En la elección del look perfecto para una madrina de boda pueden intervenir muchos factores y voces, pero solo una importa: la de la propia madre del novio. Es cierto que el protocolo puede dictar algunas normas de etiqueta sobre la vestimenta y los complementos que la acompañen (especialmente en enlaces religiosos), pero conviene escuchar con atención a aquellas que ya han ejercido este papel. Cristina es una esas madres que en este 2025 ha acompañado a su hijo al altar y su estilismo de invierno se ha hecho muy popular en la red.
© Divine Day PhotographyElla cree que lo que se debe tener en cuenta para acertar es “estar cómoda, favorecida y elegante. Sentirte a gusto y elegir accesorios, tocados y joyas que den un toque especial a tu look”. Charlamos con ella sobre su conjunto de vestido satinado y abrigo con cuello barco elevado que con suma delicadeza realizó Luis Alonso en su atelier de Santander
© Divine Day PhotographyNuestra protagonista nos cuenta que la idea del diseño fue del propio creador norteño. Él le dio la confianza suficiente para dar forma a este look. “Yo creo que teníamos que pensar en algo que estuviese a la altura de tal magnífico lugar como es el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial”, explica Cristina sobre el enclave en el que tendría lugar la ceremonia religiosa del enlace. Ella define a Luis Alonso como uno de los talleres clásicos y más reputados de la capital cántabra. “Yo soy de allí y él es muy conocido, tanto en el mundo de las novias como a nivel de eventos especiales”, apunta.
Del abrigo azul al vestido con cuello vuelto
Desde que entró por el espacio del modisto, encontró una mano cálida que supo dar en el clavo con su estilo. “Fue tan fácil como dejarse llevar por sus ideas, creatividad, su sensibilidad y su trato exquisito”, reconoce. Un trabajo que pudo verse a principios de este año, cuando tuvo lugar la boda. Para acertar había unos cuantos requisitos a tener en cuenta, marcados por la estética del gran día: “La etiqueta era formal y eso se traduce en un vestido largo y, por supuesto, al ser un día de invierno y en febrero, la prenda estrella tenía que ser, sin duda alguna, el abrigo”.
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© Divine Day PhotographyLa idea que tenía sobre el resultado final era de líneas limpias y elegantes y esto se reflejó en su abrigo, con cuello barco elevado y cola, que confiesa que le encantó. Todo ello se fue perfilando cita tras cita. Cuando le preguntamos cómo fue el proceso, ella desvela: “Con las ideas de Luis bien informadas y pensadas, el diseño fue desarrollado y esbozado sobre la marcha. Una vez visualizado, el siguiente paso fue elegir una tela que se adaptara a la época del año y, sobre todo, que me favoreciera y gustase al mismo tiempo”. Finalmente decidieron que estaría confeccionado en lana azul turquesa y el vestido, a juego, sería de satén de seda.
© Divine Day PhotographyTras ello, clienta y diseñador trabajaron codo con codo para desarrollar pequeños cambios que resultaron muy acertados: las mangas del vestido pasaron de ser un puño a ser abiertas y al cuello vuelto del vestido (ubicado bajo el abrigo) le sumaron un detalle alrededor de los hombros. Al igual que las prendas diseñadas a medida fueron bien estudiadas para ella, los accesorios no se quedaron atrás. Para nuestra protagonista el gran reto era dar con esos complementos “que mejorasen estéticamente el conjunto global”.
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© Divine Day PhotographyDos complementos tendencia entre las madres del novio
Apostaron por dos grandes tendencias en lo que a madrinas se refiere. Por un lado, los guantes, que eran largos, de piel, en color crudo y cubrían todo el antebrazo, firmados por Paula Rowan. Por otro, calzado metalizado, “unos zapatos plateados de Jimmy Choo”. Más allá de estos elementos, su otro gran aliado fue el peinado, un moño clásico con flequillo suelto: “en eventos tales como bodas, donde el día es muy largo, pienso que los recogidos en moño son los peinados más duraderos y cómodos, sin duda”.
© Divine Day PhotographyUn amor inesperado
Estos fueron los ingredientes del que posiblemente será uno de los estilismos más importantes de su vida (que, además, ha dado la vuelta a la red). Fue a finales de febrero cuando su hijo dio el ‘sí, quiero’ en el histórico Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, consecuencia de una bonita historia de amor: “mi hijo y su novia, una conocida fotógrafa de bodas, se conocieron en la boda de mi hija, donde ella fue la fotógrafa”.
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© @luisalonsoatelier @basilestudiosantanderDe la memorable jornada en la que tuvo lugar la boda, Cristina guarda un maravilloso recuerdo, al que quiere hacer mención antes de concluir esta charla: “me gustaría destacar la radiante felicidad de los novios, totalmente enamorados y felices disfrutando al máximo durante su día especial”. Un gran inicio para una nueva etapa vital.
