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Los otros dos vestidos de novia de Grace Kelly que no conoces son diseños perfectos para una boda civil


La actriz llevó en su primer 'sí, quiero' otros dos looks románticos, más allá del clásico diseño de corte princesa que todos recordamos


Rainiero de Mónaco y Grace Kelly en la previa a su boda civil© Getty Images
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
8 de octubre de 2025 - 19:00 CEST

Al pensar en el vestido de novia de Grace Kelly, la primera imagen que viene a la cabeza es, sin duda, el diseño que marcó un antes y un después en la historia de la moda. Una pieza con cuerpo de encaje de Bruselas y falda globo de tafetán que es inspiración para las prometidas actuales y fue un regalo de los estudios MGM a la actriz para el día en el que quedaría convertida en princesa. Era una creación, repleta de perlas, de la diseñadora de vestuario Helen Rose, que confeccionó un equipo de 30 costureras, durante dos meses. Sí, esta prenda acompañó a la ganadora de un premio Oscar al altar, pero lo cierto es que no fue su único look nupcial. En su boda civil hubo otros dos vestidos protagonistas, propuestas románticas, con abundantes detalles, que también se realizaron a medida para la ocasión.

Rainiero de Mónaco Grace Kelly en la previa a su boda civil en 1956© Getty Images

Naíf y romántico: el primer look de la jornada

La gran ceremonia religiosa que tanto se recuerda entre Grace Kelly y Rainero de Mónaco tuvo lugar el 19 de abril de 1956 en la Catedral de San Nicolás de Mónaco, pero justo el día anterior, los novios se juraron amor eterno en el Salón del Trono del Palacio del Príncipe de Mónaco. El 18 de abril, la prometida del príncipe monegasco se convertía en su esposa con dos vestidos de novia de largo midi que repartió en dos momentos clave de la jornada. Diseños sofisticados que, a pesar de los años que los separan de nuestros días, pueden resultar muy inspiradores en los ‘sí, quieros’ actuales.

Rainiero de Mónaco Grace Kelly en la previa a su ceremonia civil en 1956© Getty Images
Rainiero de Mónaco y Grace Kelly en la previa a su boda civil en 1956© Getty Images

La primera parte del día, los futuros recién casados se dedicaron a recibir sus regalos de boda en el Palacio del Príncipe (un coche, una paloma, cientos de cartas, detalles del pueblo monegasco y decenas de ramos de flores, entre otros obsequios curiosos) y a saludar a los invitados a su boda desde el patio de este mismo palacio. Para la ocasión, la actriz se decantó por un diseño de largo midi y silueta corolle (que había popularizado poco antes Christian Dior), en clave dulce y de estilo preppy, que era perfecto para una reconocida e icónica estrella del Hollywood dorado que se transformaría en miembro de la realeza. 

Rainiero de Mónaco y Grace Kelly en la previa a su boda civil© Getty Images

Era una propuesta con mangas cortas fruncidas, falda vaporosa, cinturón fino y cuello babero a capas con lazo al centro. Al estilismo le sumó unos salones de tono neutro y tacón sensato, unos guantes blancos, un bolso con motivos pastoriles y varios lazos (a juego con el del cuello) que repartió por su melena corta, marcada con ondas.

Para la ceremonia civil: un vestido de novia bordado en hilo de seda

Más tarde tuvo lugar la celebración civil. Entonces, para aquella cita que ofició Marcel Pontanier —realizada en francés—, la princesa confió en la misma diseñadora del gran look nupcial que vestiría al día siguiente (ante 30 millones de espectadores, en la retransmisión de su paso por el altar). Helen Rose creó para esta cita formal, en el salón del trono, un diseño de largo midi: un dos piezas en un suave rosa (cercano al color champán) que destacaba por tener como protagonista el encaje Alençon que cubría todo el look (cuya base estaba confeccionada en tafetán) y unos bordados con hilo de seda que lograban un deslumbrante efecto de tejido brochado. 

Grace Kelly en la previa a su boda civil en 1956© Getty Images
Grace Kelly tras su boda civil© Getty Images

La falda destacaba por tener un elegante vuelo, mientras que el cuerpo ajustado presentaba manga francesa acabada en un puño vuelto, botonadura central y cuello bebé cerrado a partir de una lazada (los lazos eran uno de los recursos estéticos que más parecía gustar a la estadounidense). Todo ello lograba un espectacular efecto tridimensional en el diseño.

Grace Kelly y Rainiero de Mónaco en su boda civil© Getty Images

Los complementos, en este caso, fueron dignos de la época en la que tuvo lugar este gran día. Y es que en la década de los 50 del pasado siglo, los guantes eran sinónimo de sofisticación, una herramienta para lograr un resultado atemporal y refinado. En pleno mes de abril, la estadounidense se decantó por unos de formato pequeño, elaborados en piel, que se adaptaban a la perfección a su mano. Además, confió en otros accesorios infalibles: unos salones de tacón de un tejido parecido al de las prendas que vestía y un tocado, a medio camino entre el turbante y la diadema (una suerte de juliette cap), que presumía de unas flores de tejido montadas en un lateral. Se apreciaba un detalle llamativo: la ausencia de joyas que acompañaran al conjunto (elementos que tampoco estuvieron presentes en su elección para la mañana de ese día).

Grace Kelly y Rainiero de Mónaco en su boda civil 1956© AFP via Getty Images

Este look no solo lo lució la actriz en el momento en el que ella y Rainiero III de Mónaco se convirtieron oficialmente en matrimonio, sino que también fue el escogido para la recepción real posterior. El palacio de Montecarlo acogió una fiesta en el jardín a la que acudieron sus invitados, pero también representantes de la sociedad civil. Fue en este lugar en el cual la pareja dejó algunas imágenes para el recuerdo, rebosantes de ilusión y brindando con los allí presentes. El novio quiso llevar en esta cita un elegante chaqué clásico, en color negro, con pantalones a rayas, chaleco blanco y corbata gris.

Grace Kelly Rainiero de Mónaco en su boda civil 1956© Getty Images
Grace Kelly y Rainiero de Mónaco tras su boda civil© Getty Images

Las pistas del diseño más esperado 

Este segundo estilismo de la novia daba pistas del que sería el imponente look nupcial que pasaría a la historia, el diseño que la intérprete de Alta Sociedad llevaría al día siguiente, en su boda religiosa. Y es que había grandes coincidencias entre ambas propuestas. Por un lado, la creadora era la misma para ambas piezas, la reputada y galardonada figurinista de la MGM. Ambas prendas contaban con exquisitos tejidos de encaje, presentaban una botonadura delantera central, destacaban por la ausencia de escote y remarcaban la cintura de la royal monegasca. En materia de accesorios, también existen similitudes en los tocados que Grace Kelly llevó en ambas ceremonias, pues incorporaban flores en relieve, cubrían la zona de la coronilla y debían llevarse con recogidos altos.

grace kelly wedding dress 1a© Getty Images

Tras esta boda civil, tuvo lugar una gran gala en la Ópera de Mónaco y, al día siguiente, el 19 de abril, el esperado ‘sí, quiero’ que sacó a la luz el vestido nupcial que inspiró a novias como Kate Middleton, Sassa de Osma, Kitty Spencer, Jasmine Tookes y Paris Hilton. Quizá devolviendo la atención que merece a sus dos diseños para la ceremonia civil también asistamos a un repunte de recién casadas que se hayan fijado en los mismos para contraer matrimonio.

grace kelly boda© Gtresonline

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