Se comprometieron el 23 de septiembre de 2024 y casi un año después Rocío Camacho y Guillermo Aylon han sellado su amor. La suya ha sido una boda civil, celebrada en el Castillo de Batres, situado en el municipio del mismo nombre, al sur de la Comunidad de Madrid; una fortaleza-palacio construida durante el Renacimiento que sirvió de inspiración al poeta Garcilaso de la Vega para componer algunos de sus versos. Hasta allí se han desplazado todos los invitados, algo más de 200, entre los que estaban Rocío Osorno, Teresa Bass, Sara Fructuoso y Gonzalo Cidre, Claudia Martinez, Sophie Tatar, Marta Carriedo, Isa Ramos...
Hacia las cinco y media de la tarde comenzaba la ceremonia y se desvelaba el vestido de la novia, un vestido realizado a medida por Lorenzo Caprile. Tal como nos explica la creadora de contenido, este primer diseño tenía que reflejar totalmente su estilo. "No quería sentirme disfrazada ni que fuese un vestido que viese en 20 años y me arrepintiese de haber elegido. Es clásico, sencillo y elegante. Estas fueron las palabras que le dije a Lorenzo Caprile para que entendiese el diseño que me gustaría hacer", cuenta a ¡HOLA!.
Todos los detalles de su vestido de novia
El modista dio vida, junto a su equipo, a un vestido de silueta recta, confeccionado en crepé y con un favorecedor cuello en satén que cae delicadamente sobre la espalda, dejando parte al descubierto. Para darle un aire más majestuoso, y más de novia, añadieron una cola de tres metros, de organza, muy ligera, que le hizo prescindir del velo. Para completar el look, Rocío eligió unos zapatos de color champán y escondió un lacito azul bajo el vestido.
Las joyas siempre tienen una importancia especial dentro de los looks nupciales. La influencer llevó su anillo de pedida, una pieza que, asegura, jamás se va a quitar. También unos pendientes con una perla, de Suárez, regalo de su abuela. "Quería llevar algo suyo, pero ambas coincidimos en que ninguna de sus joyas coincidían con el estilo del vestido, así que fue ella quien me regaló los pendientes más especiales de mi vida", asegura.
Con la elección del ramo, se sumó a la tendencia de los diseños elaborados con uno solo tipo de flor. El suyo, obra de Bluemental (han sido los encargados de toda la decoración floral) era pequeño, de calas, y estaba anudado con un lazo de raso. Ha completado el precioso look de novia con un elegante moño bajo con raya lateral y un maquillaje natural que resalta su piel bronce.
Uno de los detalles más especiales del look nupcial de Rocío Camacho fueron sus zapatos de novia, diseñados en exclusiva por la firma española Just-ENE. Para acompañar su primer vestido, la influencer apostó por un modelo confeccionado en seda italiana microplisada en acabado mate, un diseño único que se completaba con tres delicados adornos circulares con cristales Swarovski. Más tarde, para su segundo vestido de novia, Rocío se decantó por unas sandalias plateadas con glitter, perfectas para bailar y disfrutar de la fiesta con un toque moderno y deslumbrante.
El segundo vestido de Rocío Camacho
Cada vez es más común que, para la celebración (o la fiesta), las novias elijan un segundo vestido, mucho más cómodo, o apuesten por un diseño convertible que les permita moverse y bailar hasta el final. En el caso de Rocío, confió nuevamente en Lorenzo Caprile y su equipo para que crearan otra prenda muy especial.
Aunque este segundo look tenía una silueta recta, igual que el primero, eran muy diferentes entre sí. Sobre una base de crepé, que se adaptaba con suavidad a su figura, añadieron un tul bordado a mano, con el que crearon también las mangas. ¿El detalle más especial? La espalda, con una amplia y sensual abertura. El toque final.