Dicen los expertos que, en una boda, debe haber una cierta conexión entre todos los elementos que la componen, desde las invitaciones a los arreglos florales de la iglesia, pasando por el candy bar o esos rincones que nunca deberían faltar. Y en ese sentido, la decoración de las mesas no es una excepción. "Se tiene que pensar mucho en la vajilla, los manteles, y que los colores, no las flores, sean complementarios", explican desde Bourguignon. En un momento en el que en las mesas es válido casi todo, hay tendencias que gustan más que otras. "Vemos que lo verde está cogiendo muchísima fuerza, así como los colores muy vivos –corales, rosas, azules–. Las flores de estos arreglos son mucho más veraniegas como las peonias corales, las rosas naranjas, los violetas de las lilas, iris, o los azules intensos de los delifinium", apuntan.