Este fin de semana, Sevilla se ha convertido en un escenario de cuento gracias a la boda entre el empresario José Moro, presidente de Bodegas Cepa 21, y Fátima Pereyra. La Hacienda de Medina, propiedad de la familia de la novia, se ha llenado de rostros muy conocidos —de Vicky Martín Berrocal a Francisco Rivera— para acompañar a la pareja en una celebración marcada por un código de etiqueta muy concreto: ellas de negro, ellos de esmoquin.
© @fatimapereyramorenoMás allá de los famosos invitados o del menú maridado con los vinos del novio, la auténtica protagonista ha sido Fátima Pereyra y su apuesta por lucir tres vestidos de novia distintos. Una decisión que encaja a la perfección con la tendencia de las novias actuales: estas no se conforman con un único look, sino que dejan claro su papel protagonista con varios cambios de vestuario, casi siempre con diseños transformables. Jackie Kennedy ya recurrió a esa idea en sus recepciones oficiales —especialmente durante la famosa visita a París en 1961 o su gira por la India y Pakistán en 1962—, y hoy lo vemos trasladado a este enlace tan mediático.
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© @fatimapereyramorenoPrimer vestido: ecos de Hollywood clásico
Para la ceremonia civil, celebrada la víspera en el Hotel Alfonso XIII, Fátima diseñó un vestido que recuerda a la elegancia de los años dorados de Hollywood, concretamente entre finales de los 40 y los 50. Es una pieza midi confeccionada en satén, de manga francesa y cuello redondo, se ajusta de forma muy favorecedora a la silueta y cuenta con un discreto lazo en la cintura. Completó el look con stilettos bicolor en blanco y negro, un sombrero XL de ala ancha en tono oscuro, un bolso de mano de Saint Laurent y pendientes de diamantes y perlas. Una imagen que bien podría haber firmado Edith Head para alguna de las divas del cine de la época.
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© @fatimapereyramorenoSegundo vestido: la novia de cuento
Ya en la recepción y el banquete, Fátima Pereyra apostó por un segundo diseño, también creado por ella. Esta vez, el estilo fue completamente distinto: un vestido princesa con escote palabra de honor, ceñido en la cintura y con una falda de gran volumen y caída. El detalle más original reside en los pequeños apliques en forma de corazón —como si fueran mariposas en movimiento— que se agitaban al ritmo de su caminar. El pelo suelto, con ondas al agua, prolonga la inspiración hollywoodense. Joyas con perlas y un collar rivière añaden un aire atemporal.
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© @fatimapereyramorenoTercer vestido: el toque contemporáneo
Para la fiesta posterior, el tercer cambio corrió a cargo de la australiana Rebecca Vallance. El diseño, largo, con cuello halter, plumas blancas y una flor bordada con lentejuelas plateadas, abrazaba la figura de la novia con un aire más moderno. Fue la elección ideal para bailar hasta el amanecer, en una noche en la que, según hemos podido ver en vídeos y fotos, Francisco Rivera se animó incluso a tocar la guitarra junto al “príncipe de la rumba”, Jaime Alpresa.
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© @fatimapereyramorenoUna boda con detalles propios
El enlace, que ha reunido a más de 250 invitados, ha tenido momentos muy personales: desde las palabras del empresario Cipri Quintas, íntimo amigo de la pareja, hasta la decoración floral de Verde Oliva, que ha transformado la hacienda familiar en un auténtico jardín andaluz.
También hubo un guiño a la pasión por el vino de José Moro (que vistió un elegante traje de Tom Ford con americana de color blanco): durante la cena se sirvió una edición especial creada para la ocasión, un tinto de alta gama que el bodeguero había reservado para este día tan especial.
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