Aunque existe un protocolo marcado sobre cómo debe vestir una madrina en una boda, es cierto que existe cierta flexibilidad en estos códigos de estilo, que se hacen más patentes si cabe según la zona geográfica donde se celebre la boda. En este caso, nos centraremos en Madrid, porque si hay algo que define a las madrinas de la capital es su elegancia serena, esa que no necesita estridencias para brillar.
Lejos de excesos o dramatismos, el estilo que predomina es sobrio, favorecedor y muy acertado. Las madrileñas suelen optar por vestidos de corte limpio, con tejidos estructurados y colores lisos que realzan sin recargar. En cuanto a los complementos, también se impone la contención: los tocados llamativos dejan paso a detalles más discretos como horquillas, peinetas joya o incluso un recogido pulido sin mayores adornos. Son looks coherentes con el entorno y siempre impecables en la ejecución. Si te preguntas cómo visten las madrinas en Madrid, la respuesta en ese equilibrio perfecto entre tendencia y tradición, forma y función, como veremos a continuación.
Miriam fue madrina en la boda de su hermano, que se casó en Madrid, y confió en el trabajo de Diego Estrada para hacer una entrada tan espectacular como esta. “De lo más comentado de la boda”, comenta un seguidor en las redes sociales del diseñador. Miriam apostó por un diseño liso en tonos burdeos, con un cuerpo de manga tres cuartos y original escote asimétrico, elegantísimo, combinado con una falda de línea A con acabado satinado. Los complementos fueron esenciales, ya que contrarrestaban el look monocolor con un verde inglés, tanto en los guantes como en los salones, haciendo un guiño al chaleco del novio. ¿El colofón? Un tocado minimalista y discretísimo en el recogido, que actualiza los patrones de una madrina sin renunciar a la corrección que marca el protocolo.
Gonzalo Tamames, más conocido artísticamente como Ters, dio el sí quiero a Paula Cristóbal el pasado mes de noviembre en Madrid. Caminó hacia el altar acompañado de su madre, Irache, que lució un vestido de Fátima González Atelier. Un vestido de gasa azul con una falda de volantes protagonista, que se ajustaba a la cintura con un fajín a tono. Tenía un favorecedor escote y manga francesa semitransparente que aportaba ligereza al conjunto. En tonos malva, tanto el calzado como un tocado floral de Mariana Barturen, sobre la melena en semirrecogido.
Marta asistió a la boda de su hijo con un diseño de Fátima González Atelier. El plisado, asociado siempre a la elegancia atemporal, es una solución que encaja bien en eventos donde manda la etiqueta, y la diseñadora lo incorporó en este conjunto: una falda plisada con acabado satinado y un cuerpo que, aunque está realizado en el mismo tono, utiliza un tejido jaspeado que aporta contraste y dinamismo al look. A juego, una capelina que lleva en la mano, pero que se puso por encima durante la ceremonia. Tan sencilla y correcta que no necesitó mucho más que un collar de perlas de tres vueltas y un bolso en color nude, dejando su melena suelta sin ningún tipo de tocado.
Los expertos dicen que, ante la duda, es preferible utilizar diseños lisos y Piedad es de esas madrinas que apuestan por el rojo con garantías de éxito. Sole Alonso fue la artífice de este vestido tan favorecedor, protagonizado por un escote bardot que siempre ayuda a estilizar visualmente la silueta. Es un diseño fluido, con falda vaporosa, mangas ligeramente abullonadas y ceñido a la cintura, que combina con zapatos a tono. Como alternativa a la clásica mantilla o al tradicional tocado, Piedad actualiza su peinado con unas horquilas-joya en un lado de su melena, que prefiere dejar suelta.
“Qué emocionante es que se case tu hijo. Desde hoy voy a acompañar mucho mejor a todas mis madrinas”, reconocía Sole Alonso a través de sus redes sociales. La boda de su hijo Juan, celebrada en Madrid, fue íntima y preciosa y la diseñadora, que a tantas madrinas ha vestido, le tocó ponerse al otro lado de la barrera. Y lo hizo confirmando que es experta en lo que hace, luciendo un diseño propio en color vino, sobrio y elegante, con textura fluida, bajo asimétrico y drapeados. Apostó por las fibras naturales, tanto en un bolso de mano, como en una pamela ladeada, y no faltaron los guantes, indispensable de las madrinas elegantes que añade una nota de color y dotan a los looks de cierto carácter señorial.
“Elegante, única, especial”. Así define el diseñador Edgar Molina a Susana, que hizo de madrina en la boda de su hijo. Impactó con un espectacular conjunto de tres piezas a medida, con falda tulipán en brocado de seda flecada de color rosa empolvado, corpiño y camisa de gasa de seda en tono berenjena. Para completar este look perfecto, una pamela a tono de Alium Alta Sombrerería.
Álvaro Poydel utilizó el color de una forma inteligente en este look de madrina. Belén asistió a la boda de su hijo con un dos piezas, pero fue la chaqueta de color naranja con puños desflecados y broche la que marcó la pauta del estilismo. El vestido que asomaba por debajo se confeccionó en tejido tipo tweed multicolor y, cuando se quitó la chaqueta, llevó en la espalda una especie de capa, de la misma tela y color que la chaqueta. Corono el estilismo con un original tocado negro de Alium Alta Sombrería.
Aunque su nombre y apellido delaten su origen vasco, Aranzazu de Isusi nació en Madrid y su estilo quedó reflejado en el look de madrina que eligió para la boda de su hijo. Apostó por el talento de Poydel, que diseñó un look en tonos marrones, con cuerpo con escote en V, hombros marcados y bajo ligeramente asimétrico. La falda recta se remataba con una abertura trasera. Los guantes de piel remataron el look y se añadieron pinceladas de color burdeos que subían el tono del conjunto, tanto en el bolso como en el tocado de Sombreros Conchitta.
Sobria y elegantísima, Gemma fue una madrina 10 gracias a este diseño de corte midi con transparencias y cuellos, con el reconocible sello de Teresa Helbig. El poder que tiene una pamela bien elegida se demuestra aquí, gracias a este diseño de terciopelo con plumas en verde pavo real de Conchitta.
Aún tenemos reciente las imágenes de la bonita boda de Claudia Parras. La influencer apostó por un espectacular vestido del atelier Valenzuela y Mar, la madre de la novia, hizo lo propio, convirtiéndose en protagonista secundaria gracias a un look que no pasó desapercibido. Hablamos de un dos piezas confeccionado en seda rústica y formado por una falda tubo de corte midi y un top con escote barco, manga francesa y bajo asimétrico, más corto por delante y largo por detrás. El tejido era armado en color verde oliva y se remató con una flor en el escote como único aderezo a su impecable corte. Lo completó con una pamela y unos salones de tacón sensato.