Hay bodas con sello Hollywood que siguen dando de qué hablar, y luego está la que protagonizaron Mia Farrow y Frank Sinatra en 1966. La reconocida actriz que alcanzó la fama en los 60, se casó con tan solo 21 años luciendo un vestido de novia muy poco convencional, para dar el "sí, quiero" a una leyenda del show, 29 años mayor que ella. La discreta ceremonia civil tuvo lugar en un lugar secreto, en el hotel y casino Sands Hotel de Las Vegas, pero lo que no sabíamos es que esta elección fue cosa de última hora.
Gracias a una entrevista de la intérprete en el programa estadounidense The Drew Barrymore Show, hemos conocido más detalles de aquel sonoro enlace. "Supe el día antes de que nos íbamos a casar, así que tuve que ponerme lo que ya tenía en mi armario", explicaba sobre su peculiar look nupcial que sigue inspirando a las novias civiles. Desafiando todas las modas del momento, apareció con un sobrio minivestido con lazada a la altura de la cintura y una chaqueta de cuello redondo con botones joyas en tono marfil, unos zapatos de tacón blancos y un radical corte de pelo, obra de Vidal Sassoon, que llamó la atención de los reporteros que cubrían el enlace y no gustó demasiado al cantante.
Con su belleza andrógina, su estética delicada y su talento interpretativo (su padre era director de cine y su madre actriz), se convirtió en un icono de estilo y de la contracultura de la época. Pero lo que no sabíamos es que "hasta el día de antes del matrimonio no sabía dónde íbamos a casarnos", recuerda Mia en el plató de televisión de Drew Barrymore. ¿Por qué dieron el paso del matrimonio a menos de dos años de conocerse? Una cuestión a la que por fin podemos contestar tras las palabras de nuestra protagonista.
Estábamos comprometidos, pero él se fue a Inglaterra a terminar una película, y yo me quedé sola en una casita alquilada de dos habitaciones. La prensa había rodeado la casa: había cámaras apuntando a cada ventana, y ni siquiera tenía cortinas. Me arrastraba por el suelo para que no me vieran, incluso hasta la nevera, que abría desde el suelo —lo cual no es nada fácil— para intentar sacar una pizza, o lo que fuera, algo que pudiera comer. Luego él llamaba, y yo fingía que todo estaba bien. Fue una situación bastante surrealista. Supongo que lo vio todo por televisión desde Inglaterra, porque entonces me llamó y me dijo: 'Creo que deberíamos casarnos mañana'. Y yo simplemente respondí: 'Ah, vale'", recordó.
Pero no era oro todo lo que brillaba... Tras casi dos años de matrimonio, estos dos polos opuestos que ocuparon los titulares internacionales, se divorciaron. "Me dejó porque no quise abandonar la película cuando me lo propuso. Él tuvo una pelea con el jefe del estudio y dijo: "Voy a sacar a mi chica de esto", ese tipo de cosas, de modo que cuando me dijo que renunciara a ello, dije: "¿Cómo puedo dejarla? Soy hija de un director y una actriz" (...). Al final su abogado vino al set y me entregó los papeles", explica sobre cómo terminó su historia de amor apasionada y turbulenta con Frank Sinatra.