© AdobeStock Niño en el orinal con peluche

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¡Adiós pañales! Consejos para ayudarles con el control de esfínteres

Tu hijo será quién te mande señales cuando esté preparado para la retirada del pañal. Sigue estos consejos que te ayudarán a acompañarle durante este proceso madurativo.

Quitar el pañal es uno de los hitos más importantes del desarrollo infantil ya que se trata de paso hacia delante en la evolución del niño para su independencia y su madurez. Este hecho le va a aportar una mayor confianza en sí mismo, y se le abrirá ante él un nuevo mundo muy interesante, para el que estará preparado para asumir aquellos nuevos retos que se le puedan presentando.

Cuando el niño comienza la etapa de control de esfínteres, los padres deben estar también concienciados para ello, y es que se trata de un desarrollo evolutivo del pequeño y no de un entrenamiento de aprendizaje. “El momento llega cuando el niño está maduro. Suele ocurrir que, entre los 12 y los 18 meses, los niños comienzan a tener conciencia de sus necesidades. Empiezan a reconocer cuáles son las señales de llenado, de distensión de la vejiga… y es en ese momento cuando podemos decir que estamos ante el comienzo de la maduración de su sistema nervioso”, nos explica la psicóloga infantil, especializada en Disciplina Positiva, Diana C. Jiménez (@infanciaenpositivo), autora del libro Infancia en positivo, guía definitiva para padres y madres en la educación de sus hijos.


Sin embargo, es alrededor de los 2 y 3 años cuando se considera que es el momento propicio de comenzar a acompañarle en la retirada del pañal. Pero esto no depende de una fecha marcada en el calendario, sino que la experta aconseja hacerlo cuando realmente veamos preparado al niño para ello. “A los 3 años más o menos ya es posible contraer los músculos pélvicos y los peques pueden aprender a inhibir la retención de vaciado de la orina, tras un tiempo de contención con la vejiga llena. La clave está en que no podemos acelerar los procesos y que el momento de quitarle el pañal va a llegar cuando tenga que llegar… Es decir, esto puede ser a los 2 años y medio, como a los 4 o a los 6, incluso hay niños que todavía tienen escapes ocasionales nocturnos a esa edad, mientras que durante el día prácticamente la mayoría lo consiguen; a no ser que estemos hablando de una problemática como la enuresis o encopresis, que entonces es recomendable acudir al pediatra que nos derivará a un especialista”, nos cuenta la experta.

Si tu hijo tiene todavía 7 u 8 años y se hace pis en la cama, no te preocupes porque la psicóloga asegura que: “No pasa absolutamente nada. En ese caso, les enseñaremos a usar pañal nocturno, si manchan las sábanas les enseñaremos a cambiarlas por unas limpias, a ducharse… Todo eso son habilidades que les enseñamos para resolver las dificultades que le aparezcan después en la vida. Ahora es el pis y más adelante será otra cosa. Les estamos capacitando”.

¿Por dónde empezar?

El propio peque será quien nos indique que está preparado para quitar el pañal lanzando una serie de señales que nos servirán como guía. Según nos explica la psicóloga infantil, hay niños que pueden comenzar directamente pidiendo no llevar el pañal, porque les resulta molesto, ya que él mismo notará cuando se hace pis, incluso nos puede decir cuando lo esté haciendo.


Otra de las señales será, por ejemplo, ver que tiene el pañal seco después de estar mucho tiempo sin orinar. ¿Qué hacer cuando comencemos a identificar estos signos? “Puedes empezar llevándole al baño de manera periódica, por ejemplo, calcular un ratito nada más levantarse por la mañana, antes de ir al cole… En la escuela infantil suelen tener su propio sistema y en casa, cuando vuelven del cole, puedes acompañarles de nuevo al baño, después de merendar, cuando llevan un ratito jugando… Otra forma de saberlo es observando que los niños estén más inquietos, se llevan las manos al pañal… en ese momento es cuándo hay que proponerle ir al baño”, aconseja.

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Cómo gestionar el proceso y acompañar al niño en esta etapa

La desesperación, los enfados y la falta de paciencia en este proceso son malos consejeros ya que la experta sostiene que programar horarios de cuándo llevar al niño al baño u obligarle a hacer sus necesidades en determinados momentos, no funciona. En muchas ocasiones la presión que podamos añadir a la situación va a interferir en un desarrollo normal, y lo va a dificultar, haciéndolo más lento y tardío.

“Como decíamos, el desarrollo en un niño puede llevar tiempos diferentes al de otro. Y puede ocurrir que tengan escapes ocasionales, y en su caso, no pasaría nada. Es totalmente normal, e incluso le puede pasar a un adulto. Los padres tienen que ser capaces de diferenciar lo que está dentro de la normalidad y lo que les llama la atención, porque podemos estar ante un problema mayor como puede ser de tiroides, de vejiga, de vaciado y, ahí, sí sería conveniente acudir a un pediatra. En cualquier caso, si tiene un problema fisiológico, ¡no podemos enfadarnos con ellos!”, nos explica la psicóloga. Además, hace hincapié en que: “La manera en la que yo reaccione va a hacer que mi hijo entienda que es un proceso por el cual está aprendiendo. Si me enfado, castigo o aplico métodos como el de las ‘duchas frías’… lo que vamos a hacer es convertirlo en un problema”, advierte.

Estos ‘escapes’ pueden ser una manera de expresar estrés, ansiedad, preocupación, miedos… que en el caso de los niños es algo normal, nos cuenta la terapeuta. Por ejemplo, esto puede ocurrir ante situaciones especiales como: “La llegada de un hermanito, si hay mucha tensión en casa, algo que les haya impresionado demasiado… debemos estar atentos e intervenir. Si castigamos o regañamos podemos estar perdiendo la ocasión de saber qué les pasa”. Y añade: “Yo algo que siempre les digo a los padres es que los niños nunca se hacen pis encima para fastidiarnos. Eso pasa porque han interpretado mal cómo tienen que comportarse. Lo que ellos piensan es: ‘De esta manera tengo a mamá ocupada conmigo’, en el ejemplo que poníamos de la llegada de un hermanito”, explica la experta.

Si el pequeño recurre a hacerse pis para llamar la atención, es porque nos necesita. Aquí es cuándo tenemos que preguntarle qué le pasa, qué atención necesita de mamá… Si la situación de la retira del pañal se nos va de las manos porque reaccionamos con mucho estrés o de una forma explosiva, la psicóloga nos recomienda que lo mejor es pedir ayuda a un profesional porque este proceso es algo que se va a conseguir siempre con la calma y tranquilidad de los padres.

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