Ir al contenido principalIr al pie de página

Conchita, la madrina más elegante de una boda en Toledo, con un vestido de escote barco y una mantilla blanca familiar


Su sofisticado look en color maquillaje estaba confeccionado por Manuel Obando y a él se sumó un lazo para acompañar la mantilla


Madrina de boda con escote barco Obando y mantilla blanca© Javier Sancho
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
19 de octubre de 2025 - 19:00 CEST

Llevar mantilla en una boda no es solo un recurso estético, es una declaración de intenciones y en muchos casos un guiño a la tradición y al legado familiar. Escoger qué pieza se luce en el gran día no es tarea fácil, pero en conversaciones con la novia se puede decidir sobre el tono apropiado, tal y como recomiendan las normas de etiqueta. Es lo que hizo Conchita, una de las madrinas más aplaudidas de la red, cuando se casó su hijo. “Me probé mantilla negra y mantilla blanca; las dos le iban muy bien al traje, pero por la hora de la celebración y la época del año, opté por la blanca —previo consenso con la novia—, que me aportaba más luz”, nos explica. De su mano descubrimos todos los detalles del look que escogió, firmado por Obando Costura.

Madrina con mantilla antigua y perlas© Javier Sancho

El tono maquillaje, el color tendencia en el look

Para el enlace en Toledo de su hijo, esta sevillana confió en el diseñador de su tierra, al que le une una gran amistad. “¿Por qué Manolo Obando? Estaba fuera de toda duda. Nos conocemos muy bien, y me fío a ciegas de su criterio”, reconoce. Con la seguridad que da la confianza, nuestra protagonista acudió a su atelier para dar forma a esta prenda tan especial. “Yo le había enseñado varias cosas que me gustaban, muy dispares y él hizo un diseño ajustado a mis gustos y personalidad”, introduce. 

Madrina viral con mantilla blanca© Javier Sancho

El protocolo de las madrinas con mantilla establece que los tonos más apropiados en el vestido, a la hora de llevar este complemento, deben ser los suaves, pasteles y neutros. Precisamente un color maquillaje fue el escogido para esta propuesta, siguiendo la estela de los estilismos en rosa para la madre del novio, un tono que es tendencia. “El color lo sugirió él y me encantó”, confiesa Conchita. El resultado fue una propuesta con escote barco, manga en forma de volante, pliegues en el cuerpo y corte imperio con la que estaba realmente favorecida. “Era cómodo, tenía movimiento y me permitía moverme a mis anchas y bailar sin problema”, recuerda.

Mantilla blanca con vestido maquillaje de Manuel Obando para madrina© Javier Sancho
Madrina boda religiosa© Javier Sancho

Los tejidos fueron claves para lograr un acabado especial, inolvidable, vistoso y, sobre todo, elegante. Y en el taller del diseñador seleccionaron los apropiados para el efecto deseado, tal y como detalla la propia Conchita: “la parte de abajo era un georgette en seda natural, de un rosa algo indefinido entre maquillaje y ladrillo y la de arriba una organza de seda a tono con la de abajo, levemente tornasolada”.

De la mantilla al bolso más cómodo

Con la pieza decidida, diseñador y clienta pasaron a estudiar la colocación de la mantilla en color crudo. El creador sevillano fue quien se ocupó de que este accesorio de legado familiar luciera en todo su esplendor. Conchita iba peinada por su sobrina María de Gracia, en quien ella confiaba plenamente. “Obando me dijo a qué altura quería que me hiciera el recogido, que es muy importante para poner la peina luego y ella hizo lo demás. La mantilla me la puso Obando. La sujetó con un broche, una barra de brillantes y rubíes mía, de las alhajas de mi madre”, apunta. 

Madrinas de boda con mantilla© Javier Sancho

Teniendo presente que la teja debía estar recta y el encaje sujeto discretamente al traje, pasaron a los detalles. “A Obando le gustaba que llevara un lazo a un lado de la cabeza. Como el color del vestido no era fácil, hizo un lazo con dos cintas distintas, que quedaron estupendamente encajadas”, señala. Fue así como la mantilla ganó en personalidad, sin perder su carácter sobrio. A este complemento se sumó un elegante bolso clásico de malla de plata: “muy ligero y fácil de llevar colgado de la mano”. 

Vestido de madrina maquillaje con mantilla y lazo© Javier Sancho

Para las joyas, nuestra protagonista confió en diseños tradicionales, que no pasan de moda y que aportan luz al rostro. Los encontró en una joyería sevillana de gran reputación en la capital andaluza entre quienes conocen el sector: “de pendientes llevaba una tira de brillantes rematada con una perla y una rivière, todo de Romu Joyeros”. Una apuesta perfecta para acompañar su maquillaje sencillo y natural, que la propia madrina se realizó a sí misma, siendo fiel a su estilo. “Siempre lo he hecho por gusto. He maquillado a mis amigas, hijas, sobrinas y a todas sus amigas para la feria y cualquier fiesta. Me divierte y me encuentro más cómoda y segura, porque soy alérgica a muchos productos de cosmética”, asegura. 

Madrinas de boda con mantilla© Javier Sancho
Mantilla antigua para madrinas© Javier Sancho

Una boda de tarde en Toledo

Aunque Conchita es sevillana, lo cierto es que no llevó la mantilla en una celebración andaluza, sino que fue fuera de su tierra. Concretamente, el enlace de su hijo tuvo lugar en Toledo, a las 17 horas, en la Iglesia de Santiago del Arrabal. Posteriormente, los novios y sus invitados celebraron este gran día en una finca cercana a la localidad, que era propiedad de la familia de la novia. “La tarde no pintaba muy bien”, recuerda nuestra protagonista, pero aquello fueron solo pronósticos, porque los asistentes pudieron disfrutar de una maravillosa puesta de sol.

Las anécdotas que le apetece destacar

El ‘sí, quiero’ fue memorable, al igual que lo fueron los proveedores escogidos por los recién casados. Del menú se encargó Catering La Bohème, originario de Madrid, para el que esta madrina viral tan solo tiene buenas palabras: “el resultado fue genial, tanto el servicio como el aperitivo y la cena”.

Madrina de boda con escote barco Obando y mantilla blanca© Javier Sancho

Antes de concluir su relato, Conchita quiere hacer una mención destacada a tres anécdotas de la jornada. Entre esas historias curiosas hay lugar para una divertida: “nuestro hotel estaba frente a la plaza de la Iglesia. Vinieron todos los amigos de nuestra familia, en un cortejo improvisado, que resultó muy bonito, y que llamó tanto la atención de los transeúntes, que se paró el tráfico para que cruzásemos, y los turistas, sobre todo los asiáticos, no pararon de hacernos fotos”. 

Decoración de bodas al aire libre© Javier Sancho

También hubo espacio para la emoción: “entre los concelebrantes, había un primo de la novia y un íntimo amigo del novio, ambos a punto de ordenarse, lo que le dio a la celebración un toque muy afectivo”. Y, por último, recuerda que para abrir el baile, escogieron una de sus canciones preferidas: “nuestra canción favorita para las puestas de sol en la playa, Tes Quiero Mai Lof, de La Canalla y para ello prepararon una coreografía totalmente a propósito para la música”. Y es que solo una celebración genuina podría haber dejado tan buen sabor de boca a la madrina.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.