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Uno de los grandes consejos que dan los diseñadores a las novias en el momento en el que buscan un atelier que confeccione su vestido a medida es que se dejen guiar por su intuición. Es esa vocecita interior a la que deben aferrarse cuando surjan dudas, cuando sientan que una firma no encaja con su estilo o que un diseño les hará verse disfrazadas. A ese pálpito se agarró Beatriz, una recién casada que ha cosechado infinidad de ‘me gustas’ en la red por su estilismo, cuando escogió a Roberto Diz para crear su traje soñado. “Desde el primer momento pensé en él, no solo por su gran talento y profesionalidad, sino porque intuía que iba a captar a la perfección la inspiración que tenía en mi mente”, nos confiesa. Con ella hablamos sobre los detalles de su mágica boda en Sevilla para descubrir, a la vez, qué inspiración se esconde detrás de esta estilosa prenda.
© Gómez Teruel MorónRoberto Diz, el diseñador flechazo para el look nupcial
Con su primera visita al taller que Roberto Diz tiene en la capital andaluza, nuestra protagonista sintió que era el lugar indicado. “Sabía que encontraría el estilo que mejor refleja mi personalidad y mis gustos, y así fue. A día de hoy, puedo decir con total seguridad que no me equivoqué, lo volvería a elegir sin lugar a dudas” defiende. Y la decisión no sorprende porque el look de Patricia ha dado la vuelta a la red.
© Gómez Teruel MorónEn aquella primera toma de contacto, clienta y diseñador pudieron acercar posturas, al tiempo que iban estudiando diferentes bocetos. De los cuatro que el modisto puso encima de la mesa, uno captó especialmente la atención de la andaluza: “me presentó cuatro diseños y ambos tuvimos claro desde el primer momento que el primer boceto era el indicado”. Y es que acerca de esta sucesión de citas, Beatriz tan solo puede hablar bien: “fue realmente especial, un recuerdo bonito que siempre llevaré conmigo”.
© Gómez Teruel Morón“A lo largo del proceso hicimos cuatro pruebas, y cada una fue un momento divertido y muy emocionante. Tanto el equipo como el propio Roberto me lo pusieron todo muy fácil; nos entendimos a la perfección desde el principio y eso hizo que cada encuentro fuera aún más especial”, apunta.
© Gómez Teruel MorónEl resultado, de aire minimalista, fue un vestido de novia ajustado, con mangas largas con aberturas, botonadura lateral, cuello mao y una extensa cola. Algunos de estos eran requisitos indispensables en el look que imaginaba la sevillana. “Quería una versión con aire oriental, con botonadura lateral que recordaba a los kimonos y cuello mao, pero que a la vez tuviera un toque actual, sexy y elegante. Me guié por esa expresión que siempre funciona: 'menos es más’”, señala. La pieza estaba realizada en gasa y crepé de seda natural.
© Gómez Teruel MorónEl segundo look de la novia
El diseño que llevó durante la ceremonia no fue el único de su gran día, pues hubo un segundo traje que reservó para la celebración, por consejo del diseñador. “Roberto Diz me recomendó contar con un segundo look para poder disfrutar cómodamente de ese momento, ya que el vestido principal tenía bastante peso y una cola no desmontable. Lo cierto es que no tomamos ninguna decisión sobre él hasta un mes antes de la boda, ya que nuestra prioridad era terminar primero el traje nupcial”, nos cuenta Beatriz. Este segundo estilismo contaba con volantes de gasa y un cuerpo con cuello halter realizado con un tejido bordado con flores. Una inspiración más cercana al flamenco con la que la novia también se sentía muy identificada: “justo después comenzaba la Feria de Abril en Sevilla”.
En la imagen, durante la fiesta, con el famoso puesto de buñuelos de La Mama Dolores.
© Gómez Teruel MorónBonita casualidad
Hubo un momento muy gracioso durante la elección del diseño del segundo vestido. Cuando nos sentamos para decidir, yo llegué con una idea clara que compartí en ese instante... y, para nuestra sorpresa, coincidía exactamente con lo que Roberto Diz ya había dibujado en su boceto. Fue una de esas casualidades que provocó algunas risas, especialmente con Natalia, una de las personas maravillosas que forman parte de su equipo”, recuerda Beatriz.
© Gómez Teruel MorónAccesorios sencillos
Como complementos del vestido de novia, siguiendo su estética minimalista, se decantó por un velo retirado del rostro, que colocó sobre el moño, unas sandalias de Jimmy Choo compradas en Lisboa (donde los novios residieron durante tres años), su anillo de compromiso, unos pendientes de botón de diamantes Château, que le prestó una tía. "Llevé otro anillo con un valor profundamente sentimental, que fue un regalo de mi padre a mi hermana fallecida, para su boda muchos años atrás", explica. Además, el ramo fue tal y como ella soñó: un diseño con orquídeas y esparraguera, en sintonía con su look y su personalidad.
© Gómez Teruel MorónDel look de belleza se encargó la reconocida maquilladora y peluquera Marieta Nogueras. La sevillana fue todo un acierto, pues dio justo con el estilo que Beatriz buscaba. "Me la recomendó una persona con mucha experiencia en este mundo en Sevilla, y desde el primer momento todo fluyó de forma muy natural con ella. En la primera prueba supo captar exactamente las ideas que tenía en mente, tanto en el maquillaje como en el peinado", admite. Su idea fue un maquillaje natural en el que se potenciara la mirada y lo lograron con sombras marrones, que encajaban con sus rasgos. "El peinado fue un moño de media altura adornado con una orquídea colocada en un lateral, siguiendo esa inspiración oriental", desvela. Y, con el segundo estilismo, al caer la noche, prescindió del recogido y llevó el pelo suelto con su rizo natural.
© Gómez Teruel MorónLa anécdota del día, en clave futbolera
"Si tuviera que contar una anécdota divertida, sin duda sería que el día de nuestra boda coincidió con la final de la Copa del Rey en Sevilla. Como la iglesia está en pleno centro histórico, concretamente en la calle Mateos Gago, nos encontramos con una multitud de aficionados del Barcelona reunidos allí, entre cánticos, bebidas y un ambiente festivo total. La entrada en coche hasta la iglesia fue toda una experiencia, ¡una entrada triunfal! Tanto es así que incluso fue mencionada en una nota del diario MARCA. Jamás imaginé llegar a la iglesia en ese ambiente tan peculiar.
Y por si fuera poco, al salir recién casados, justo enfrente, en el bar La Fresquita, se encontraban los aficionados del Real Madrid, junto con los amigos del novio (madrileño y madridista) que comenzaron a corear: '¡La novia es madridista!'. Así que, podríamos decir que ese día fui bendecida por ambos equipos… ¡y que ganara el mejor!".
© Gómez Teruel MorónSu boda en Sevilla en primavera
La historia de nuestra protagonista, Beatriz, con Fernando, su ya marido, se remonta a más de siete años atrás. La pareja se conoció en Marbella, en 2017. Era la localidad en la que ambos veraneaban y lejos de ser aquello un amor estacional, su relación venció al paso del tiempo. Se vieron por primera vez en una noche estival, gracias a intercesión de unos amigos madrileños y allí comenzó un flechazo que se extiende hasta nuestros días.
© Gómez Teruel MorónCuando se decidieron a casarse llevaban siete años juntos. El gran paso tuvo lugar también en su estación del año favorita, el verano. Fue el pasado año durante un viaje a Italia: “estábamos pasando unos días de vacaciones entre Milán y Lago di Como y fue ahí cuando Fernando me pidió matrimonio y ahí nos pusimos manos a la obra a lo que nos venía tan especial para nosotros”.
© Gómez Teruel MorónPara su esperada boda en Sevilla, escogieron la temporada de las flores. El pasado 26 de abril, en plena primavera, la parroquia de Santa Cruz, situada en pleno centro de la ciudad, muy cercana a la catedral, acogió el gran momento. “La ceremonia religiosa fue oficiada por Ignacio Sánchez Dalp y Jose María Lillo, quien además es tío paterno del novio”.
© Gómez Teruel MorónNovios muy implicados
La celebración tuvo lugar en Hacienda Los Molinillos, una finca del siglo XVII con amplios espacios y un amable sabor añejo. De ponerla a punto y a su gusto para la jornada se encargaron los propios novios, pues querían controlar todos los detalles y los proveedores que daban forma a su gran día. “Sin embargo, el día de la boda contamos con el apoyo del equipo de azafatas de EME&JOTA, quienes se encargaron de garantizar la comodidad tanto para los invitados como para nosotros, los novios, durante la ceremonia religiosa y la celebración posterior”, puntualiza Beatriz.
© Gómez Teruel MorónComo sucede con muchas otras novias, nuestra protagonista tenía varias ideas para dar forma a los espacios de su boda. En la decoración de la boda es importante que los novios encuentren referencias al estilo que los define, pero también que cuenten con aliados y la pareja se puso en manos de sus amigos, fundadores de la firma de cerámica The Exvotos. "Ellos ya nos habían apoyado previamente con la decoración de nuestra casa y en esta ocasión nos asesoraron en varios aspectos, como la disposición del seating plan y la organización de las mesas”, revela.
© Gómez Teruel Morón
© Gómez Teruel MorónDentro del propio seating plan, nuestros protagonistas encontraron un regalo por parte de The Exvotos: “las icónicas cabezas-recipiente que tanto me gustan, rellenas de flores, acompañadas por meseros de inspiración oriental con nombres japoneses relacionados con la vida, la amistad, la familia y el amor”.
© Gómez Teruel MorónDecoración en verde y blanco
En material floral, esta pareja no quiso quedarse atrás y confió en dos grandes floristerías referentes en Andalucía. Por un lado, Cártamo estuvo al frente de la decoración de la iglesia y también de la de la casa en la que la novia se vistió y en la que también tuvo lugar la preboda, el día anterior al enlace: “para recibir a nuestros invitados más íntimos y los amigos y familia que venían desde diferentes puntos de España y de distintos países”. Por otro lado, Verde Oliva fue el equipo responsable de crear una atmósfera de ensueño en la hacienda, con mezcla de verde y blanco en forma de tulipanes, hortensias, rosas, lilium, anémonas y alelíes.
© Gómez Teruel MorónUn último recuerdo del día
Cuando consultamos a Beatriz acerca de aquello que más ilusión le hizo de esta jornada inolvidable, ella reconoce que fue el momento de entrar al altar del brazo de su padre. Nuestra protagonista sostiene que la ceremonia fue muy emotiva: "no solo por el significado de unir nuestras vidas, sino también por las hermosas palabras que recibimos y la música tan conmovedora que nos acompañó, interpretada por La Escolanía de Los Palacios y la Banda Municipal de Arahal". Sin duda, como sucede en momentos de tanta emoción, el broche de esta boda memorable lo puso la compañía: "y, por supuesto, lo que hizo aún más mágico ese momento fue estar rodeados de personas tan queridas, que compartieron con nosotros un día tan importante y lleno de amor".
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