La hiperactividad y la impulsividad que muchos niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e impulsividad) se traduce, en ocasiones, en problemas de comportamiento. Si bien es fundamental que estos niños reciban la ayuda psicológica que precisan, un gran aliado en casa (y sin sustituir al apoyo profesional psicológico) son los juegos de mesa. Así se desprende un reciente estudio publicado por Game in Lab, programa creado conjuntamente por la distribuidora de juegos de mesa asmodee.
¿Cómo consiguen los juegos de mesa que los niños con TDAH reduzcan los problemas de comportamiento que puedan tener? Lo explica Jorge Moya-Higueras, profesor titular de Neuropsicología en el Departamento de Pedagogía y Psicología de la Universidad de Lleida e investigador principal del equipo de investigación NeuroPGA (Neuropsicología, Genes y Entorno).
Los juegos de mesa ayudan definitivamente al desarrollo cognitivo
Según el reciente estudio de Game in Lab, los juegos de mesa reducen un 34% los problemas de comportamiento en niños con déficit de atención. ¿Cómo lo consiguen?
Por lo que sabemos, existirían tres beneficios básicos por los que los niños y niñas con TDAH reducen los problemas de conducta. Por un lado, en nuestros estudios y en los de otros equipos de investigación internacionales, se encuentra que jugar a juegos de mesa estimula nuestros procesos cognitivos. Un proceso que tienen especialmente deteriorado las personas con TDAH es la inhibición conductual, por lo que les es más difícil frenar el impulso de hacer algo. También parecen tener más dificultades en la memoria de trabajo y en la memoria a corto plazo. Pues bien, los juegos de mesa, especialmente en este tipo de personas, parecen mejorar la memoria a corto plazo y, de forma secundario, la inhibición conductual.
Por otro lado, el juego de mesa es social. Aunque existen juegos de mesa que permiten jugar en solitario, la mayoría de las personas juega a juegos de mesa para socializarse. En nuestra investigación, los grupos de juego consistían en 4 niños y niñas con TDAH jugando juntos. Todos los juegos que aplicamos eran competitivos. Cuando ganas, debes saber ganar, y cuando pierdes, debes saber perder. Esto implica una autorregulación y una regulación entre iguales elevadas.
En tercer lugar, los juegos de mesa están regulados por normas que determinan lo que se puede y lo que no se puede hacer. A menos que se juegue a La polilla tramposa o a otros juegos en los que es incluso necesario hacer trampas para ganar, jugar a juegos de mesa implica hacer caso a las normas del juego. Por ello, el simple hecho de seguir las normas de los juegos de mesa ya implica una regulación extra.
Finalmente, aunque no estaría tan directamente relacionado, los juegos de mesa son analógicos. Con esto queremos decir que no media ninguna pantalla para poder jugar, por lo que estamos evitando todos los efectos nocivos de las pantallas.
¿Vale cualquier juego o debe este cumplir una serie de características?
Aunque en nuestra investigación no pusimos a prueba esta pregunta, integrando los resultados de numerosas investigaciones podemos acercarnos a contestarla. Como hemos dicho anteriormente, los juegos deben ser de reglas para ayudar más a la autorregulación. Los niños y niñas pueden ejercer el juego libre, pero no sería tan adecuado.
Además, el juego de mesa debe tener un bajo componente de azar. Esto hace que la resolución del juego, el hacerlo mejor o peor, dependa de los procesos cognitivos que deben activar los jugadores y las jugadoras para intentar ganar.
Nosotros creemos que los juegos de mesa modernos (creados a partir de 1950, con una filosofía de diseño que une mecánica, estética y narratividad) son especialmente buenos. Una de las razones es porque durante los últimos 70 años se han inventado muchas mecánicas de juego que provocan que, cuando jugamos, tengamos que activar procesos cognitivos diferentes y más variados de lo que pasa cuando jugamos a juegos tradicionales. Con esto no queremos decir que juegos tradicionales, como el ajedrez, no sean adecuados. Sino que la diversidad de mecánicas que poseen los juegos modernos, son más adecuadas para un ejercicio integral de nuestra mente. Por no hablar de la carga estética que tienen los juegos de mesa modernos. Una estética atractiva para un niño o una niña hará que quiera jugar al juego una primera vez, y si luego la experiencia de juego es satisfactoria, querrá repetir.
¿Cómo puede una familia elegir el juego adecuado para su hijo con este fin?
La industria de juegos de mesa modernos es tan amplia que es difícil para una persona sin conocimientos previos poder elegir de la manera más adecuada. Por ejemplo, hay juegos de mesa que en la caja se indica que lo pueden jugar niños de 10 años en adelante. Pero esta información es en algunos casos opaca, por no decir incorrecta. Existen juegos de 10 años en adelante con una dificultad media. Si un niño de 10 años que no ha jugado a otros juegos de mesa modernos de menor dificultad, es muy probable que la experiencia de juego sea muy insatisfactoria. Esto llevaría que ese niño rechace jugar, ya no a ese juego en concreto, sino a muchos otros. Por tanto, realizar una buena transición de juegos de menor dificultad a juegos de mayor dificultad es importante.
Pero contestando directamente a la pregunta, según nuestra experiencia, lo mejor es dirigirse a una tienda física de proximidad especializada en juegos de mesa modernos y pedir consejo. Habitualmente, las personas que están trabajando son apasionadas de este tipo de juegos, han jugado mucho y con poca información pueden hacerse una idea tanto del momento lúdico en el que se encuentra la persona como el juego más adecuado según sus características.
Además de los problemas de comportamiento, ¿pueden favorecer también la atención en estos niños?
La evidencia científica nos dice que los juegos de mesa modernos no solo ayudan a mejorar procesos atencionales en niños y niñas con TDAH, sino también en niños de la población general.
'Dobble' es uno de los juegos más recomendados por profesores y terapeutas para estimular la atención y la velocidad de procesamiento en los niños? ¿Por qué? ¿De qué manera trabaja estos aspectos?
El Dobble es un juego que tiene una mecánica de tiempo real. Esto significa que no hay turnos y todas las personas juegan al mismo tiempo. En una investigación, nuestro equipo ha llegado a ver cómo la mecánica de tiempo real favorece la velocidad de procesamiento. Por otro lado, el juego es una tarea clásica de psicología denominada búsqueda visual. Debes encontrar un estímulo rodeado de distracciones. Estas tareas movilizan los recursos atencionales visuales para poder realizarlas con éxito.
También ayudan a estimular otras funciones ejecutivas. ¿Cuáles y cómo lo hacen?
Según nuestras investigaciones, los juegos de mesa modernos permiten estimular las funciones ejecutivas básicas. Estas son la inhibición conductual, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo. Anteriormente hemos explicado con brevedad dos de ellas. La flexibilidad cognitiva es la capacidad que tenemos de procesar más de un estímulo a la vez, aunque también nos ofrece la capacidad de identificar cambios en el ambiente para adaptar nuestra conducta a dichos cambios. Diferentes estudios han demostrado que jugar a juegos de mesa mejoran estos tres procesos.
También existirían funciones ejecutivas complejas, como la planificación y el razonamiento. Aunque todo apunta a que los juegos también ayudan a mejorar estos procesos, aún falta evidencia para confirmarlo rotundamente.
La autorregulación y la disminución de problemas de conducta lleva como consecuencia una mejora de las habilidades sociales
Como hemos comentado anteriormente, las mecánicas de los juegos se asocian al tipo de proceso cognitivo requeridos para jugar. Por ejemplo, la mecánica de colección de sets (característica de juegos como el Sushi Go) parece que puede estimular específicamente la planificación y el razonamiento. Aún es un campo de estudio prominente, pero desde nuestro grupo de investigación apostamos porque determinar la asociación de las mecánicas de juego con los procesos cognitivos es clave para entender mejor por qué los juegos de mesa ayudan al desarrollo cognitivo.
¿Puede fomentar también el desarrollo o la mejora de habilidades sociales?
En principio, la autorregulación y la disminución de problemas de conducta lleva como consecuencia una mejora de las habilidades sociales. Desde nuestro grupo de investigación estamos llevando a cabo algunos estudios para determinar hasta qué punto las habilidades sociales también se pueden mejorar con los juegos de mesa. Como se ha explicado anteriormente, en la teoría es razonable pensar que regular tu conducta cuando ganas o pierdes, así como ponerte de acuerdo con otras personas cuando se juega a juegos cooperativos, debería mejorar las habilidades sociales. Sin embargo, aún falta mucha evidencia al respecto. Actualmente podemos asegurar con mayor certeza que los juegos de mesa ayudan definitivamente al desarrollo cognitivo, mientras que podemos intuir que también mejoran las habilidades sociales.
¿A partir de qué edad sería adecuado introducir los juegos de mesa en los niños?
Depende de las capacidades y del desarrollo de cada niño. Es más un tema madurativo que de edad cronológica. En general se considera que, hasta los 6 años, los niños y niñas prefieren el juego libre, especialmente de roles o físico. A partir de los 6 años ya suelen tener desarrolladas la atención, la concentración y la paciencia para poder sentarse en una silla sin moverse durante 10 minutos o más para respetar las reglas del juego de mesa. Pero hay niños menores de esta edad que ya pueden jugar. Es cuestión de entender bien en qué momento madurativo está el/la niño/a.
Como último apunte, destacar que una de las claves para conseguir beneficios jugando a juegos de mesa es que las personas jueguen por el placer de jugar. Si a los niños y niñas les inculcamos que vamos a jugar para que aprendan más o mejoren determinados procesos, no juegan igual y no se benefician tanto como si juegan por el placer de jugar. Como educadores, es muy importante que lo tengamos en cuenta.