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HISTORIA DE MI VESTIDO

Un vestido de novia con corpiño, flecos y manga corta para la boda de Marta en Córdoba


Esta novia se casó el pasado mes de mayo con un delicado diseño a medida de Fátima González


Vestido de novia de Fátima González© palogoca
María CalvoColaboradora de novias
25 de septiembre de 2025 - 18:20 CEST

Los gustos de una novia pueden cambiar al ritmo frenético de las propias tendencias nupciales. Lo que te gustaba ayer, hoy te puede parecer obsoleto. “Tenía creada una carpeta en mi móvil desde 2018 con vestidos de novia que iba viendo y que me iban gustando. ¡Lo que me quedaba aún para casarme, y lo que me ha ido cambiando el gusto!”, reconoce Marta, nuestra protagonista de hoy, que apostó por las manos de Fátima González para vestirse de novia. “Siempre me había gustado. Cuando fui a conocerla me encantó el trato, y cogió muy rápidamente la idea que quería. Además, resultó ser de Córdoba, igual que yo”, nos cuenta.

Su look, un diseño clásico y atemporal, es de esos que envejecen bien, de esos que, cuando Marta mire sus fotos de boda dentro de 20 años, seguro que no cambiaría ni un detalle.

Media Image© @palogoca

Un vestido con corpiño y flecos

Hasta llegar al diseño final, sin embargo, sí que cambiaron varias veces de idea. “El boceto inicial fue muy diferente. En un principio, pensamos en un cuerpo de manga larga y en una tela bordada con ramitas. Este tejido me encantaba, pero me dio miedo que quedara demasiado recargado”.

Aquí, jugar al “menos es más” y pensar en la atemporalidad del diseño fue la clave para dar con el resultado final. Pero como los clásicos también se renuevan, añadieron un filtro de actualidad adaptando su vestido de novia a una tendencia que este año ha dado mucho que hablar. Nos referimos a los corpiños, una idea que ha arrasado entre las invitadas y que Fátima González supo encajar de una forma sutil y delicada en el look nupcial de Marta.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

“Me he sentido muy cómoda con la diseñadora en todo momento. Es muy fácil y escuchaba mi opinión para que yo estuviese contenta durante todo el proceso”. Así, a petición de la propia novia, diseñaron un cuerpo bustier con este reconocible juego de costuras interiores y costadillos marcados, con una elegante botonadura forrada en la espalda y un corte en la cadera que la definía con naturalidad.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca
Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

No quería escote cuadrado, tampoco en pico, por lo que optaron por el comodín del siempre favorecedor escote barco, logrando un juego visual muy compensando entre hombros, cintura y cadera. Y es que, otra de las cosas que tenía claras esta novia, era casarse con una falda que tuviera movimiento. “Fuera de ahí, estaba abierta a ideas”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Una de esas ideas geniales que fueron surgiendo conforme avanzaban las pruebas, que resultaron ser “sus días de desconexión en medio de una vorágine de trabajo”, fue añadir desflecados que recorrían las costuras del cuerpo y le daban un plus de textura, gracia y personalidad al diseño. Diseño, por cierto, que acabó siendo de manga corta, algo que, en un caluroso mayo cordobés, fue de agradecer.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

El vestido de sus sueños que fue tomando forma tras varias pruebas en compañía de su madre y hermana, incluso de su abuela y su suegra, optando por una organza rústica preciosa con la que se confeccionó también la cola. Una cola desmontable, para poder quitársela justo después del vals. “No llevé segundo look. También tenía claro que el vestido que llevase a la ceremonia sería el que llevaría el resto del día. Así que tenía que ser cómodo y no pudo serlo más. Con esa tela ligera que no pesaba nada”, recuerda.

Vestido de novia de Fátima González© palogoca
Vestido de novia de Fátima González© palogoca

Accesorios con encanto

“Siempre he tenido claro que quería ir velada”, nos cuenta. “Me encanta ver a las novias entrando a la Iglesia con el velo”. Marta se convirtió en una de ellas, entrando en la iglesia de San Lorenzo de Córdoba con un diseño de tul ilusión. “Últimamente, había visto a novias con velo en seda rústica y me parecían preciosos. Lo planteamos, pero al ser mi vestido en organza rústica iba a ser demasiado, así que finalmente optamos por este clásico de toda la vida”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Los zapatos que eligió eran de Flor de Asoka. “Ya tenía algunos y además de estilizar mucho, tienen unos modelos preciosos. Los que elegí para la boda fueron la sandalia Margot Laurel”. Nos reconoce que quería un modelo versátil para poder utilizarlos después como invitada, algo en lo que piensan cada día más novias en un alarde de practicidad. Para el baile, sin embargo, siguió la estela de otras tantas con unas cómodas cuñas de la enseña cordobesa Pitusas. “Me las regaló mi cuñada por sorpresa. Me hizo mucha ilusión y no pudo acertar más, ya que aguanté dándolo todo hasta el final”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca
Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Como joyas se puso el anillo que le regalaron sus suegros el día de la pedida, junto a unos pendientes muy especiales con ADN familiar. “Para hacerlos unifiqué unos diamantes de mi hermana que se hizo para el día de su boda con unas perlas que pertenecen a mi abuela”, nos explica. Quedaban visibles gracias al moño bajo que le hizo Sofía and Look, junto con un maquillaje muy natural. “Me pareció encantadora desde que la conocí y sabía que me iba a dar tranquilidad ese día. Cogió rapidísimo mi idea".

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Aunque Marta es una mujer de ideas claras, para el ramo se dejó aconsejar, viendo el amplio catálogo de tendencias que tenía a la vista. “No quería el típico bouquet clásico, eso no. Me apetecía algo más silvestre y de tallo largo”. Lo diseñaron y crearon Inma y Beatriz, de Basán Studio, que combinaron rosas ramificadas, esparraguera, alhelíes y antirrinum en tonalidades blancas, añadiendo una variedad de verdes silvestres. Además, incorporaron tres medallitas. “Una me la regalaron mis amigas de Córdoba, otra mis amigas de la universidad, y la última me la regaló mi cuñada el día de su boda, apenas un mes y medio antes de la mía”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Su historia de amor

Córdoba es un patio andaluz impregnado de flores y azahar; un laberinto de historias, un testigo silencioso de los primeros pasos de un amor que parecía estar escrito desde siempre. Marta e Ignacio crecieron allí, recorriendo esas callejuelas estrechas donde las miradas pueden cruzarse casi sin querer. “Desde pequeña me encantaba, siempre me había parecido guapo. Se lo solía contar a mi hermana”. Aunque se conocían de toda la vida y habían coincidido en planes, nunca habían hablado.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Pero hay un lugar donde Sabina dice que se cruzan los caminos, y tuvo que ser Madrid, esta ciudad que es un poquito de todos, donde mezclaron sus destinos y sellaron su historia de amor. “Viviendo los dos aquí, empezamos a coincidir más, a hablar más y a quedar a solas”. Y así tres años de noviazgo que acabaron en boda. “Me pidió matrimonio estando en Marbella, donde veraneamos los dos. Los dos estábamos preparados para dar el paso, lo teníamos muy claro”

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

Contrajeron matrimonio bajo un sol de justicia el pasado el 31 de mayo, en una ceremonia religiosa celebrada en la Iglesia de San Lorenzo, uno de esos templos con historia que forma parte de las rutas de iglesias fernandinas de Córdoba. Allí se dieron el “sí, quiero” para siempre, felices y convencidos.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

La casualidad quiso que fuera un sábado de feria en ese mayo cordobés de Cruces y Patios donde se encuentran generaciones de amigos y familias entre música, flores y tradición. “Fue divertido porque el viernes reunimos a todos nuestros amigos en una caseta”, nos cuenta la novia, que no esperaba el gran imprevisto del día siguiente. “Estando todos los permisos pedidos para que los autobuses pasasen por las calles que estaban cortadas por la feria, ese día no se abrió el paso cuando tenía que haberse abierto. Fue toda una faena, pero nuestros invitados procuraron quitarle importancia”.

Y es que nada que no se arregle con unas dosis de buen humor y unas cervecitas en la espera, antes de llegar a la finca Torre de la Barca, donde se hizo la celebración, que sirvió Bodegas Campos “con un trato inmejorable”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

La decoración, proveedores y detalles

Aunque reservaron y organizaron todo muy rápido, la novia reconoce que todo fluyó gracias al talento de los proveedores cordobeses. “La verdad es que son maravillosos y tuve la suerte de no tener problemas de disponibilidad con casi ninguno de ellos”, explica.

La música fue clave para marcar el ritmo de la celebración. Planeta 80 y My Sound se encargaron de la banda sonora de la noche y consiguieron lo que toda pareja sueña: que nadie parase de bailar de principio a fin.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

En cuanto a la decoración, la novia lo tenía claro: delegar en el talento de Basán Studio. “Tenía confianza plena en ellas, y en que lo que hiciesen me iba a gustar”. Y no se equivocó. La iglesia se transformó en un escenario natural con ramas y árboles de distintas alturas, una base de hortensias, rosas inglesas, claveles y verdes silvestres. La subida al altar seguía la misma línea, con velas que reforzaban la atmósfera mágica.

Media Image© @palogoca
Media Image© @palogoca

Para la finca, donde la celebración continuaba de noche, Marta pidió “muchas, muchas velas y candelabros”. Así, cada mesa, el seating plan, la mesa de chuches y hasta la zona de copas brillaban con luces titilantes entre flores y verdes frescos. “Cuando lo vi, no me pudo gustar más. El trabajazo y el cariño dedicado por todo el equipo de Basán se vio claramente reflejado”.

Mesa de boda con velas y flores© @palogoca
Mesa de boda con velas y flores© @palogoca

El toque más personal llegó con la papelería, diseñada por su cuñada (@mariquillamfm). “Se encargó de los meseros que iban tanto en las mesas como en el seating plan. Era una boda de primavera, así que la temática era floral: una gran variedad de flores pintadas a mano en acuarela”. También las invitaciones llevaban su sello: ilustraciones de la iglesia y de la finca, esta última repetida en los menús que decoraban cada plato.

Papelería de boda con motivos florales© @palogoca
Papelería de boda con motivos florales© @palogoca

Sin embargo, lo que Marta recuerda con más cariño no son solo las flores, las velas o los detalles, sino la sensación de estar arropada por los suyos. En su casa, donde siempre ha reinado el bullicio de una familia numerosa, los preparativos fueron un auténtico jaleo, de esos alegres que anuncian que algo grande está por venir. “Es muy especial verte rodeada de toda la gente que te quiere, y que van con ganas de disfrutar y celebrar contigo”.

Vestido de novia de Fátima González© @palogoca

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