hay que pedir asesoramiento psicológico porque si no, podemos llegar a normalizar problemas emocionales de las primeras etapas”.

Niño triste © Getty Images

¿Cómo ayudar a niños menores de 10 años que sufren algún tipo de violencia?

“Los menores de 10 años son el grupo más especialmente vulnerable, por ello, es importante reforzar la detección temprana, la respuesta multidisciplinar y el acceso a recursos terapéuticos y jurídicos, así como fortalecer los apoyos a familias monoparentales y los mecanismos de prevención de la violencia en la primera infancia”, señala Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación ANAR.

“Cuando nos llaman al teléfono para familias y centros escolares (que es el 600-50 51 52), lo primero que hacemos es una exploración muy en profundidad de la situación que tiene el menor de edad, tenemos que saber muy bien qué circunstancias está viviendo ese menor de edad y toda la información que nos pueda contar el adulto es muy valiosa”, señala Diana Díaz.

Con una sospecha ya es suficiente para decidir llamar y, sobre todo, como hemos enfatizado, en las primeras etapas es clave porque el niño o la niña no puede salir de la situación por sí solo; necesita la ayuda de un adulto del entorno.

Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR

"Es un protocolo muy largo de exploración que hace nuestro equipo experto de psicólogos y psicólogas especializados en temas de infancia (que van a recibir una formación de más de 400 horas para estar al frente de esas llamadas) y que además van a estar asesorados en todo momento por un equipo de abogados y trabajadores sociales para poder facilitar la mejor orientación posible”.

“Vamos a valorar la urgencia, el riesgo, la gravedad y, en función de eso, nos vamos a marcar el plan de acción, es decir, la orientación que le tenemos que dar a nivel psicológico, jurídico y social a la persona adulta que nos llama”.

Además de todo eso, cuando los expertos de ANAR detectan que se trata de una situación de emergencia que no puede resolver el entorno familiar, derivan recursos y profesionales para valorar la situación. “En el momento en que nosotros identificamos que hay una situación de alto riesgo y no hay un adulto protector, tratamos de derivar e intervenir inmediatamente. Lo llamamos intervención inmediata con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o los equipos de emergencia”, añade Díaz. “También trabajamos en red con todos los organismos competentes en la protección del menor de edad”.

Y lo preocupante de eso es la enorme cantidad de llamadas de emergencia que reciben: entre unas 18 y unas 20 llamadas diarias de media que requieren de la intervención inmediata y urgente de ANAR para proteger a un menor de edad. “Actualmente es una situación mucho más grave que en años anteriores”.

Pero no todas las llamadas van asociadas, afortunadamente, a un nivel tan alto de riesgo que requiera de una intervención de urgencia. La directora de las Líneas de Ayuda ANAR nos explica que tienen un segundo nivel de intervención, con la que asesoran al adulto que ha llamado acerca del profesional o la entidad a los que debería acudir con el menor. “Si vemos que manifiesta una sintomatología que puede suponer un problema, por supuesto, que el menor de edad reciba toda la atención psicológica necesaria; podemos hablar de cualquier problemática de infancia y el profesional que necesite”.

Esta primera asistencia por parte de ANAR es tan importante que consiguen evitar suicidios en menores de edad. “Atendimos 5.153 peticiones de ayuda por conducta suicida en el año 2024. Bueno, pues en 1.124 llamadas el intento de suicidio ya estaba iniciado y gracias a la ayuda que prestaron las líneas de ayuda de ANAR, la situación se revirtió y no se produjo ese desenlace”, nos cuenta con satisfacción Diana.

Por eso es tan importante estar pendiente, pues con una simple llamada se pone en marcha todo un sistema orientado a proteger al niño o al adolescente. “Con una sospecha ya es suficiente para decidir llamar y, sobre todo, como hemos enfatizado, en las primeras etapas es clave porque el niño o la niña no puede salir de la situación por sí solo; necesita la ayuda de un adulto del entorno”.

Hay personas que han atravesado situaciones muy similares que han acudido en este caso a las Líneas de Ayuda de la Fundación ANAR y que se encuentran actualmente en una situación mucho más favorable.

Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR

Al niño más mayor, al adolescente, que ya tiene la capacidad de llamar por sí mismos, Diana Díaz le diría que no está solo, “que existen profesionales como son los profesionales de la Línea de Ayuda a ANAR, que estamos 24 horas a su disposición, que muchas veces los problemas que tenemos en el día a día tienen solución, pero hay que saber dónde buscarla. Nosotros, desde aquí, con todo el respeto de su ritmo, de su tiempo, de lo que necesite, del tiempo que necesite, podemos valorar muy bien con él o con ella qué le preocupa o cuáles son sus problemas para poder trazar un plan de ayuda personalizado”.

Y subraya que las situaciones normalmente se resuelven. “Tienen que saber que hay personas que han atravesado situaciones muy similares que han acudido en este caso a las Líneas de Ayuda de la Fundación ANAR y que se encuentran actualmente en una situación mucho más favorable”.

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