En moda nupcial, a diferencia de en otros sectores, lo antiguo es más cotizado que lo nuevo. Las prometidas saben apreciar el valor de un retal, un encaje añejo, una prenda reutilizada o una joya familiar, que ha pasado de generación en generación. Son estas piezas las que hacen especial el look y las que protagonizan algunos de los estilismos de las novias más virales. Andrea, la novia sevillana que optó por un diseño para su ‘sí, quiero’, pertenece a este grupo porque tiene mucho de vintage.
“Puede que mi padre sea el culpable de que tenga una fijación por las cosas antiguas y únicas. Mi casa es del siglo XVIII, en el centro de Sevilla, con ese encanto especial del ‘patio andaluz’”, nos desvela. Colocada sobre su vestido de novia vaporoso, ideado por Carmen Maza, lució una histórica salida de teatro del siglo XIX. Una creación de Alta Costura propia de hace dos siglos que perteneció a su abuela y que, aunque cada vez está más en desuso, le dio un aire muy personal.
Una salida de teatro con historia familiar
Son cada vez más numerosas las recién casadas que triunfan en las redes sociales con algún elemento o complemento con gran tradición en su entorno y en el caso de Andrea, el suyo, además, era particular. “He tenido la gran suerte de poder contar con una joya familiar, la salida de teatro de mi abuela y en cuanto pensé en el look de novia supe que ese sería mi 'algo antiguo’”, revela.
Para su gran día, que tuvo lugar el pasado mes de junio, se puso en manos de la reputada firma andaluza Carmen Maza. Con su equipo conectó desde el primer momento y confeccionaron un vestido con corte a la cadera, drapeado en el cuerpo, escote cuadrado, tirante estrecho y falda vaporosa, que primero llevó con la salida de teatro encima y más tarde transformó con un fular al cuello.
Carmen Maza confeccionó el vestido de novia con corte a la cadera
“Conté con Carmen Maza para mi traje, tuve muy buen feeling con ellas desde el principio y en cuanto les conté cual sería la pieza principal estaban emocionadas de que incorporase algo tan especial”, rememora nuestra protagonista.
Una de las prioridades que la joven tuvo en cuenta a la hora de seleccionar qué atelier realizaría su diseño a medida fue el cuerpo, que debía estar confeccionado con suma precisión. “Para mí era importante que la parte de arriba estuviese trabajada a mano y lo conseguimos con un drapeado en seda. Es algo tan delicado que me sentí muy representada. Por otro lado, el corte de la falda era en la bajada de cadera, justo donde terminaba la salida de teatro y empezaban los flecos. Esta, era de capas de gasa con un aspecto fresco y fluido”, puntualiza.
De las sandalias made in Spain a la tiara hecha para la ocasión
La sevillana puso el mismo mimo a la hora de dar forma al diseño que al momento de escoger los accesorios que completarían su estilismo. Como calzado, llevó unas sandalias de la firma Souliers Martínez. “En nude, sin plataforma y muy sencillos. El tacón en diagonal, el carácter parisino de la marca y la artesanía española fueron los motivos que hicieron que fuese un flechazo”, comparte.
Tampoco dejó al azar la selección de joyas que sumaron puntos extra al resultado. La mayor parte de ellas eran regalos de su entonces futuro marido, Santos. "El zafiro de la mano izquierda fue el regalo de las Navidades previas a la boda para que llevase 'algo azul’ y el anillo de la mano derecha era su anillo de compromiso, ambos de estilo art decó, pues sabe que es mi movimiento artístico favorito. Los pendientes fueron regalo de sus padres por la pedida”, señala. Además, su madre y su hermana le regalaron la pulsera que lució.
Pero, sin duda, todas las miradas se dirigieron a la pieza más vistosa, la tiara, una creación de Vintage by López Linares que mantuvo durante todo el día. “La firma reproduce joyas antiguas y ligaba perfectamente con la estética elegida: tenía que ser algo sencillo, ya que el protagonismo estaba en el vestido”, nos dice.
La nota de color la puso el ramo, que mezclaba tonalidades vibrantes con notas pastel. Un diseño de tallo largo que salió del taller de Orangerie, una de las floristerías de referencia de la capital hispalense. “Fue un regalo de una de mis mejores amigas y estaba compuesto por rosas de jardín, peonías, lisianthus y claveles; en tonos blanco roto, rosas y coral”, apunta. Llevaba, además, dos medallas de la Inmaculada que le regalaron sus amigas.
Para el momento de los preparativos, Andrea vistió una bata de novia que perteneció a su madre. Esta prenda le acompañó en el momento del peinado, realizado por Quino, de Siempre Viva y en el del maquillaje, obra de José Carlos Lora. “Es embajador de Nars. Me lo recomendó una amiga que sabía que captaría mi estilo. Él es encantador, tenía tanto registro de maquillaje que estaba tranquila hasta el momento de la prueba, que supe que tenía que ser él”, reconoce.
El saber hacer de una novia con sensibilidad por la moda
Los secretos de su look no fueron los únicos que brillaron en su boda. Midió todo al milímetro, consecuencia en parte de su sensibilidad. Lo suyo con su enlace es de formación profesional y por eso organizó la jornada a su medida, sin wedding planner: “me dedico al departamento de diseño de Scalpers Man desde hace cuatro años y medio, gracias a mi trabajo y por pasión soy una gran seguidora de la moda y me encantó ser yo misma la que organizase cada detalle de nuestro gran día. Me identifico con el estilo clásico mediterráneo”.
La feria de Abril como punto de partida
El ‘sí, quiero’ tuvo lugar en Sevilla, el pasado 14 de junio. Una boda que llegó tras una primera toma de contacto, inicio de su relación, que fue pura casualidad. Casi un tópico.“Nos conocimos en una Feria de Sevilla. Yo iba de amazona y él de corto. Mi caballo aquel día estaba un poco inquieto y me sugirió ponerlo entre el suyo y el de un amigo para que estuviese más tranquilo. Desde de ese día, comenzamos a quedar y a conocernos hasta unos meses después que empezamos nuestra relación. No tardamos mucho en irnos a vivir juntos y la complicidad en la convivencia fue lo que hizo que quisiésemos consolidarlo y comprometernos unos años más tarde”, admite.
“Santos es de Morón de la Frontera. Él es ingeniero agrícola y tiene una empresa de plantación y gestión de fincas. Como yo diría, él es muy de campo y yo soy una chica de ciudad. ¡Aún recuerdo la primera vez que me llevó a su campo a montar por mitad de los cerros, como él llama a las montañas!”, relata.
Un enlace entre La Palmera y El Porvenir, en una de las zonas más deseadas de Sevilla
La ansiada ceremonia sucedió en un enclave de gran valor sentimental para la novia, la iglesia de San Miguel de Adoratrices y estuvo oficiada por el mejor amigo del novio. Al concluir el acto religioso, la pareja y sus invitados se desplazaron a tan solo unos metros, a Villaluisa. Escogieron este espacio por su simbolismo, nos desvela Andrea: “me encantó poder llevar a mis padres de nuevo allí, 28 años después de que ellos celebrasen su feliz boda. Era un sueño desde pequeña que pude cumplir. Cuenta con un jardín estilo mozárabe con palmeras y unos salones de tapices y columnas impresionantes”.
"Tamara, de Historiasqueempiezanconunsi se encargó de inmortalizar para siempre cada feliz recuerdo de ese día. Fotografió la boda de mi hermana y desde que recibimos el reportaje, supe que tenía que estar el día de mi boda. Fue a la primera persona que avisé desde que decidimos la fecha y me abrió la agenda de 2025", recuerda Andrea.
El aplaudido menú fue un trabajo de Antonio Bort. Este catering apuesta por una esencia culinaria diferente, atractiva y atrevida, que cautivó a nuestros protagonistas. “Todo buen rollo y podía hacer un plato de cualquier idea que quisiésemos incorporar. Los snacks con sushi, homenajes a platos estrella Michelin, hicieron que fuera un completo exitazo. En el cóctel incorporamos un puesto de gildas y encurtidos”.
La oferta gastronómica no terminó ahí, pues para el momento de la recena confiaron en una de las firmas expertas en bocados para la barra libre, una de las más reconocidas en toda España (que ha estado presente en las bodas de algunas influencers). Nos referimos a Ulivo: “con puestos de smash burgers y pizzas que fueron claves para animar aquel ‘sarao’ que montamos en las escaleras de Villaluisa, con palmas, algunos cantes y ese estilo sureño tan nuestro”.
Regalos en cerámica
Todos los detalles que Andrea y Santos regalaron a sus invitados tenían vinculación con el universo de la cerámica, que también estuvo presente en la decoración del gran día. "Les hice una pequeña Virgen de Guadalupe en memoria de mi abuela; pues siempre me ha recordado a ella y quería tenerla presente, también es la misma que le puse a mis testigos para comunicarles la noticia en la invitación. Para las amigas que venían embarazadas y las que tenían bebes, les hice un osito de barro con el nombre del bebe. El día de la boda les regalé a mi madre y mi hermana un cuadro con la misma Virgen de cerámica y su nombre bordado con una paloma y estrellas. Era mi abuela materna y quería que se sintiesen especiales en un día tan importante para mí", explica.
"No pudo faltar una pincelada de humor con la charanga para acompañar a los invitados del salón del almuerzo a las copas", nos desvela nuestra protagonista.
Una decoración nupcial en clave mediterránea
Fiel a sus raíces y a la luz del sur, nuestra protagonista quiso que la decoración de su enlace fuese un viaje con sabor mediterráneo. Por su sensibilidad, las tonalidades y el campo propio de esta región se mezclaron con la ilustración parisina y las notas veraniegas del montaje del banquete, con flores de La Galería de Jesús Fuertes. "Me apunté a un curso de cerámica en Taller Virgen hace un año y a los meses supe que iba a incorporar cerámica a mi boda, hasta decidí hacer que los meseros fuesen platos de barro", concede.
En su corazón, Andrea se lleva una experiencia única, la de celebrar el amor verdadero, con sus seres queridos y a su gusto. Del día se queda con la jornada completa y con poder unir a tantas personas entregadas a festejar un nuevo paso en su relación. "Lo más especial fue poder casarme con el hombre de mi vida, rodeada de las personas que más quiero y disfrutar cada segundo", concluye.