La higiene menstrual©AdobeStock

Salud

La higiene y salud menstrual es inaccesible para millones de mujeres y niñas vulnerables

La regla se ha convertido en muchos casos en motivo de discriminación, exclusión y pérdida de oportunidades. Afecta a la movilidad de niñas y mujeres, a su asistencia a la escuela y a su participación en la vida comunitaria... Charlamos con el equipo de UNICEF para que nos cuenten de primera mano cómo se vive esta situación

La salud y la higiene menstrual siguen siendo inaccesibles para millones de mujeres y niñas vulnerables en todo el mundo, tratándose de una situación mucho más extendida de lo que pueda parecer.

Desde Unicef trabajan cada día para solucionar este panorama desolador con el objetivo de que cada chica tenga derecho a vivir su menstruación de manera digna y segura y a que, en ningún caso, limite su pleno desarrollo. Charlamos con ellos.

La menstruación es un proceso completamente natural que ocurre cada mes en 1.800 millones de personas del planeta. Sin embargo, se convierte en muchos casos en motivo de discriminación, exclusión y pérdida de oportunidades. Afecta a la movilidad de niñas y mujeres, a su asistencia a la escuela y a su participación en la vida comunitaria.

Es difícil conocer su alcance, ya que solo recientemente se han empezado a recoger información sobre este tema y en muchos lugares aún no están disponibles. En el último informe elaborado por UNICEF disponen de datos de 42 países, y no hay ningún país de ingresos altos con datos a nivel nacional.

“El miedo al estigma, la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos como el agua o los inodoros hacen que las necesidades de higiene y salud menstrual de millones de mujeres y niñas en todo el mundo no se satisfagan y aumente su riesgo a padecer infecciones. Estos desafíos son particularmente agudos entre los más pobres, los grupos étnicos, los refugiados y las personas con discapacidad”, nos cuenta Blanca Carazo, responsable de Programas de UNICEF España.

Nos cuenta que para asegurar una menstruación digna y con plenas garantías es necesario invertir para que la información, los productos y los servicios necesarios estén disponibles para todas, y trabajar para cambiar la percepción de la regla como algo “sucio” o que sea necesario ocultar.



Falta de educación, recursos... y mujeres aisladas por considerarse ‘impuras’

Según la experta, la falta de acceso a la salud e higiene menstrual implica distintos aspectos como:

  • Falta de información sobre la menstruación y cómo gestionarla
  • La dificultad para contar con compresas, tampones, copas o cualquier otro sistema adecuado
  • Ausencia de un lugar privado para lavarse y cambiarse, tanto en el hogar como en la escuela
  • El hecho de que las chicas y mujeres se aíslen y dejen de participar en actividades cotidianas (escuela, trabajo, encuentros sociales)

“Por poner algunos ejemplos, en Bangladesh solo el 32% de las niñas sabían lo que era la menstruación antes de su primera regla. En Nigeria un 23% de las chicas dejan de ir a clase durante la menstruación, y en Nepal, dos tercios de las mujeres dejan de implicarse en actividades cotidianas durante la regla. En Níger, solo el 52% de las chicas y mujeres cuentan con un lugar privado en casa para cambiarse y lavarse durante el periodo”, apunta.

Advierte que un caso extremo es la práctica, en países como Nepal o India, de la llamada “chhaupadi”, que consiste en que las chicas y mujeres han de permanecer aisladas fuera de sus pueblos durante sus reglas, por considerarse “impuras”. Es indispensable combatir este tipo de creencias, que suponen una discriminación y una grave violación de derechos para niñas y mujeres.

“También es importante destacar la necesidad de abordar este tema en las crisis humanitarias, incorporando en la respuesta de emergencia la distribución de productos para la regla, así como facilitando las instalaciones necesarias para mantener una higiene adecuada. Por ejemplo, es importante poder lavar y secar las compresas reutilizables para evitar infecciones por el uso de productos húmedos”, añade la responsable.

Por otra parte, indica que todas las soluciones han de ser inclusivas, teniendo en cuenta también la situación, por ejemplo, de las chicas y mujeres con discapacidades.

La labor de las ONG ante un problema tan complejo

“A menudo, las niñas dejan de ir a la escuela durante 4 o 5 días al mes cuando tienen la regla, con lo que su rendimiento escolar se resiente, y, en ocasiones terminan abandonando por completo la educación”, reconoce Blanca Carazo.

La función de esta organización sin ánimo de lucro está orientada a promover la confianza y la autoestima, los conocimientos y las habilidades, así como a mejorar el acceso a productos e instalaciones para chicas y mujeres. Para evitarlo, en las escuelas y comunidades incorporan varios aspectos:

  1. Construcción o rehabilitación de baños limpios, funcionales y separados para chicos y chicas, con espacios donde cambiarse, desechar o lavar los productos de higiene menstrual.
  2. Facilitar compresas, copas menstruales u otros productos de forma gratuita o muy asequible, en especial para niñas y mujeres con bajos recursos.
  3. Formar e informar a las niñas, y también a los niños, de lo que significa la menstruación, incidiendo en que es un proceso totalmente natural y de lo que nadie debe avergonzarse: “A menudo se crean Clubs de Higiene, donde chicos y chicas desarrollan actividades para hablar de estos temas tanto dentro como fuera de la escuela, contribuyendo a derribar mitos y tabúes, y a crear una percepción saludable y respetuosa de la menstruación”.

“Nuestros programas en países como Malawi o Guinea Bissau facilitan a las chicas contar con copas menstruales, compresas reutilizables u otros productos. En emergencias, nuestros suministros básicos incluyen compresas u otras alternativas para las chicas y mujeres afectadas por desastres o que están desplazadas o refugiadas huyendo de la violencia o las crisis humanitarias”, confiesa.



Y tú, ¿cómo vives tu regla?

A menudo las creencias y tabúes están muy enraizadas en las familias y sociedades y se asocia la regla a conceptos de suciedad o vergüenza. “Sin embargo, cada vez se empieza a hablar más de este tema, y eso empieza por la familia, pero también por el colegio, los medios de comunicación y las relaciones sociales. Es importante incluso cuestionarnos, cada mujer, cómo vivimos nuestras reglas, y plantearnos si al pedir un tampón en voz baja a una compañera de trabajo estamos perpetuando cierto sentido de que es algo que ocultar”, expresa Carazo.

“Transmitir a los niños y niñas que se trata de un proceso natural, hablar en voz alta de tener la regla y no dar importancia a que una chica pueda mancharse por la sangre menstrual son actitudes necesarias para que la regla no sea algo que limite la libertad, los derechos y las oportunidades de niñas y mujeres”, añade.

En nuestro entorno cercano, asegura que es importante que este tema se trate de forma natural en nuestro día a día, también incorporando a los hombres en las conversaciones. “Además, es importante facilitar toda la información posible sobre la menstruación y las distintas opciones disponibles: compresas desechables o reutilizables, tampones, bragas menstruales, copa menstrual...”.

Indica que otro aspecto importante es que estos productos sean asequibles y valorados como de primera necesidad, y esto implica también revisar los impuestos que se les aplican (IVA).

“A nivel global, además de lo anterior, es importante contar con datos fiables y completos sobre la menstruación y las barreras para gestionarla de forma adecuada, así como poner este tema en las agendas desde una perspectiva de derechos y de género. Aún hoy la menstruación limita los derechos y oportunidades de muchas personas, por el hecho de ser mujeres”, añade.

“Nuestro objetivo es defender los derechos de cada niña y cada mujer, y ponemos nuestro esfuerzo en que la menstruación nunca sea un obstáculo para el futuro de cada una de ellas”, sentencia la experta.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.