Niño y niña enfadados o frustrados en el sofá de su casa.©AdobeStock

Psicología infantil

Cómo lidiar con los celos entre hermanos

Todos los padres del mundo se enfrentan, en algún momento, a esta emoción natural que es parte del crecimiento del niño y al que podemos poner remedio

Los celos infantiles son una emoción completamente natural y normal que, tarde o temprano, aparecerán. A veces parece que no tienen sentido y, otras veces, que tampoco tiene solución. Llegan, explotan y tú, como padre, no sabes cómo actuar ante esta situación. Sin embargo, no podemos erradicarlos; son parte del crecimiento de todo niño. Pero sí podemos saber por qué llegan, cómo prevenirlos y, en el caso de que se nos complique, cómo gestionarlos.

Para ello, hemos querido hablar con la Doctora Montse Marsà, de MundoPsicólogos, para aprender a reconocerlos (tiene una patología bastante clara), saber cuáles pueden ser sus causas y, en el caso de ser así, intentar que su impacto sea el menor posible, tanto para el propio niño como para la convivencia familiar general.

Aunque, la regla de oro, puedes anotarla ya: no crear extrañeza o rechazo hacia tu hijo, además de ponerte en la posición de tu hijo. Porque tú tienes que aprender a lidiar con ellos, pero él también tiene que saber cómo reconocerlos y manejarlos.

¿Cuáles son las causas por las que aparecen los celos?

Los celos infantiles aparecen ante una situación en la que el niño aprecia una pérdida de atención y tiene miedo de que esto vuelva a ocurrir. Los niños no entienden lo que pasa (tengamos en cuenta que los niños tienen falta de madurez emocional) y lo que hacen es, a su manera, expresar lo que sienten. Las causas pueden ser muy variadas, como el rechazo hacia un hermano o hermana (uno de los más comunes), un cambio a nivel de roles familiares, el estilo de comunicación de los progenitores ante un hermano u otro, etc. En definitiva, percibir ciertas diferencias o privilegios que él no tiene.

Además de la clásica rabieta, ¿cómo podemos llegar a percibirlos?

Sus síntomas son también variados: desde ese rechazo a su nueva hermana o hermano hasta cambios de humor sin motivo aparente, aparición de conductas que no estaban presentes antes, nerviosismo, mostrar oposición a todo o culpabilizar a otros.

¿En qué momento estos celos infantiles pueden convertirse en un problema?

Como he expuesto, los celos infantiles son normales que aparezcan en algún momento del desarrollo infantil. No obstante, podemos identificarlos como “problema serio” cuando interfieren en las actividades familiares de forma significativa (por ejemplo, que aparecen conductas disruptivas como pegar a otros, pegar al hermano/a recién llegado/a, que la familia no pueda estar toda junta, etc), cuando no disminuyen con el paso del tiempo sino que empeoran o cuando empiezan a desarrollarse otras dificultades en otros ámbitos (en el ámbito de las relaciones con otros niños, en el ámbito del habla, en la gestión de cualquier emoción negativa…).

Es importante que si la familia percibe que los celos están afectando al desarrollo físico, psíquico o emocional del niño, o que afectan notablemente al desarrollo del funcionamiento familiar, consulten a un psicólogo especializado para evitar que se cronifiquen y que conlleven otras dificultades asociadas.

¿Cómo interfieren en la vida normal del niño?

Los celos pueden interferir en distintos ámbitos y, en consecuencia, con las actividades que se estén realizando en ese momento.

Como ejemplos: pueden aparecer comportamientos regresivos -según la edad y etapa evolutiva del niño- (volver a hacerse pipí encima, pedir de nuevo el chupete o biberón, lenguaje muy infantil imitando al hermanito pequeño, etc.), cambios de humor injustificados, mayor cansancio porque no duerme o no descansa bien y está más alerta en ciertos momentos del día, rechazo a las actividades físicas, agresividad hacia otros niños o adultos, rebeldía, rabietas... entre otros.

¿Existe alguna forma de prevenirlos?

Es mejor no hablar de prevenir su aparición, sino de tener las herramientas correctas para gestionarlos.

¿A partir de qué edad aparecen y hasta qué edad suelen darse?

Los celos como tal pueden aparecer en cualquier momento. Hay quienes dicen que pueden aparecer entre los 2 y los 5 años. Pero, si entendemos los celos como una emoción natural (y que incluso puede aparecer en los adultos), éstos pueden aparecer en cualquier momento en el que haya algún punto de inflexión. No obstante, conviene tener presente la edad del niño.

No es lo mismo cuando, por ejemplo, los celos aparecen en un niño que todavía está en la fase de apego con sus figuras de apego, que cuando los celos aparecen en un niño con el que ya puede hablarse y entenderse. No es lo mismo tampoco cuando la diferencia entre hermanos sea de 2, 3, 4 o 5 años de diferencia.

Cómo gestionar los celos infantiles

En este caso, Marsà asegura que lo que nos explica son siempre recomendaciones generales, ya que en el caso de que lleguen a interferir en la convivencia familiar, “es importante pedir ayuda y asesoramiento para entenderos”. Pero, ¿qué podemos hacer de primeras?

  • Normalizarlos. No hay que tenerles miedo y los niños deben ver que son aceptados, pese a ser incómodos o algo negativo.
  • Hablar, expresarse, adaptando nuestro lenguaje a la edad del niño. Es importante comunicarse a nivel emocional, por ejemplo, diciendo “veo que estás molesto”.
  • Los dos progenitores, si los hay, tomen un papel activo para hablar de los celos y crear un vínculo con tu hijo.
  • Todo ha de ser abordado desde la paciencia, el cariño, el amor y la aceptación.