Skip to main contentSkip to footer
ni os jugando a pintar© AdobeStock

Juegos infantiles

6 juegos para que dejen volar su imaginación

La creatividad e imaginación son dos recursos muy importantes que deberán aprender y practicar en la infancia para después aplicar en su vida adulta, como herramientas clave para resolver distintas situaciones que se les presenten. Con estos juegos os divertiréis al mismo tiempo que conseguirás que ¡su imaginación vuele!


8 de agosto de 2022 - 19:10 CEST

La imaginación en los niños es un recurso que más tarde, cuando sean adultos (incluso ya durante la adolescencia), les servirá como herramienta para afrontar muchos momentos complicados, en mayor o menor medida, que se les puedan presentar en la vida. Solucionar problemas, crear alternativas ante cualquier situación, relacionarse con el mundo de forma positiva, son solo algunos de los beneficios. “Desde que nacen su curiosidad está despertando y solo debemos estar ahí, junto a ellos, para acompañarlos y contribuir a que se desarrolle. Cuando son pequeños exploran la comida, se ensucian, juegan y esa es su forma de reforzar su creatividad. Cuando desarrollan el lenguaje, podemos comunicarnos y hay más opciones de juego, porque hay una interacción más directa”, nos cuenta la psicóloga infantil Gaby Ríos (@psico.play).

¿Cómo ayudarles a incentivar la imaginación?

Desde que nuestros hijos son pequeños, los padres tenemos la obligación de fomentar su desarrollo y estimularles, entre otras cosas, su creatividad e imaginación. “Es importante brindarles  seguridad, apoyo y acompañamiento en cada etapa ya que cada una de ellas son toda una experiencia para ellos. Entendamos lo que nos piden, escuchemos lo que tienen que decir, lo que les gusta…”, incentiva la experta.

Y, ¿cómo podemos hacerlo? Estos son algunos consejos que recomienda la psicóloga infantil para fomentar la imaginación de los peques:

  • Jugar con ellos. “Tener un tiempo exclusivo (sin trabajo ni aparatos electrónicos) para compartir. No importa si es un tiempo corto, la calidad es valorada por los niños”.
  • Escucharlos, saber qué les gusta, implicarse con ellos: “Por ejemplo, podemos preguntarles: ‘Cuéntame, ¿porqué te gusta ese juego?’, e incluso aprender un poco de ellos es valioso”.
  • Los juegos de mesa  también son un gran elemento de creatividad e imaginación.
  • No juzgarlos ni regañar  cuando su creatividad vaya un poco más allá. “Conversar sobre lo inadecuado del sitio o situación y darle opciones de dónde sí podría hacerlo”.
  • Validar su emoción, permitir que fluyan y vayan a su ritmo.
  • Incentivarles a hacer  manualidades  (proporcionarle el material para ello).
  • Cocinar juntos en familia. “Ellos perfectamente pueden hacer actividades adecuadas a su edad”.
  • Restringir un poco las pantallas y fomentar el tiempo al aire libre o en casa.
Niño jugando a disfrazarse© AdobeStock

6 juegos que harán volar su imaginación

1. Preguntas divertidas para hacerle a tus hijos

En ocasiones subestimamos la capacidad de los niños de comprender y, además, sorprendernos con sus respuestas. “Las preguntas básicas de sí o no, solo generan resistencia y parecen un interrogatorio, sin embargo, elementos no invasivos cómo ‘¿qué harías si ves a un niño llorando?’, ‘si fueras un dulce, ¿cuál serías?’, ‘¿quién se ríe más en casa?’, ‘¿cuántos años te gustaría tener y porqué?’… son elementos que nos permiten ver qué piensan y, además, desarrollan su creatividad e inventiva, puesto que el cielo es el límite en sus respuestas. Es un win to win, compartimos una dinámica familiar en casa, nos divertimos, aprendemos a conocernos más… ¡No hay pérdida!”, asegura la psicóloga.

2. Jugar a disfrazarse

Normalmente disfrazamos a los peques cuando nos lo piden en el cole, cuando hay alguna fiesta o porque algún día a la niña le da por ponerse el disfraz de princesa, pero, según nos cuenta la experta, utilizar los disfraces como dinámica familiar en casa puede ser muy divertido.

“Podemos usar ropa que tengamos (elegimos aquello que está permitido utilizar) y quién cree el disfraz más original gana un pequeño premio, o también, puede ganar la posibilidad de escoger la siguiente actividad en familia”, dice la experta en psicología infantil. Y es que, a los niños, en general, les gusta disfrazarse, pero hacerlo todos juntos (mamá, papá, hijos y si hay algún otro miembro en casa, también se incluye) dejando volar la imaginación y dando rienda suelta a la creatividad puede ser muy divertido.

La psicóloga añade que: “Es importante, que no sea estructurado (sin reglas en cuanto al diseño) porque, sin duda, con este juego también podríamos sorprendernos y conocerlos un poco más. Al final, podríamos crear una historia juntos y así llevar la imaginación un poco más allá”, recomienda.

3. Tener un rincón artístico en casa

En todas las familias hay algún pequeño artista que le gusta colorear, dibujar, pintar en cualquier parte… Sin duda, dibujar tiene muchos beneficios, según nos cuenta la psicóloga infantil:

  • En primer lugar, son un canalizador de emociones de forma natural. Es una manera de descargarlas muy eficiente y saludable.
  • En segundo lugar, permite desconectarnos, soltar, fluir y dejar volar enteramente su imaginación.
  • Y, en tercer lugar, también permite acercarnos más a ellos, conocer sus gustos y aficiones y conectar con ellos desde distintas perspectivas.

“Podemos identificar un lugar de la casa (aunque sea pequeño) que sea su ‘sala artística’ donde haya colores, marcadores, pinturas, tizas, lienzos, hojas de reciclaje… Y la idea es que ellos identifiquen que es su espacio creativo y que ahí, está permitido dejarse llevar, fluir, ensuciar, pintar y decorar. De esta forma, ellos se sienten comprendidos y acompañados, y nosotros parte de su proceso creativo”, aconseja.

4. Rincón de lectura y escritura

“Aunque, actualmente, sea un hábito no muy común en los niños y adolescentes, si desde pequeños les contamos historias o cuentos para dormir, les enseñamos a leer libros, fomentamos escribir aquello que nos sucede (aunque sea corto y conciso) y, de esta forma, estamos potenciando desde la infancia un elemento saludable e intelectual, además de aprender”, argumenta la psicóloga.

La lectura les permitirá ampliar su vocabulario, aprender a expresarse mejor, desarrollar su imaginación e incentivar su creatividad. Y es que, tal y como nos cuenta la experta: “Cuando un niño o adolescente lee, se abre un mundo de posibilidades ante él. Es el momento de desconectar, sumergirse en la historia, sentir los personajes, olvidar por un momento lo que sucede a su alrededor… Al terminar, ellos mismos pueden crear sus historias, desarrollar sus aventuras”. Y, en cuanto a la escritura, “es perfecta, por ejemplo, cuando estamos tristes, preocupados o tenemos muchas cosas pendientes… Escribir o hacer una lluvia de ideas puede resultar un elemento importante y canalizador”, asegura.

5. Usar plastilina/slime/arena

Todos estos elementos, además de ser grandes descargadores de emociones,  permiten siempre volver a la calma.

“Fomentan y despliegan la imaginación ya que con ellos pueden construir aquello que deseen y, en su mundo fantástico, darles vida a personajes que ellos mismos construyan. Además, son elementos fáciles de conseguir y de bajo costo, por lo que podemos tenerlos en casa y permitirles usar su creatividad y construir lo que deseen. Sería aún mejor si los adultos también nos permitimos jugar con ellos, construir e incluso inventar historias”, afirma.

6. Construcción de palabras

La psicóloga propone: “Podemos construir un tablero con todas las letras del abecedario y reunirnos en familia, al menos media hora, para construir palabras. Podemos aprovechar para practicar algunos elementos académicos, podemos divertirnos, fomentar una sana competencia, una actividad familiar que siempre nutre las emociones de todos los que participan”, explica.

“Esta dinámica también se puede variar con el juego ‘Veo, veo’, por ejemplo, cuando vamos en el coche, caminando por la calle… y ¡te sorprenderán! Porque seguramente descubrirán elementos que no están a simple vista y de los que tú ni siquiera te habías percatado. ¡Pruébalo!”, concluye.