Hay una premisa que se cumple en todas esas madrinas que relatan, con ilusión, los detalles de su look más especial, el que llevaron en las bodas de sus hijos: ser fiel a una misma con el diseño escogido. También María del Mar, cuyo estilismo lleva un año dando la vuelta a las redes sociales, coincide en esta idea: “mi consejo para futuras madres del novio es que nunca pierdan su esencia. Me parece importantísimo no sentirte disfrazada en un momento tan especial”. Lo dice ella, una mujer que apostó por un vestido satinado con capa desmontable para el esperado día. Una pieza en color lila que diseñó su nuera, fundadora de la firma Elena Moore, con la que estaba elegante y sofisticada. En las siguientes líneas descubrimos todos los secretos de su acertada elección que está inspirando a otras muchas invitadas con estilo.
© palogoca“Desde que mi hijo y mi nuera nos contaron que se casaban, tuve muy claro que con mi vestido de madrina quería sentirme guapa, favorecida, pero sobre todo yo misma”, introduce. Por aquel entonces, cuando se planteó por primera vez qué tipo de prenda se imaginaba, se dio cuenta de que le gustaba la idea de lucir una capa. “Con el vestido dudé más, pero siempre pensé que el escote halter me favorecía mucho”, recuerda.
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© palogocaDel boceto acertado a la costura impecable
Una última cosa tenía muy presente al enfrentarse al reto de crear un diseño tan especial y es que los accesorios eran clave. “También sabía que quería ponerme mis joyas antiguas, que son herencia familiar y que me gustaba mucho el color malva”, apunta. Con esto en mente, María del Mar se puso en manos de Elena Moore y el proceso de trabajar con su nuera no pudo ser más maravilloso. “Ella me propuso hacerme el vestido de madrina y no dudé ni un segundo en decirle que sí, me encanta como realza con la belleza de las mujeres con sus diseños sencillos y elegantes”, señala.
© palogocaTeniendo claros los requisitos, Elena Moore ideó un conjunto de bocetos muy juveniles que dieron en el clavo. De esta forma, nuestra protagonista supo cómo quedaría su ansiado diseño de madre del novio. “No hicieron falta demasiadas pruebas ni mucho tiempo, ya que supo captar mi estilo a la perfección y su fantástico equipo de costureras lo puso todo muy fácil”, confiesa.
© palogocaEl resultado fue espectacular, elegante y sofisticado a partes iguales, puesto que mezclaba la sencillez del efecto satinado y el escote halter con la espectacularidad de una capa vaporosa. Podría decirse, sin duda alguna, que la magia de la pieza residía en la selección de tejidos. “Elegimos un crepe satinado italiano maravilloso, combinado con una gasa con un movimiento espectacular y el resultado no pudo gustarme más”, reconoce. La creación tuvo tanto éxito que la marca se vio obligada a ofrecerla a nuevas interesadas: “mi vestido gustó tanto que forma parte de la colección de madrinas de Elena Moore y le ha puesto mi nombre al diseño”.
© Elena MooreUn look de madrina transformable
Más allá de la estética, esta madrina viral y su querida diseñadora se ocuparon de que el look fuera, además, práctico. Un detalle que no pasó desapercibido del estilismo es que era desmontable, por lo que, al llegar la fiesta, nuestra protagonista pudo retirar la capa para bailar más cómoda y lucir igual de juvenil. “Quería ir elegante ante todo. Buscaba un vestido atemporal y elegante, algo que no fuera demasiado tendencia y que me gustase pasaran los años que pasaran”, admite.
© palogocaAdemás del éxito del vestido, María del Mar rememora lo agradables y bonitas que fueron cada una de las citas. "Es un proceso que recuerdo con especial ilusión, ya que hacíamos las pruebas de su vestido de novia a la vez que las mías y lo pasamos genial”, dice. Y es que la boda puede convertirse en la excusa perfecta para que madres, hijas, suegras y nueras, se vean con más asiduidad y se conozcan mejor.
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© palogocaComplementos de legado familiar
Conocedora del poder de unos complementos escogidos con dedicación y simbolismo, esta madrina recurrió no solo a piezas de su joyero familiar, también a un abanico antiguo que perteneció a su madre. Llevó, del mismo modo, dos broches florales, uno ubicado en la espalda, sujetando la capa y otro sobre el recogido que lució. “Marybodas supo peinarme y maquillarme acorde con el vestido. Normalmente, llevo el pelo suelto, sin embargo, me sentí cómoda”, cuenta.
© palogocaEl Puerto de Santa María en verano
El estilismo se pensó desde cero para la boda de su hijo, que tuvo lugar en pleno mes de julio en El Puerto de Santa María. Un escenario como este bien merecía un diseño fresco a la par que sobrio y algo chic. Cuando le preguntamos a María del Mar acerca de la jornada nos explica que se desarrolló entre dos escenarios: “la ceremonia fue en la Parroquia de San Francisco, en El Puerto de Santa María, y la celebración en Hacienda la Peñuela, en Jerez de la Frontera”.
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© palogocaEra un enlace de tarde, con banquete al caer la noche. “Florenea fueron los decoradores, el catering lo sirvió El Faro y Gilafest montó la fiesta. Fue una boda divertida y espectacular”, relata. Y, como en todos los ‘sí, quieros’ entrañables y divertidos, también hubo hueco para las anécdotas. Ella nos desvela una sorpresa muy de moda, en línea con su look de madrina: “Elena Moore vistió a treinta invitadas: ¡madrina, madre de novia, su abuela, cuñadas, primas y amigas! Por supuesto, ella también se diseñó su vestido. ¡Estaba guapísima!”.
© palogocaLlevando su mente a aquella jornada que guarda en el corazón, nuestra protagonista reconoce que el día fue inolvidable y que no tuvo que preocuparse de su estilismo, no le dio problema alguno. “Temía el calor. Yo quería algo cómodo para la fiesta y que no fuera de manga larga. Creo que Elena Moore lo consiguió. Fui apropiada para la iglesia y para la fiesta. Gustó mucho en general”, concluye. Y es que, jugando a los pareados, vestido bien recordado, vestido realmente acertado.
