Cada vez son más las novias que se plantean bucear en su legado familiar para encontrar la mejor inspiración para su look nupcial. Algunas se fijan en piezas que vistieron en el pasado sus familiares y tratan de replicarlas en la actualidad, otras rescatan accesorios de sus abuelas y los lucen en el gran día y unas terceras actualizan aquellos vestidos con los que sus madres pasaron por el altar. La historia de Isabel es de este tipo, porque recurrió a extraer el cuerpo de un diseño de su abuela para que fuera el elemento protagonista de su estilismo. Hoy descubrimos su historia, la de una propuesta a medida confeccionada con mimo por el equipo de From Lista With Love, que lució en su boda en Madrid.
Cuando le pedimos a nuestra protagonista que relate cómo fue el proceso de creación de su vestido de novia soñado, ella reconoce que en cada una de las citas disfrutó a lo grande y que la buena sintonía con la firma fue clave en haber exprimido con gusto la experiencia. “Escogí a Macarena y Zuma de From Lista With Love. Me encantó su espontaneidad y naturalidad. Supieron captar a la perfección la idea que tenía y además la hicieron suya desde el primer momento”, reconoce.
Desde que se decidió por el atelier madrileño, Isabel tenía una cuestión clara: construir todo el diseño teniendo como base un detalle clave: “rescaté un vestido de mi abuela, de cuando era joven y utilicé el corpiño”. El objetivo era dar forma a una propuesta muy personal para la novia, sin perder de vista las tendencias actuales y la estética que viste habitualmente protagonista.
“Macarena y Zuma supieron perfectamente cómo convertirlo en un traje con muchísimo significado para mí, pero adaptado a un estilo muy mío y más contemporáneo”, apunta. Y el resultado fue un espectacular vestido con mangas de ángel desmontables, de inspiración medieval, con falda vaporosa y escote cuadrado. “Hicieron una falda de lino con una sobrefalda de gasa de seda y una cola de organza. Para los tirantes volvieron a utilizar lino, y me hicieron unas mangas que caían hasta el suelo con la misma gasa de la sobrefalda”, recuerda.
El look de Isabel era convertible. Tanto las mangas como la sobrefalda del traje se podían retirar, para quedarse únicamente con la falda de lino. No lo hacía solo por seguir la tendencia que triunfa en las bodas (que apuesta por lucir un diseño desmontable), en realidad, de esta forma, en la celebración podía estar más cómoda.
No hay duda de que la conexión entre esta madrileña y su madre se reforzó durante los preparativos de su enlace. “Mi madre y yo no queríamos irnos de las pruebas de lo bien que lo pasábamos”, expresa.
Con la misma delicadeza que seleccionó el taller de su look nupcial, nuestra protagonista escogió los accesorios. El velo era un complemento incuestionable, puesto que fue el mismo que su madre llevó en su gran día: “era ideal, de tul con bordados en los bordes”. Además, escogió unos zapatos a medida, con los que aguantó toda la noche, una creación de Larrañaga Shoes que ella define como muy cómodos.
Sin duda, el elemento que captaba todas las miradas era, en realidad, una joya. Si bien parecía un tocado, al estar colocado sobre la cabeza, esta pieza formaba parte del joyero familiar. “Para la misa y el cóctel, llevé un collar de mi madre en la cabeza y unos pendientes muy sencillos de brillantes. Luego, para el baile, me quité el collar y me puse unos pendientes largos de brillantes con unas perlas colgando, también de mi madre”, comparte.
Para un look de inspiración teatral, nada mejor que un ramo romántico y silvestre. El de Isabel era una creación de Jimena, fundadora de MarengoFlores. “La base era de esparraguera, combinada con varias flores blancas de temporada, como peonías y rosas inglesas”, asegura. Una apuesta, de aires bucólicos, que no restó importancia a otros ingredientes del estilismo.
Fiel a la máxima de naturalidad que domina los looks de belleza de los enlaces actuales, se decantó por una fórmula sencilla de lo más favorecedora. “Me puse en manos de Alexandra Díaz y no me pudo gustar más cómo me dejó. Me hizo un moño de bailarina adornado con el collar de mi madre y un maquillaje muy natural con un efecto glow en la piel”, nos dice.
Dice la sabiduría popular que los lugares en los que pasamos las vacaciones se guardan por siempre en nuestro corazón. También sucede así con algunas personas que se cruzan en el camino durante esta temporada. Que se lo digan a Isabel, que conoció a su ya marido Álvaro, por caprichos del destino: “nos conocimos en nuestro sitio de veraneo hace 10 años”.
No fue entonces, sino algo más tarde, cuando a la pareja se le pasó por la cabeza la idea de dar el gran paso y convertirse en matrimonio. El compromiso lo orquestó Álvaro, sin caer excesos, sin que la novia lo esperase. “Llevábamos juntos siete años y me lo pidió un domingo cualquiera, dando un paseo”, desvela. Y con la misma ilusión de aquel primer día se pusieron manos a la obra con los preparativos.
El gran día tuvo lugar el pasado 14 de junio, a las puertas del estío y con un día soleado muy propio de Madrid, lugar en el que se desarrolló el enlace. Para su ceremonia religiosa, los novios se decantaron por la Parroquia de San Manuel y San Benito, ubicada en el número 83 de la calle Alcalá. Después, junto a sus invitados, se trasladaron al emblemático Real Club de la Puerta de Hierro, para celebrar la jornada.
Entre risas, Isabel nos cuenta que no hay un solo detalle del día que pudiera resaltar sobre todo, pero que si tuviera que quedarse con lo más especial, ello sería el hecho en sí de haberse casado con Álvaro, después de tantos años de amor.
Como sucede con otras bodas virales, la pareja prefirió no contar con wedding plannerpara preparar este acontecimiento. En cambio, decidieron que ellos mismos se encargarían de seleccionar a sus proveedores y cada uno de los detalles del día. De esta forma, podrían vivir una experiencia en la que se viera reflejada al completo su personalidad.
La decoración de los espacios del banquete corrió a cargo de Marengo, la misma firma que se ocupó del ramo de novia. La idea era crear un ambiente agradable, de inspiración romántica: “como me casé en un jardín, le di muchísima importancia a las flores y a la iluminación. Buscábamos algo fresco y alegre, así que utilizamos flores en tonos buganvilla, fucsia y anaranjados, acompañadas de velas de diferentes colores. La iluminación la llevamos a cabo con María, de La Fiebre Eventos. Nos pusieron lámparas altas en las mesas y perimetraron todo el jardín para darle calidez por la noche”.
"La música es súper importante para nosotros. Para el cóctel contratamos al grupo de música cubana Los Chocolatinos y animaron muchísimo; fue divertidísimo. Para el baile, dos amigos nuestros cantaron una canción compuesta por ellos y fue muy especial compartir ese momento con ellos", confiesa.
La historia de Isabel puede resultar de inspiración para otras muchas prometidas que se encuentran dando forma a su enlace y, por ello, hemos querido consultarle cuál sería su consejo para todas las que están sumergidas en este proceso. Nuestra protagonista no duda. “Para el vestido, lo más importante es que te sientas cómoda y con confianza. La que tiene que verse guapa ese día eres tú”, concluye.