El panorama nupcial actual está repleto de novias que encuentran en el día de su boda la excusa perfecta para hacer sus sueños realidad (los más locos, también). Eso supone que, además de realizar una gran inversión en entretenimiento, tal y como demuestran las más virales de la red, opten por dar forma a más de un vestido, que lleven en diferentes momentos del día. Frente a esta tendencia en auge, que encanta a las más modernas y a indecisas por igual, hay un perfil de recién casada que se resiste a ello: aquella que entiende que el diseño de su gran día debe ser único y con él deberá estar durante toda la jornada, porque es el look más especial que vestirá. A este grupo pertenece Malu, una cordobesa que se ha hecho viral por su estilismo, de aires campestres, que escogió para casarse en Punta Umbría (Huelva). Una creación realizada a medida por la reputada firma sevillana Carmen Maza, de la que descubrimos más detalles a continuación.

Cuando consultamos a nuestra protagonista acerca del fenómeno de lucir más de un vestido en los enlaces españoles, ella reconoce que no llegó a plantearse esta idea. “No hubo ni cambio de vestido ni conversiones, siempre quise un vestido todoterreno que me sirviera para todo el día, sin perder ni un minuto cambiándome”, señala. Y es que el tiempo durante la esperada jornada pasa volando, por eso agrega: “pensaba que acabaría quitándome las mangas durante la fiesta, pero al final se mantuvo el vestido intacto hasta el final”.

La colcha vintage de su abuela fue el punto de partida del look
Desde el primer momento en el que Malu supo que se casaría en mayo de 2025 tuvo un nombre en mente para realizar su vestido: Carmen Maza. Y por eso fue directa a su atelier: “son increíbles. Captaron mi estilo en el minuto uno. Fue la primera diseñadora que visité y no hizo falta ver más. Me entendieron tan bien que con el primer patrón ya teníamos el vestido”.


El haber logrado que el equipo de la firma entendiera sus gustos fue muy reconfortante para Malu, pues estaba algo perdida cuando se imaginaba su estilismo nupcial. Eso sí, admite que siempre supo lo que no quería y así se lo hizo saber a las creadoras de la prenda. “Sabía que buscaba algo cómodo y que encajara con el entorno de la boda. Lo único que tenía claro era que quería llevar escote Bardot, igual que mi madre en su boda, y así hacerle un pequeño guiño especial ese día”, agrega.

En Carmen Maza sienten predilección por la personalización a través de retales, piezas y accesorios con historia y así se lo hicieron saber a nuestra protagonista: “nos preguntaron si teníamos algo antiguo que pudiéramos incorporar”. Entonces pensaron en una pieza que pertenece al ajuar familiar. “Mi madre guardaba desde hace años una colcha de organza bordada a mano de mi abuela, y aunque dudamos si encajaría, decidimos llevarla”, recuerda.

Lo cierto es que muchas otras novias han recurrido a rescatar tejidos de manteles, mantas o colchas bordadas para darle un toque diferente a sus diseños nupciales. “Siendo sincera, nos daba un poco de vergüenza que fuera una colcha, pero pensamos que podríamos aprovecharla para algunas zonas del vestido, quizá en las mangas o en pequeños detalles”, reconoce Malu. Sin embargo, de ser un elemento extra, para dar algunos retoques a la pieza inicial, terminó por convertirse en la tela principal del look.


“Se había convertido en la protagonista del vestido, formando el corsé y la cola completa. Para mí fue muy especial llevar a mi abuela conmigo de esa forma”, nos cuenta.

Un peinado como complemento y un ramo de novia sencillo
Malu decidió llevar velo para completar su estilismo, pero el gran protagonismo lo tuvo su peinado. Confió en uno de los favoritos de las novias actuales: la coleta y tuvo la idea de sumar una nota natural al resultado. “Siempre he sido de llevar flores naturales cogidas por ahí en el pelo, así que quise hacerlo igual el día de la boda. No llevé tocado, y el peinado lo decidimos sobre la marcha. Justo antes de salir, arrancamos una ramita de hiedra mini de una maceta y la enroscamos en la coleta. Quería un detalle verde en el pelo, algo sencillo y sin complicaciones, que no pareciera demasiado preparado. Creo que al final le dimos justo el toque silvestre que buscaba, igual que el resto de la boda”.


Aunque la cordobesa tuvo muchas dudas acerca de su vestido de novia, no fue así con su ramo nupcial, que era de una única flor, sencillo y muy apropiado para el estilo del enlace. Eran margaritas, tal y como nos desvela: “Quería Tanacetum (margaritas) porque siempre me han gustado y porque crecen en cualquier parte, sin necesitar mucho”. Y es que esta pequeña flor tenía un gran significado para ella: "Me recuerdan que no hace falta que todo esté perfecto para que las cosas salgan bien”.

Como no suele maquillarse en exceso de forma habitual, buscaba un acabado natural para su rostro. “Había visto algunos trabajos de Pepa Medina en novias y sabía que la quería a ella. Puedo decir que mantuvo mi esencia, y además fue quien me presentó a mi peluquera, Rocío Pérez”, dice. Este tándem, sostiene, lograron el look de belleza que siempre había querido y fueron grandes compañeras en esos momentos previos al ‘sí, quiero’, de preparativos.

Un amor en tiempos de pandemia
Estos fueron los detalles de su estilismo, pero Malu nos ha descubierto, además, los secretos de su historia de amor. Así, sabemos que la pareja se conoció poco después de la pandemia, cuando comenzaron a caer las restricciones. "Una de mis mejores amigas, Tere, me pidió que la acompañara al cumpleaños de su novio porque no quería ir sola. Fui sin muchas expectativas, la verdad, más por acompañarla que por otra cosa. Al llegar me presentó a todo el grupo y Fer se sentó enfrente de mí", relata.


“Empezamos a charlar y estuvimos hablando un buen rato. Cuando ya me iba, comenté con mi amiga el plan que teníamos al día siguiente: ir a unos lagos cerca de Sevilla (en esa época aún no se podía salir de la provincia). Ella invitó a todos. Y entonces Fer, me preguntó: “¿Tú vas? Porque si tú vas, yo voy.” Y ahí, empezó todo. Siempre ha sido un chico bastante directo…”, rememora entre risas.

La petición de matrimonio llegó tras cinco años de amor. Nuestra protagonista no quería que su pareja le desvelara detalle alguno acerca de cómo y cuándo ocurriría, de manera que, aunque en alguna ocasión habían soñado con su gran día, aquel momento fue toda una sorpresa. “No fue nada planeado ni esperado. Yo siempre dije que no quería pistas ni fechas, y él lo respetó a rajatabla”.

Sucedió a finales de 2024, en Punta Umbría, un lugar muy especial para ambos, Fernando se declaró mientras daban un paseo por la orilla. “Justamente acompañados por nuestros amigos y cupidos Tere y Emilio. Fue algo totalmente inesperado y por eso fue tan especial. Siempre pensé que, si me casaba, sería en 2026, pero ya sabes cómo es la vida, siempre te sorprende”, asume. Antes, los novios habían visitado a principios de año el lugar en el que finamente celebrarían su enlace: El Bosque. “En un día de mal tiempo y, sin ningún plan, fuimos a visitar El Bosque, solo por curiosidad, lo típico. Ese día, el dueño comentó que no quedaban fechas libres para 2025, así que me quedé tranquila pensando que no había prisa. Pero, por casualidad, unos días después una pareja canceló y quedó un hueco disponible. Fer, sin que yo supiera nada, lo reservó”.


Vistas al mar y celebración al aire libre
Su boda tuvo lugar en Punta Umbría (Huelva) el pasado 3 de mayo. “Yo soy de Córdoba y Fer de Sevilla, pero siempre supimos que Punta era el sitio perfecto para nosotros”, comparte. La ceremonia comenzó a las 13 horas en la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, situado en la localidad onubense. Solo abre en verano, pero lograron que hiciera una excepción para la ocasión. “Después, la celebración siguió en el Salón de Celebraciones El Bosque, rodeado de pinares y con vistas al mar, en la carretera del Portil al Rompido”, indica.

La pareja se decantó por un formato tipo cóctel, porque son fieles seguidores de las barras y las mesas altas. En palabras de Malu: “estando en la playa, era justo lo que nos apetecía, y además nos permitía aprovechar al máximo la zona exterior y esas vistas tan bonitas”. Lograr un resultado a su medida requería de cierto apoyo y por eso contrataron los servicios de Manawa Times, para la organización del enlace. “No fue una boda fácil de planificar porque apenas teníamos referencias de otras bodas allí ni proveedores locales, así que tuvimos que encargarnos de todo desde cero. Gracias a ellos, especialmente a Macu, pudimos hacer realidad nuestras ideas y que todo saliera como esperábamos”, asegura.

Lo más especial del día
"Un par de meses antes de la boda, mi padre tuvo un problema grave de salud que nos tuvo a todos en vilo. Fueron semanas duras de mucha incertidumbre y recuperación. Aunque intenté mantenerme positiva, en algún momento se me pasó por la cabeza la posibilidad de tener que retrasarlo todo. Afortunadamente, se recuperó por completo y pudo disfrutar de ese día de principio a fin. Por mucho que intentes no pensarlo, en momentos así se te cruzan mil cosas por la cabeza. Por eso, poder entrar a la iglesia agarrada a su brazo, los dos felices, fue para mí el momento más especial de todos. Nada se compara con esa imagen. Habíamos llegado juntos, como tenía que ser".

Malu Calero Carrère y Fernando Vera Montes escogieron la belleza de los pinares y las vistas al mar para celebrar su esperado gran día, con ilusión y en un ambiente campestre y desenfadado.


Un bosque y frutas: las claves de la decoración
Siguiendo la estela de otras muchas novias que han preferido renunciar al confeti en favor de un elemento más natural, en la salida del templo sus invitados tiraron olivo, símbolo de buena suerte para el nuevo matrimonio. “En la zona de Sevilla donde vivo, es algo muy común, y quise que también estuviera presente en Punta, como un pedacito de casa acompañándonos en ese momento”.

Si bien en el mercado andaluz el abanico de opciones acerca de los decoradores es bastante amplio, los novios optaron por una persona cercana a ellos, con experiencia y muy buen gusto para vestir los espacios: la tía del novio, Rocío Gómez Ferrer. "Aunque no se dedica profesionalmente a decorar bodas, tiene experiencia en el sector y puso todo su cariño y esfuerzo en convertir El Bosque en un auténtico bosque… y lo consiguió. Durante tres días seguidos, mañana y tarde, trabajó prácticamente sola para crear ese espacio silvestre que queríamos. Para nosotros, fue un gesto muy especial que hizo que la boda tuviera aún más significado. Siempre le estaremos muy agradecidos por todo”.

La papelería de su gran día, desde que comenzara la cuenta atrás, fue un trabajo de la propia novia, que dio forma a cada detalle con suma delicadeza. "La diseñé yo misma. Quería algo sutil y que el coral estuviera presente, al igual que en las invitaciones. El dibujo en acuarela del coral se convirtió en el icono de nuestra boda y estuvo presente en cada cartel y detalle. Fue realizado por un buen amigo de la familia, Martín Toro", apunta.


Anécdotas divertidas entre madre e hija
"Hay muchas anécdotas graciosas de todo el proceso, pero curiosamente, las dos que siempre recuerdo han sido con mi santa madre. Una que nunca olvidaremos fue cuando salimos a coger hojas de olivo para el confeti… Una a una, bajo un calor infernal. Nos comieron los mosquitos y la gente que pasaba nos miraba como si estuviéramos locas: dos mujeres con bolsas colgadas al cuello, arrastrándose entre los árboles a treinta y pico grados. Lo pasamos fatal en el momento, pero ahora nos reímos mucho recordándolo", confiesa Malu entre risas.

Para poner un punto y final a la historia sobre su gran día, consultamos a Malu qué consejo da a esas novias que se casan en próximos meses. El primero, sin duda, es no desechar tus ideas, ser fiel a aquello que te ilusiona. A eso, suma, ademas, otro consejo: “es fundamental delegar en profesionales o personas de confianza para no cargar con todo y poder disfrutar realmente del proceso. Tampoco hay que obsesionarse con la perfección: a veces, lo inesperado es lo que más se recuerda y hace que el día sea único”. Y, eso, por descontado, tiene mucho más encanto.

La boda de Malu y Fernando
Fecha: 3 de mayo de 2025
Lugar de celebración (ceremonia y banquete): Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, en Punta Umbría (Huelva) y Salón de celebraciones El Bosque, en Cartaya (Huelva).
- Fotógrafo: @gayonso_weddings
- Videógrafo: @agualess
- Organización (WP): @manawa_times
- Vestido de novia: @carmenmazanovias
- DJ: @nacholaraa Xite&CO
- Peluquería y maquillaje: peluquería @rocioperezpeinados / maquillaje: @pepa_medina.t
- Joyas: @colladoromanjoyeria
- Ramo y decoración: @rociogomezferrer
- Catering: @catering_el_auditorio
- Música en directo: @benjaminnavaviolin y @Grupolatomasa