Sea cual sea la época del año, esta tendencia se integra a la perfección en todo tipo de looks nupciales. Se trata de un fenómeno atemporal (no como tendencias como las mangas o las capas, que no podrían llevarse en verano, por ejemplo). Hablamos de la fiebre de las novias por los vestidos con retales vintage, encajes y puntillas. Una suerte de detalles que añaden personalidad a los diseños de boda y que suman un punto romántico, que hace viajar en el tiempo a quien se topa con ellas. Las prometidas se sienten atraídas por estas creaciones a medida, que salen de ateliers con gran sensibilidad por el universo de lo antiguo. Así lo han integrado algunas de las que más 'me gustas' han cosechado en las redes sociales.

De tradición familiar
Esta tendencia permite a las novias recuperar elementos antiguos, que siempre formaron parte de su historial familiar y darles una novia vida en sus vestidos. El gesto supone un homenaje a sus madres o abuelas y además ofrece un resultado muy personal, repleto de simbolismo para la protagonista del día. Así son ahora los diseños nupciales más especiales: creaciones desmontables en las que lo antiguo goza de un papel protagonista. Es el caso de Julia, quien como parte del cuerpo de su vestido llevó una chaqueta de su madre, con bordado joya, que también se utilizaron en los puños. Un precioso trabajo de Inés Martín Alcalde.

Con porciones del vestido de novia de su madre
Para su boda en Cáceres, Alicia quiso recuperar el vestido de su madre, que siempre le había fascinado, para darle un aire nuevo 25 años después de su gran día. Para esta tarea confió en el equipo de Lucía de Miguel, una diseñadora que sabe apreciar la belleza de los tejidos con historia.
“Ella es muy partidaria de reutilizar telas antiguas, trozos de trajes que sean especiales para la novia…, y en seguida le pareció muy buena idea. Lo estuvimos lavando con jabón natural y dejando sacar al sol para ver si conseguíamos recuperar el color original y ¡tuvimos suerte! A partir de ahí, fuimos creando y adaptándolo. Yo no tenía un diseño en mente como tal y me dejaba guiar mucho por las recomendaciones de Lucía y cómo me iba sintiendo”, nos decía ella. Al final, dieron forma a un look desmontable con plisados, detalles joya, corte a la cadera y chaleco a modo de cola.


Con tejidos fluidos y cuello especial
Otra de las diseñadoras que ha sabido labrarse un nombre en el universo de la moda nupcial con guiños a lo vintage es Mónica Calles. Desde su atelier da forma a vestidos de aire romántico y tejidos fluidos que no pasan desapercibidos en la red. Uno de ellos es el que se encuentra en la imagen, una creación en la que todo el protagonismo lo tiene el cuello, que se combina con mangas acabadas en volante y un bonito velo colocado a lo julieta.
"Ana 12.04.25 es delicadeza y dulzura. Tenía muchas ganas de una pieza antigua y juntas elegimos esta llena de detalles e información", explicaba la creadora en su perfil. Una apuesta bucólica que sigue la línea de la que han hecho muchas otras novias.

Con encajes de su bisabuela
Un 'sí, quiero' en un lugar tan memorable como la casa de sus abuelos en Noja (Cantabria), una edificación con más de 100 años de antigüedad, bien merecía que Natalia luciera un vestido de novia a la altura. ¡Y vaya si lo estuvo!
Manuel de Vivar creó un diseño que no ha dejado a nadie indiferente por sus cuidadísimos detalles. El modisto logró un acabado espectacular gracias a un tejido de un dosel antiguo que había comprado para una ocasión especial y la novia quiso poner su granito de arena con estos retales con historia, al sumar unos encajes de su bisabuela al cuerpo del look. "Manuel desde la primera prueba trabajó con ellos para poder integrarlos en el vestido junto a las flores bordadas del dosel antiguo que unían cuerpo y falda", nos relataba ella misma.


Muy delicado
El look de novia de Lola fue obra de Ladrón de Guevara Shop. La firma diseñó un vestido que es una proeza de la costura, en el que se fusionan diferentes piezas de encaje, retales antiguos y pasamanería en un cuerpo y una falda repleto de bellos contrastes. La pieza, ideada para un 'sí, quiero' que tuvo lugar en Madrid, acapara 'me gustas' gracias a sus mangas francesas, su cuello redondo, su silueta línea A y su movimiento. Esta recién casada combinó la prenda con un velo de tul de plumeti y un tocado joya sobre el semirrecogido.

Con puntillas de organza
Uno de los deseos de Paula para hacer su look de novia realidad era que llevara un escote Bardot y un conjunto de tejidos fluidos y en Valzú encontró la comprensión y una propuesta de diseño que casaba con sus gustos. El resultado fue un vestido muy romántico, con cintura alta, falda evasé y mucha caída. "Tenía muchas referencias y demasiadas opciones que me gustaban, decidimos optar por un drapeado en bambula de seda. Y en una de las últimas pruebas introducimos unas puntillas bordadas en organza para que combinara con el velo y que el conjunto fuese armónico", nos explicaba. Un elemento, las puntillas de organza, que está de moda entre las prometidas amantes del preciosismo.

A partir de una colcha antigua
Malu se casó en Punta Umbría, Huelva, en una celebración entre pinares y con un vestido de novia de Carmen Maza. “Nos preguntaron si teníamos algo antiguo que pudiéramos incorporar”. Entonces pensaron en una pieza que pertenecía al ajuar familiar. “Mi madre guardaba desde hace años una colcha de organza bordada a mano de mi abuela, y aunque dudamos si encajaría, decidimos llevarla”, recordaba. Esta fue la clave de su diseño de aire antiguo e inspiración campestre, en el que la novia le hizo un guiño a su madre con un escote Bardot como el que ella llevó en su boda.

Un diseño puzzle
El reto de Agnes Lenoble para Margarita, la novia uruguaya que dio la vuelta a la red, era mayúsculo, pues tenía que convertir en vestido de novia una prenda corriente. Era una pieza de la que la entonces prometida se había enamorado un año antes y que había comprado en un viaje a Lisboa. Un diseño de fiesta que encontró en una tienda de la Avenida da Liberdade y que ahora quería transformar. Hubo que hacer incontables cambios, a modo de puzzle, hasta crear una pieza de escote halter, con mucha personalidad. "Agnes le agregó un bordado de crochet en tonos plateados y dorados a lo largo de todo el vestido”, nos desvelaba la propia Margarita.

En el cuello
En este 2025 es posible que te hayas cruzado con el diseño tan sofisticado de la novia que se encuentra sobre estas líneas. Es un vestido apto para bodas de otoño e invierno y que, auguramos, se creó para un enlace religioso. La prenda, confeccionada en seda rústica, fue creada por el equipo de Valenzuela Atelier, con sumo mimo y destacaba por su silueta línea A, su cuello cisne, su cola integrada y sus mangas desmontables.
Pero, sin duda, el elemento al que se dirigían todas las miradas era la parte superior del busto que, simulando un babero, era una pieza antigua que la firma recuperó para darle una nueva vida.

Con retales de su madre y su abuela
Pol Núñez está detrás del vestido de novia de Beatriz. Para su boda en Sevilla, esta novia con estilismo viral quiso seguir una bonita costumbre familiar y en su diseño desmontable incorporó retales del look nupcial de su madre. “El cual estaba confeccionado con la misma tela del traje de novia de mi abuela, por lo que decidimos seguir con esa tradición familiar e incorporar algunos retales en los puños, el cuello y los tapetes del abrigo”, nos contaba ella misma. Esas piezas estuvieron presentes en el chaleco que lució.

De diseño asimétrico
Desde el taller de Alejandra Valero salió el look de esta novia viral, nada convencional, con ese punto retro que caracteriza a sus creaciones. Un diseño asimétrico, con contraste de texturas, con velo bordado a juego y una espalda muy especial. Era una creación confeccionada en satén de seda y lino rústico con jaretas y puntillas bordadas. Una pieza que se alejaba del blanco más popular y que se acerca a las líneas más bohemias de la moda nupcial a medida.

En volantes
En Canarias también hay espacio para el talento en forma de vestidos de novia a medida. Las islas ofrecen su influencia para crear un ecosistema innovador de diseño de looks nupciales que ofrecen una visión alejada de lo tradicional. Nombres como el de Aurelia Gil Novias exploran las bondades de lo antiguo en sus propuestas, como la de esta recién casada llamada Laura. El suyo fue un vestido con puntillas en los volantes que lucía en el escote. Un detalle que se incorporó a petición de la propia protagonista, que llevó al atelier este tejido con gran valor sentimental.