Con guiño a Lola Flores e inspirado en los años 70: todos los detalles del segundo vestido de novia de Blanca Llandres

Este sábado, 18 de octubre, Alberto Herrera y Blanca Llandres se han dado el 'sí, quiero'. La pareja, que espera su primer hijo, se ha casado en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, ubicada en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Allí, el locutor de la cadena COPE, hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, y la psicóloga especializada en Recursos Humanos, prima de Lourdes Montes, han estado acompañados de sus familiares y amigos, con los que se han trasladado a la Finca Marbella, propiedad de la periodista Teresa de la Cierva, donde ha tenido lugar el almuerzo y la celebración posterior.  

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Blanca, que estaba radiante, confió en el diseñador Nicolás Montenegro para que creara su primer vestido de novia. Era una prenda fluida, de corte imperio, con escote cuadrado, mangas adherentes y falda con vuelo. Lo completaba una cola de doble capa, para la que se han invertido más de seis metros de bambula de seda. Pero, sin duda, el detalle más especial estaba en el torso. Ha sido realizado siguiendo la técnica del microdrapeado; un trabajo artesanal, sobre maniquí, en el que se han invertido más de 40 horas de trabajo para lograr un acabado tan especial y conseguir que los pliegues se convirtieran en la mayor ornamentación del diseño. En total, se han empleado cerca de 20 metros de tejido para conseguir el resultado deseado.  

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Pero ese no ha sido el único vestido que ha creado para ella el sevillano. Aunque cada vez más novias apuestan por vestidos convertibles, prendas que evolucionan a lo largo del día para adaptarse a todos los momentos de la celebración, Blanca ha preferido llevar dos diseños diferentes. El segundo estaba también realizado en bambula de seda, manteniendo cierta continuidad con el primer traje y, al contrario que el primero, sí tenía una inspiración muy andaluza.

© Cortesía de Nicolás Montenegro

Se trata de un diseño compuesto por un patrón de tres capas de volantes, con escote de pico y la espalda totalmente descubierta. La pieza nos hace pensar inmediatamente no solo en los trajes típicos de Andalucía, sino en la moda setentera de Studio 54. Y es que, como explica el creativo, han querido hacer "un guiño a nuestra querida Lola Flores".