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Psicología

Ana Asensio, psicóloga y doctora en Neurociencia: “La neuromodulación es una herramienta innovadora que ayuda a los niños y adolescentes a entrenar su cerebro”


La estimulación cerebral puede ayudar a menores con problemas de atención e hiperactividad, así como a aquellos con ansiedad y depresión


Ana Asensio, psicóloga y doctora en Neurociencia© Ana Asensio
16 de septiembre de 2025 - 7:30 CEST

Llevar a un niño a una sesión de estimulación cerebral o neuromodulación puede parecer más propio de la ciencia ficción, pero la realidad es que cada vez es más común porque, aplicada por un profesional cualificado, puede ayudar al niño a mejorar en diferentes aspectos que están condicionando su vida, ya sea desde el punto de vista emocional y social como desde el académico. Así, niños con déficit de atención e hiperactividad, niños con problemas de salud mental -como ansiedad o depresión-, pueden beneficiarse de esta técnica, pero ¿es segura? ¿Cuándo se puede y cuándo no se debe aplicar?

Ana Asensio, psicóloga y doctora en Neurociencia, miembro del Consejo Oficial de la Psicología de Madrid y directora del centro de psicología Vidas en Positivo (www.vidasenpositivo.com) responde en detalle y aclara en qué consiste la neuromodulación.

La neuromodulación aprovecha esta plasticidad para entrenar y equilibrar la actividad cerebral cuando existen problemas de atención, ansiedad, depresión o dificultad en la autorregulación.

Ana Asensio, psicóloga y doctora en Neurociencia

¿Cómo la neuromodulación ayuda a regular el cerebro de nuestros hijos?

Hoy sabemos que el cerebro de los niños y adolescentes es altamente plástico, es decir, capaz de aprender y reorganizarse. La neuromodulación aprovecha esta plasticidad para entrenar y equilibrar la actividad cerebral cuando existen problemas de atención, ansiedad, depresión o dificultad en la autorregulación.

En mi consulta trabajamos con diferentes técnicas de estimulación cerebral no invasiva, todas ellas seguras y adaptadas a la edad, como neurofeedback, biofeedback, biofotomodulación y estimulación magnética transcraneal (rTMS). Te explico en qué consisten y cómo pueden ayudar a tu hijo.

La neuromodulación es una herramienta innovadora y segura que ayuda a los niños y adolescentes a entrenar su cerebro para regularse mejor. No sustituye la terapia psicológica, sino que la potencia. En mi centro aplicamos estas técnicas de forma personalizada, con un acompañamiento cercano a las familias, para que los más pequeños puedan crecer con más calma, concentración y confianza en sí mismos.

¿Puede la neuromodulación aplicarse a la psicología infantil y adolescente?

Sí, de hecho es en estas edades cuando mejor funciona, porque el cerebro aún está en pleno desarrollo y responde muy bien al entrenamiento. Se aplica de forma no invasiva, indolora y sin medicación. Los niños participan como en un juego: con pantallas, gráficas, luces o sonidos que les muestran en tiempo real cómo se autorregula su cerebro o su cuerpo.

¿En qué casos se puede aplicar?

En niños y adolescentes la usamos especialmente en:

  • TDAH, que es el trastorno que implica la dificultad para concentrarse, impulsividad, e inquietud motora.
  • Ansiedad y problemas de sueño.
  • Depresión leve o síntomas emocionales.
  • Regulación de la conducta y autocontrol.
  • Dificultades de aprendizaje.
  • Trastorno del espectro autista (TEA) para modular la ansiedad y mejorar la autorregulación conductual.
Neuromodulación© Getty Images

¿Cómo se utiliza y cómo funciona?

Existen diferentes técnicas y diferentes protocolos actuales de aplicación infantil. Estas técnicas son:

  • Neurofeedback, técnica en la cual el niño ve en una pantalla cómo responde su cerebro (medido por sus ondas eléctricas a través de EEG) y aprende a regularlo como si fuera un videojuego.
  • Biofeedback, en cuya técnica, a través de marcadores somáticos y siendo conscientes de ellos, entrenamos la respiración, la frecuencia cardiaca o la tensión muscular para que el cuerpo y la mente trabajen en calma.
  • Biofotomodulación, que aún es incipiente y en la cual se aplican luces LED o láser de baja intensidad en el cráneo que estimulan la energía celular y mejoran la oxigenación cerebral.
  • Estimulación magnética transcraneal (rTMS), en la cual se aplican pulsos magnéticos suaves que activan o calman áreas concretas del cerebro implicadas en la atención o el estado de ánimo principalmente.

Todas estas técnicas buscan lo mismo y es que el cerebro y el sistema nervioso se vuelvan más eficientes, equilibrados y receptivos a la terapia psicológica.

A partir de los 6–7 años ya se pueden realizar protocolos de neurofeedback o biofeedback

Ana Asensio, psicóloga y doctora en Neurociencia

¿Qué cambios experimenta el niño o adolescente?

Los padres suelen notar que su hijo está más tranquilo y concentrado, duerme mejor, tiene menos explosiones de irritabilidad o impulsividad, aumenta la seguridad en sí mismo y se siente más capaz de gestionar la ansiedad y afrontar los retos escolares.

¿A partir de qué edad se puede aplicar?

Depende de la técnica, pero en general a partir de los 6–7 años ya se pueden realizar protocolos de neurofeedback o biofeedback. Otras técnicas, como la estimulación magnética transcraneal, se aplican en la adolescencia bajo criterios de especialistas muy específicos. Siempre se hace una valoración individual antes de empezar.

¿La neuromodulación puede cambiar la vida de un niño o adolescente? ¿Cómo?

Sí, porque no se trata de un parche momentáneo, sino de un entrenamiento cerebral duradero. Al aprender a autorregularse, el niño gana confianza, mejora en el colegio y en casa, y se siente menos limitado por sus síntomas. En muchos casos supone un antes y un después en su vida familiar y académica.

¿Puede sustituir a la terapia psicológica?

No. La neuromodulación no sustituye la terapia, porque no enseña habilidades sociales ni emocionales. Lo que hace es preparar el terreno del cerebro, calmando de alguna manera el “ruido interno” y activando o desactivando las áreas necesarias para que la terapia sea mucho más eficaz.

¿Cómo complementa a la terapia psicológica?

Facilita que el niño pueda concentrarse mejor en las sesiones, que se exponga a sus miedos con menos ansiedad, o que retenga más lo aprendido. Es como afinar el instrumento para que después la terapia toque la melodía adecuada.

¿Cómo saben los padres si llevar a su hijo a neuromodulación?

Algunas señales:

  • El niño quiere esforzarse pero no puede concentrarse o calmarse.
  • La ansiedad o la impulsividad interfieren en su vida diaria.
  • La terapia psicológica ayuda, pero falta un empujón fisiológico para consolidar cambios.
  • Los fármacos generan efectos secundarios o no son suficientes.

¿Hay riesgos o efectos secundarios?

Son técnicas seguras, con efectos secundarios leves y transitorios, estos suelen ser en ocasiones sentir un poco de cansancio, a veces tener dolor de cabeza pasajero o ligera irritación en la piel. Pero estas técnicas suelen tener pocos efectos secundarios y siempre se aplican bajo protocolos clínicos supervisados.

¿En qué casos no se debe aplicar?

  • Niños con implantes electrónicos o metálicos en la cabeza (según técnica).
  • Epilepsia no controlada.
  • Trastornos psiquiátricos graves en fase aguda. Pero es necesario saber que en todos los casos se debe hacer un cribado médico previo para garantizar la seguridad.

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