El pasado mes de abril, el Palacio de Pedralbes (Barcelona) se convirtió en una auténtica fiesta. Cristina Tamborero celebraba el décimo aniversario de su firma y lo hacía con un desfile muy especial en el que presentaba Dixième, una propuesta artesanal que reflexionaba sobre su trabajo en esta década. Era la primera vez que organizaba un show propio, aunque en eso de subir a las modelos sobre la pasarela tiene mucha experiencia. Solo dos meses después de abrir su atelier, los organizadores de Barcelona Bridal Fashion Week llamaron a su puerta. Luego llegaron la alta costura de París y la Semana de la Moda de Milán, dos citas internacionales en las que la creativa catalana mostró sus diseños de novias e invitadas.
Pero entender el éxito de Cristina no es posible sin conocerla un poco más.
¿Quién es Cristina Tamborero? La diseñadora que triunfa con sus vestidos minimalistas
Cristina nació en Barcelona en 1986 y desde que era muy pequeña mostró su gusto por la moda. Es hija de un reconocido abogado matrimonialista y una artista plástica. Fue de ella de quien heredó esa forma diferente de mirar al mundo y la habilidad de crear pequeñas (y grandes) obras de arte. Ha contado en más de una ocasión que, con solo ocho años, ya asistía a desfiles con su madre y con su abuela, y que se sentía fascinada por los diseños.
Pero lo que a ella le gustaban eran las novias. "Desde pequeña me encantaban las películas terminadas en boda; mi mayor diversión era coger telas, servilletas o lo que encontrase por casa y hacerme mis vestidos de novia. Creo que, sin darme cuenta, las novias corrían por mis venas y como siempre hago, seguí mi intuición y la vida me encamino a ser diseñadora de vestidos de novia e invitada", nos explica.
Aunque lo más normal hubiera sido estudiar diseño, Cristina se formó en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Ramon Llull, siguiendo el consejo de su padre de tener una base empresarial sólida. Luego llegó el turno de aprender Diseño de Moda en el Instituto Europeo di Design de Barcelona. Un combo perfecto que sirvió de base para crear lo que su firma es hoy.
Además de crear vestidos de novia a medida, Cristina Tamborero también diseña para invitadas y ha lanzado una colección llamada Slow que celebra la moda lenta, la artesanía y la atención a los detalles. Gracias a este trabajo, ha consolidado una base de clientas internacionales provenientes de países como Argentina, Panamá, Italia y Reino Unido. Además, como decíamos al inicio de este artículo, ha presentado sus colecciones en la Semana de la Moda de París, lo que ha fortalecido su proyección internacional. A pesar de su éxito, la diseñadora mantiene un enfoque selectivo en su expansión, priorizando la calidad y la exclusividad sobre la cantidad.
Diez años, se dice pronto. ¿Hay algún momento que recuerdes como especialmente emotivo o significativo de esta década?
Podría decirte que guardo en mi memoria muchos momentos muy especiales, pero me apetece explicaros el último. Lo viví justo en abril, en el desfile en el Palacio de Pedralbes. Un desfile pensado y organizado para mi gente, mis clientas, todas esas personas que han estado en los buenos y en los malos momentos apoyándome a mí y a la firma. Pero sin duda el poder ver en primera fila a mis dos hijos, su primer desfile, viendo a su madre y entendiendo el esfuerzo y sacrificio que conlleva conseguir tus sueños. No olvidaré nunca esas sonrisas al verme salir a la pasarela a saludar.
¿Cómo defines el estilo de tus creaciones y qué tendencias actuales crees que marcarán el futuro de los vestidos de novia?
El estilo de mi firma viene marcado ya desde la primera colección, es un estilo minimalista pero cargado de elegancia. Novias clásicas, pero seguidoras de las últimas tendencias. Tendencias que pisan fuerte en las pasarelas son los dos piezas, vestidos que se transforman en función de cómo va transcurriendo la boda. Los tejidos nobles, trabajados de manera artesanal.
¿Qué vamos a encontrar en esta nueva colección que acabas de presentar?
Dixième es una colección muy especial para mí porque define mis 10 años dentro del sector de la firma. Podréis ver novias clásicas, pero también más arriesgadas, siempre con un estilo minimalista. El trabajo artesanal en estado puro con piezas confeccionadas a mano, tejidos manufacturados dando texturas y siluetas que potencian la figura de la mujer.
¿Quiénes han sido tus mayores fuentes de inspiración a lo largo de estos años? ¿Cómo han influido en tus colecciones?
Mujeres que me inspiran van desde Grace Kelly a Kate Middleton, pero la que ha sido mi mayor inspiración ha sido mi abuela, no he conocido mujer más elegante. Ella ya está en el cielo, pero sigo pensando en ella y me ayuda en cada una de mis colecciones a aportar esa elegancia que le caracterizaba.
En estos 10 años, la industria nupcial ha evolucionado mucho. ¿Cuáles son los mayores cambios que has notado?
Principalmente, estos últimos años creo que las novias se han vuelto más exigentes en cuanto a la calidad y la exclusividad. El mundo Atelier ha cogido fuerza, supongo que porque pueden estar con la diseñadora mano a mano diseñando el que va a ser el vestido de sus sueños.
¿Cómo ves la evolución de la industria nupcial en los próximos años? ¿Crees que veremos más rupturas con las convenciones o una vuelta a lo clásico?
Si somos realistas, el sector nupcial no es un sector transgresor. Sí, hay tendencias, hay modas, pero son todas bastante conservadoras por el tipo de acto donde se va a lucir el vestido. Así que creo que va a seguir con esta dinámica, hay que estar atentos a las tendencias y lo que el mercado pide, pero siendo realistas, y sabiendo que siempre será un mercado cásico.
¿Cómo has adaptado tu marca a estas transformaciones?
Tengo la gran suerte de tratar cada día con mis novias con lo cual estoy al día de lo que buscan, las escucho, las entendiendo y ellas son mis fuentes de información más fiable. Gracias a ellas yo puedo llevar a cabo esa transformación en los vestidos y en las colecciones que presentamos.
¿Qué consideras que hace a un vestido de novia perfecto? ¿Es una cuestión de diseño, de conexión emocional o de algo más?
El vestido perfecto es único, solo hay uno para cada novia y cuando se lo prueban lo saben. Hay un porcentaje muy alto emocional donde existe el famoso flechazo, pero también influye mucho el aspecto estético donde la novia se ha de sentir la mujer más guapa del mundo.
Para las novias que buscan su vestido ideal, ¿qué consejos les darías para encontrar el estilo que las haga sentirse únicas y especiales?
Lo más importante y el consejo que yo les daría a todas las novias que están en proceso de encontrar el vestido perfecto es no perder jamás su estilo. Tienen que sentirse ellas cuando lo luzcan, es importante encontrar un Atelier como el nuestro donde estoy siempre yo con ellas asesorándoles de la manera más transparente para que luzcan perfectas el día de su boda.
¿Qué esperas para los próximos diez años de tu carrera en la industria nupcial? ¿Hay algún proyecto o sueño que te gustaría lograr?
Me conformo con seguir como estamos diez años más, que mis clientas sigan viniendo al Atelier a por sus vestidos, que me permitan acompañarles en el día más importante de su vida. Pero como soy una persona muy soñadora, te diré que me encantaría empezar a franquiciar nuestra marca, de una manera elegante y respetuosa, seleccionando muy bien.
¿Qué es lo que más te llena de trabajar en el mundo de las bodas y por qué seguir creando vestidos para las novias sigue siendo tan importante para ti?
Me encanta mi trabajo, disfruto con todo el proceso, desde la soledad en mi despacho, escuchando música de fondo, un folio en blanco y dejando volar la inspiración, hasta el proceso de confección con mi equipo. Crear colecciones año tras año es un privilegio. Pero sin duda ver a mis clientas frente al espejo, sonriendo, con lágrimas de felicidad y viéndose las chicas y las mujeres más guapas es lo que llena mi día a día. Deseo y espero poder seguir haciendo durante mucho tiempo.