La semana pasada te contamos, en exclusiva, (casi) todos los detalles de la boda de Stella del Carmen Banderas y Alex Gruszynski. La pareja se casó el pasado 18 de octubre en España; eligieron Abadía Retuerta LeDomaine, un hotel de ensueño ubicado en la localidad vallisoletana de Sardón de Duero, hasta el que se desplazaron sus familiares y amigos. La hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith siempre tuvo claro que su 'sí, quiero' sería reducido —estuvieron acompañados de cerca de 200 invitados— y en España; que su vestido de novia sería romántico, algo gótico e inspirado en el encaje español, y que no llevaría uno, sino dos diseños.
El día de su enlace, Stella del Carmen se decantó por un vestido a medida de Rodarte, un diseño en el que trabajó mano a mano con las hermanas Kate y Laura Mulleavy, fundadoras de la firma, a lo largo de nueve meses. Era una pieza muy especial: con escote de forma de corazón y unos delicados tirantes que reposaban sobre sus hombros; y manguitos que, lejos de ceñirse hasta las muñecas, caían como mangas acampanadas desde la altura del codo. Estaba confeccionado en encaje y gasa y tenía un pequeño bordado de color azul en el interior.
Como accesorios llevó un velo de encaje, con una longitud de tres metros, que cubría ligeramente sus hombros. También unos pendientes de diamantes que pertenecían a su familia materna. Y un ramo de calas negras, una elección sorprendente, pero cargada de significado y con la que conseguía que toda su boda respirara la misma estética y pareciera sacada de una historia de fantasía. Sin embargo, para el momento de la cena decidió cambiarse y sorprender con un segundo look.
© Días de vino y rosas
© Días de vino y rosasCada vez es más frecuente que las prometidas opten por diseños que evolucionan a lo largo de la celebración, adaptándose a cada momento del día. Es su forma de verse más "novias" durante la ceremonia formal, y sentirse cómodas en la cena o el baile. También hay quienes, como Stella del Carmen, sustituyen directamente un traje por otro. En su caso, optó por un segundo vestido que desveló en el momento de la cena —recordemos que el menú fue ajoblanco con uvas de temporada, a modo de entrante; solomillo o lubina salvaje, con crema de pizarras y pimiento verde, a elegir como plato principal; y tarta de queso al estilo vasco, de postre—.
© Días de vino y rosasLa hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith apostó por un vestido hecho a medida y diseñado por la estadounidense Jane Brooke, que ha vestido con sus creaciones a decenas de estrellas de Hollywood. Se trata de una prenda de corte lencero, confeccionada en seda, con aberturas en las mangas y el cuerpo ligeramente ablusado. La falda, recta, se ceñía suavemente a su figura y de la parte posterior nacía una pequeña cola que Stella del Carmen sujetó durante el baile. Un momento muy emotivo que compartió con su padre, Antonio Banderas. Con él bailó Moonlight Serenade, el clásico de Glenn Miller, que fue interpretado por una veintena de músicos de la orquesta sinfónica Larios Pop del Soho. A mitad de la canción, la novia ya bailó con su marido.
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© Días de vino y rosasCompletó este look tan sencillo y elegante con un collar vintage, tipo rivière, y pendientes largos de diamantes que se intuían a través de su melena suelta, peinada con ondas.
