La mayoría de invitados a una boda suele colaborar con el coste del viaje de novios. Sin embargo, cuando existe una relación muy estrecha, suele ser común querer hacer un regalo que puedan conservar para siempre y que les traiga buenos recuerdos de su gran día. Si no tienes muy claro por dónde empezar porque solo se te ocurren ideas para ella (o para él), algún objeto decorativo, una vajilla pintada a mano, cuadros para decorar la casa o una cristalería personalizada podrían hacer que te decidas.
Un regalo de boda debería ser algo especial y que pueda durar toda la vida. Por eso lo elementos decorativos suelen convencer más que las experiencias. Dentro de la colección Marrakech concebida por Cordelia de Castellane de objetos para la casa de Dior es posible encontrar unas piezas de cerámica realizadas en colaboración con la artista Anne Agbadou-Masson. Objetos únicos hechos a mano que convencerán a los amantes del diseño.