A la hora de dar forma a un look de novia, el punto del que parte la protagonista del gran día es una cuestión importante. No es lo mismo ir a ciegas a un atelier, que saber desde el primer momento qué tipo de resultado se busca o que tener una idea inicial de qué estilos resultan de interés. En el caso de Teresa Alarcón de la Lastra Bernal, una novia sevillana que nos descubre su inolvidable boda de septiembre, el concepto estaba muy definido. “Tenía claro que quería algo sencillo y atemporal. Suelo vestirme con prendas antiguas de mi madre, tanto en mi día a día como en ocasiones especiales y me inspiré en varios trajes suyos, de líneas sencillas, cortes a la cadera y vuelo”, nos explica.
Hoy viajamos con ella a este mágico enlace, en el que dio el ‘sí, quiero’ a Lorenzo Salinas Andrada-Vanderwilde, enfundada en un vestido de novia de Pol Núñez que denotaba su gran personalidad. Una creación con doble escote que esconde un curioso proceso y varias anécdotas. Acudió a este taller en la capital andaluza por las buenas referencias que había recibido sobre el mismo y no se equivocó.
La historia de un look fascinante
“Elegí a Mara, de Pol Núñez Novias. Mi suegra me comentó que tenía una prenda de hace años confeccionada por la firma y que estaba muy bien cosida. También, una amiga me animó, pues su hermana había tenido muy buena experiencia con ellos”, recuerda. Así fue como visitó esta marca de confección a medida y descubrió a una diseñadora que había comprendido su apuesta a la perfección.
La prenda, pensada para una boda a finales de verano en Sevilla, era una creación poco vista, de líneas limpias y con el corte a la cadera que ahora es tendencia. En nuestra charla, Teresa desvela los detalles de este diseño que fue un bonito obsequio: “el traje de novia fue un regalo de mis suegros, gesto que recordaré siempre con muchísimo cariño".
Todo comenzó con un esbozo, una suerte de inspiración que llegó hasta las manos de la madre de la novia y terminó por cobrar vida con un delicado tejido de alma rústica. “Recuerdo que estando en un bar con mi madre (que es artista), dibujó en una servilleta un traje de novia a base de nejas y me encantó. Cuando se lo propusimos a Mara, de Pol Núñez, apoyó la idea y me probó una capa suya de novia con nejas, muy parecida a lo que le expusimos, confeccionada en lino, tejido que contemplamos desde un inicio y que elegí tras verme con la capa de lino puesta. Me pareció preciosa”, apunta.
Del papel a la realidad
Así, el estilismo de nuestra protagonista contó con doble escote, el de la capa, a medio camino entre el barco y el Bardot, perfecto para la ceremonia, y uno cuadrado, a la altura de las clavículas, que encajaba con los tirantes, pensado para la celebración. “Por último, quise hacer realidad una idea que me divertía: quería que mi traje de novia tuviera una pequeña raja para el baile y pude abrir una de las nejas, que se planeó que estuviera hilvanada”, revela.
Delicadas joyas
Tan impresionante y cuidado era el traje nupcial como las joyas que lo acompañaron. Teresa lució una imponente tiara familiar que captaba toda la atención en su estilismo. “Pasó por manos de Carmina Román, de la joyería Román Joyero y el resultado fue espectacular”. También llevó su elegante anillo de pedida, que le regalaron sus suegros, ideado por su entonces futuro marido. “El montaje del anillo, lo realizaron maravillosamente en la joyería Gene. Aluciné cuando lo vi por primera vez”, confiesa.
Sin estar confeccionado o planteado siquiera su vestido de novia, nuestra protagonista ya sabía qué ramo llevaría en este día. La suya fue una elección personalísima, en sintonía con el carácter de su look. “Eran espigas de trigo recogidas del campo por mi amigo Rafael y unidas con un lazo de organza que buscó mi tía Mati Romero, de Pétalo Flores, para mí. Las espigas tenían un sentido religioso, pues el trigo simboliza el cuerpo de Cristo, pero ese día también portaban el recuerdo de los campos de trigo donde nos conocimos Lorenzo y yo, la tierra que a ambos nos vio crecer”, desvela.
Aunque en un principio, esta estilosa novia se planteó llevar zapato cerrado, no logró localizar ninguno que le gustara. "Finalmente, opté por unas sandalias de Lodi, muy sencillas, de tacón fino", señala. Fueron un regalo de su amiga Marina.
Pensando en estar verdaderamente cómoda, la sevillana quiso lucir unas alpargatas de lino en la fiesta. Una creación de Castañer, realizada también en lino, que puso la guinda a su segundo look (el inicial, pero desmontado). "Llevé un chal de lino para la iglesia que posteriormente me quité para la celebración. Para estar más cómoda, al final de la celebración me quité la tiara y el moño y me puse unos pendientes largos junto con una pulsera de flores, que había creado mi hermana Micaela, de Pétalo Flores, para mí".
Las claves de su elección 'beauty'
En las novias, es tan importante el vestido como el rostro saludable que lo acompaña. Si las facciones se ven apagadas, es posible que el resultado no brille tanto como la protagonista del día espera. Teresa acertó de lleno con su elección de belleza. “Mi idea inicial era maquillarme yo misma, pero mi hermana Ignacia me animó a que contara con Lourdes Camacho Make Up. Me gustó mucho el trabajo que pude ver en su perfil de Instagram y al saber que se había formado con Patricia Franco, maestra del maquillaje, no lo dudé”, comparte.
“Recuerdo con mucho cariño tanto la prueba de maquillaje como el momento con Lourdes el día de la boda, cuanta paz y confianza desprende. Me encantó el resultado, tan natural y profesional. En cuanto al peinado, fui esa misma mañana a la peluquería Aviva, en la calle Felipe II, donde me peinó Patri. Lo hizo estupendamente y consiguió lo que buscábamos, un moño tipo bailarina”.
Más que amigos
A continuación abordamos la historia de Lorenzo y Teresa. La sevillana nos descubre cómo comenzó todo, a comienzos de la adolescencia, en este bonito relato. “Lorenzo y yo nos conocimos en San Ignacio (finca familiar). Éramos muy pequeños, tendríamos unos doce o trece años y vino con su hermano y sus tíos, muy amigos de mis padres, a pasar el día. Aún recuerdo la naturalidad con la que se acercó a mí, me habló como si nos conociéramos de toda la vida y enseguida cogimos confianza. Más tarde, coincidimos en la misma clase en el colegio, pero no fue hasta la universidad cuando empezamos a salir”, cuenta.
En esa etapa iniciaron una relación que ha llegado hasta nuestros días y que, al cumplir casi una década, dio un paso más en materia de amor. “Lorenzo me propuso entonces que nos casáramos”. La pareja se sumergió, con aquella proposición, en la apasionante peripecia de organizar su ‘sí, quiero’.
Una boda entre tres enclaves
Para festejar su gran día escogieron como fecha el pasado 20 de septiembre. La ceremonia religiosa se desarrolló en la Parroquia de Santa Cruz. “De la que soy hermana, al igual que lo es mi padre y el padre de Lorenzo, por lo que tenía un gran valor sentimental para ambas familias”, explica Teresa.
Tras la misa, los recién casados y sus convidados se trasladaron al enclave escogido para una primera recepción: “la casa de la abuela de Lorenzo. Teníamos mucha ilusión de poder saludarla ese día y compartir con ella. Allí, la familia ofreció una copa y jamón Casa de Salinas a los invitados, con una excelente atención de la mano de Ulivo Catering”.
La pareja se desplazó en coche (“de nuestro amigo Alfredo, Epoca Cars”) hasta el espacio de celebración, el Real Club Pineda, en Sevilla. “Para nosotros, Pineda fue un acierto total, estuvimos comodísimos, perfectamente atendidos y la comida resultó espectacular”, dice Teresa.
Recuerdos de la jornada
"Disfruté muchísimo y recuerdo, especialmente, la entrada en la iglesia con mi padre. Ver a todos nuestros seres queridos, reunidos por Lorenzo y por mí, me llenó plenamente. Sentí una dicha y agradecimiento indescriptibles", relata Teresa.
A la hora de seleccionar a los fotógrafos del enlace, los novios lo tuvieron claro. Combinarían dos equipos por los que sienten verdadera admiración para que captaran los momentos de esta jornada. Uno, además, tenía un gran valor sentimental para la pareja. "Para las fotos contamos con mi hermana Ignacia, fotógrafa de profesión (desde su cuenta @ignaciafotoss). Aluciné tanto con el resultado, tan artístico y personal como con su entusiasmo y entrega a lo largo del día. Ignacia vino acompañada de @avstudioos y Pablo para hacer el vídeo de la boda. Además, contamos con el equipo de Couché Studio, pues siempre nos había gustado mucho su trabajo y así fue".
Al frente de la organización de su esperado enlace estaban los propios novios, que renunciaron a la figura de la organizadora de eventos. Si contaron con la ayuda de sus familias durante los meses de preparativos. Precisamente a una familiar de Teresa, Mati Romero, de Pétalo Flores, recurrieron del mismo modo nuestros protagonistas para decorar el templo. “Todo lo que hace es precioso y especial, la admiro mucho”, comenta.
En el caso de la celebración, fue La galería de Jesús Fuertes la floristería encargada de poner la nota floral en las diferentes mesas. La pareja quedó entusiasmada con los centros de hortensias de tonos degradados, olivo y helecho que realizó la firma.
Para su suegra, la andaluza tiene unas palabras de alabanza hacia su elección de estilo: "la madre de Lorenzo me pareció que fue elegantísima de madrina, con un diseño de Fabio Prieto realizado en Madrid".
La mejor sensación
Si echa la vista atrás, nuestra protagonista no se olvida de lo que experimentó el pasado 20 de septiembre. "Para mí, lo más especial de ese día fue la paz y la alegría tan desbordante que sentí en todo momento. También lo fue el percibir que Lorenzo estaba sintiendo lo mismo", reconoce.
Toda boda es un viaje y ¡qué viaje fue la de Teresa y Lorenzo! Aquella aventura que comenzó hace más de una década tuvo en esta jornada su gran fiesta del amor. Como sucede con cada etapa de la vida, de este instante la pareja también ha aprendido. Y, por ello, para concluir, Teresa nos presenta una lección fabulosa, una apuesta por la resiliencia. "Lo que considero más importante del día de la boda es la actitud de los novios, pues ocurren cosas que no salen como habías planeado y en tu mano está siempre el disfrutar", concluye.


































