Las joyas que acompañan a una novia hasta el altar son siempre especiales, pues se recuerdan durante décadas y se suelen convertir en piezas clave del joyero familiar. Este concepto cobra aún más importancia cuando las protagonistas del enlace pertenecen a la realeza, en cuyo caso los accesorios tienen un valor casi incalculable y cuentan con un papel destacado en la ceremonia. Tiaras, pulseras, pendientes, collares y broches componen la selección de piezas más escogidas por reinas y princesas para dar el sí quiero. Estas son algunas de las creaciones más emblemáticas de los enlaces de los últimos años que aún permanecen en nuestra memoria y nos inspiran.
Diana de Gales
En su boda con el Príncipe Carlos de Inglaterra, la desaparecida Diana de Gales recurrió a una de las piezas más destacadas de su joyero familiar para acompañar el voluminoso vestido con mangas farol, que David y Elizabeth Emanuel idearon para su ceremonia: la Tiara Spencer. Una creación realizada en oro, con flores y estrellas, decorada con diamantes de diferente tamaño y grosor y un corazón central. La acompañó con unos pendientes también de diamantes que pertenecían a su madre, Frances Roche y el anillo de compromiso con un zafiro azul, que actualmente está en posesión de la Duquesa de Cambridge.