Alicia Tojeiro Ríos en clase con sus libros.©Alicia Tojeiro Ríos

Educación

Una ‘escuela de corazón’, así es la educación que defiende la mejor profesora de España

Alicia Tojeiro Ríos ha creado un alumnado que se preocupa por el medio ambiente, ‘Los limpiamundos’, e insiste en que familia y docentes “deben formar equipo”.

La mejor profesora de 2020. Así lo ha confirmado el premio que Alicia Tojeiro Ríos recogía hace apenas unos días: Mejor Docente de los IV Premios Educa Abanca y que ha donado para seguir luchando contra el maltrato animal y a la ONG Ecodesarrollo Gaia, donde se forma a jóvenes llegados de Senegal en conceptos medioambientales. Un acto más que demuestra la creencia en la educación de esta profesora del colegio plurilingüe Isidro Parga Pondal de Santa Cruz en Oleiros (A Coruña), a la que le preocupa nuestra relación con los animales y el medio ambiente en general.

Propuesta por los padres y madres de los alumnos a los que da clase, Alicia lleva más de 20 años dedicada, primero a los alumnos de infantil y, ahora, a los niños de educación primaria, donde considera “hay muchísimo por hacer”.

Su vocación es indudable y sus métodos de enseñanza únicos y divertidos. La pandemia no ha podido con su forma de entender la educación, simplemente le ha hecho adaptarse. Y nos lo ha contado. Nos parece tan interesante, que no podemos dejar de cederle la palabra en esta entrevista para poner en valor la gran importancia de la educación.

¿Qué es exactamente ‘la escuela del corazón’ en la que tú crees firmemente?

La escuela del corazón es, para mí, la escuela de la humanidad. Aquella en la que se enseña y se educa. En la que el maestro se preocupa y se ocupa del desarrollo (no parcial, sino integral), de sus alumnos.

No rendirse, luchar por lo que uno quiere, aceptar el error como parte del proceso, creer en uno mismo, trabajar en equipo, ser asertivo y empático. Estos contenidos no son (ni deben ser) contenidos ‘de segunda’ en la escuela. Son el punto de partida para un correcto aprendizaje de las otras áreas más instrumentales.

¿Crees que se ha perdido últimamente la vocación?

Imagino que, como en todos los trabajos, hay buenos profesionales y no los hay tanto, claro. Pero ya hay muchos docentes que están percibiendo necesariamente la educación desde este nuevo prisma, porque es algo que no digo yo, sino que la neurociencia ya confirma.

La educación de las emociones contribuirá al éxito o al fracaso de nuestros alumnos. La motivación y la automotivación son elementos base para el aprendizaje significativos. Querer aprender y, saber qué lo que pensamos o decimos influye notablemente en nuestros resultados.

Por ello, lo que nunca debemos olvidar como docentes es que somos modelo de aprendizaje y que nosotros tenemos que ser los primeros en querer ir, querer hacer y querer dar nuestra mejor versión. Precisamente, estos pensamientos han dado lugar a mi libro El primero que tiene que ir feliz a la escuela es el maestro (Círculo Rojo). Y es así.

¿Cómo se enseña en plena pandemia?

Todos los cambios requieren adaptación y solo el que se adapta sobrevive…ya lo decía Darwin. Aunque el debate para una buena enseñanza en pandemia no nos ha servido solo con resolver el “cómo enfrentarnos a esa enseñanza virtual”, sino considerar también que la educación llegue a todos y qué podíamos pedirle a las familias y cómo hacerlo.

La llegada de la Covid-19 (a modo de hacer un juego e palabras) nos hizo ver cómo la tecnología es indispensable para la humanidad, pero también que la tecnología, sin humanidad, no es válida. Si demostramos humanidad como docentes, habrá una buena escuela y obtendremos la ansiada sociedad. Por eso, nunca perdí de vista lo importante: que todos sintieran que juntos lo íbamos a conseguir y respetar los ritmos y necesidades de las familias-alumnos.

Caricatura de un alumno de Alicia Tojeiro Ríos.©Alicia Tojeiro Ríos

Hay estudios recientes que aseguran que los grupos burbuja están afectando al estado emocional de los más pequeños, ¿esto es así? ¿tú lo notas?

Quizás sea un tema relevante para investigar con calma, cómo y cuáles han sido las consecuencias de esta pandemia mundial, pero dado que aún estamos inmersos en ella, no puedo decir con certeza, que yo tenga constancia que les está afectando.

En mi grupo, no lo hemos notado, pero es verdad que están muy concienciados de que esto va a pasar. Tenemos en clase un slogan que dice: Tranquilo, todo lo bueno pasa y todo lo malo también.

¿Cómo ayuda la magia, el juego y el humor que practicas a la hora del aprendizaje?

Sentirse bien para empezar a aprender bien. Cada día, cruzamos la puerta de clase con una sonrisa ( yo la primera) y música que nos acompaña para activar el cuerpo. Luego, La Doctora Corazón pregunta a todos qué tal están y va dando soluciones para intentar ayudar. La mañana se completa con actividades muy variadas desde dictados ‘locos’, juegos interactivos, juegos orales, lectura de artículos de prensa, entrevistas, investigaciones, exposiciones, y por supuesto, exámenes también.

No caer en la rutina, buscar nuevos recursos para impresionar y recurrir a estrategias con humor para que no se les olvide el contenido. Por ejemplo, tengo dos libros que hicieron mejorar enormemente la escritura en clase: Ortografía con Rima I y II. Aquí pequeñas rimas acompañadas de imágenes ayudan a recordar las faltas ( “Por favor, separado y con v y Leonor te lo sube). Mi estrategia es la dinámica ESAT: escuchar, sorprender, acompañar y trabajar en equipo.

Y cómo se crea una conciencia medioambiental en los niños, ¿es fundamental trabajar en ella desde edades tempranas?

Los Limpiamundos, que así es como nos hacemos llamar, nacieron hace ya tres años tras el regreso del recreo. Un patio lleno de basura por el suelo que se quedaba igual semana tras semana. Tenía dos opciones:

  1. Echar una bronca como profesora y obligarles a recoger todo.
  2. Hacerles pensar en si aquello les gustaba o les gustaría verlo de otra forma.

Y así nacía un grupo preocupado por el reciclaje y por concienciar que el mundo es de todos y que todos podemos hacer algo. Cualquier pequeño gesto es una ayuda para el planeta, el nuestro y, a su vez, para nosotros mismos.

Para ello, hablaría de tres pilares:

  • Ofrecer siempre formación a través de expertos (la importancia de saber).
  • No quedarnos solo en la teoría. El alumno debe y puede actuar como ciudadano actual.
  • Expandir este mensaje lo más lejos posible, porque os necesitamos a todos.

Los Limpiamundos hablan a través de redes sociales sobre cuántos años tardan en descomponerse los plásticos, la importancia de los insectos para nuestra vida, las causas de la desaparición de especies, etc. Así damos a los ODS marcadas por la ONU en la Agenda del 2030, que todos mis alumnos conocen.

Logo de 'Los Limpiamundos' de Alicia Tojeiro Ríos©Alicia Tojeiro Ríos

Un tema controvertido: los deberes. Muchos padres se quejan de que son demasiados, ¿son realmente demasiados, dónde está el equilibrio?

Es verdad, los deberes son un tema muy controvertido, pero yo tengo claro una cosa, quizás el problema de raíz es lo que entendemos por deberes. Los deberes de los niños son necesarios para asentar los contenidos trabajados (trabajados, repito) en el aula y para crear una rutina que desarrolle hábitos de estudio: qué estudiar, cuándo y cómo hacerlo.

El problema comienza cuando el niño no es autónomo para hacerlos y requiere todo el tiempo de su familia o cuando se convierten en tareas muy repetitivas, poco creativas, que exigen horas de trabajo, tras un periodo lectivo. Investigar, leer, dibujar, utilizar herramientas tecnológicas para crear esquemas, vídeos educativos, juegos interactivos… son algunas de las alternativas a los deberes más tradicionales.

¿Cómo pueden los padres reforzar desde casa esta educación que tú defiendes?

Para mí, no hay educación sin familia. Los dos deben trabajar como un equipo, porque las dos buscan el mismo objetivo. La comunicación entre ambos agentes educativos debe ser continua, para poder acompañar a los niños en su crecimiento personal, respetando los errores y enfocándolos en soluciones, que les ayuden a seguir creyendo que, para avanzar, antes hay que errar.

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