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Paloma Reguillo está acostumbrada a manejar los nervios de las novias. Hace ya cuatro años que abrió su atelier, Reguillo Studio, desde el que da vida a esos trajes que representan la esencia de cada prometida (y también los de muchas invitadas). Ahora se enfrenta a un nuevo reto: diseñar su propio vestido de novia, una prenda con la que le dirá 'sí, quiero' a Félix el próximo 31 de mayo en Benicàssim.
Así hace su vestido de novia una diseñadora
La diseñadora nos explica que tenía muy claro lo que quería, aunque eso es algo que nosotras ya sabíamos. En una entrevista que le hicimos en 2023, antes de estar prometida, nos dijo medio en broma, medio en serio, que quería un vestido tarta y que se haría al menos dos diseños. "Soy muy fan de todos esos vestidos de Dior de los años 50 con faldas grandes… Me gustaría llevar algo así porque creo que es la única vez en mi vida que me lo voy a poder poner", aseguraba. Y sí, habrá volumen, y líneas clásicas.
© Inmaculada MariscalPaloma asegura que quería ir muy novia, con un diseño solo apto para una boda, pero también buscaba algo con un punto relajado. Por eso, aunque se enamoró del tejido principal hace dos años, ha optado por mezclar materiales muy delicados con toques más salvajes y naturales, como flores superpuestas. "El ramo sigue un poco esa línea, flores más clásicas con una forma más orgánica y libre".
También nos cuenta que su primer look no es muy práctico para bailar, pero no quería renunciar a esa silueta, por eso supo que necesitaba cambiarse. "Con el segundo vestido sí he tenido más indecisión; quería que fuera muy fiesta y ha pasado por muchas etapas, pero finalmente he encontrado lo que quería. Estoy muy contenta con el resultado y superagradecida a mi equipo, que ha sabido transformar todo lo que les iba diciendo en realidad", asegura.
© Velvet Hush
© Velvet HushY aunque así contado pueda parecer sencillo —sobre todo por el autoconocimiento y el manejo de la técnica—, crear un vestido para una misma también tiene su dificultad. En su caso, Paloma ha echado de menos el no poder observarse desde fuera, como hace cada día con sus novias. "Alejarme del traje, mirar desde el espejo y ver los pequeños detalles y ver que va pidiendo el vestido, muchas veces las cosas más bonitas de los trajes surgen de ir probando diferentes cosas en las pruebas".
Las joyas siempre tienen mucha importancia dentro del look de la novia. Paloma nos cuenta que ella es una enamorada de todo lo vintage y que sus pendientes los encontró por casualidad en su despedida de soltera en un anticuario de Santander. "Me los regaló mi amiga Raquel, a la que le diseñé el vestido de novia unos años atrás. ¡Tienen un aire de los años 50 que me encanta! Con los zapatos di cincuenta vueltas por todas las firmas de Madrid y todas las webs del universo, quería algo especial pero estar cómoda. Tras probarme zapatos de todo tipo de tiendas, decidí hacerme unos zapatos a medida en Ceibo Concept, son los zapatos más cómodos que he tenido nunca. Para la preboda encontré unos Manolo Blahnik que no pueden ser más originales y diferentes, ¡son mi nuevo pequeño tesoro!"
© Inmaculada MariscalLos looks de las invitadas
Sus dos vestidos de novia no son los únicos que Paloma está creando en el taller. Como decíamos al principio de este artículo, además de trajes nupciales, la diseñadora viste a muchas invitadas y en su boda no iba a ser diferente. "He diseñado el vestido de mi madre, de la madre de Félix, de mi hermana y el de dos de mis mejores amigas". Y todos con un nexo en común: las flores.
Uno de los puntos fuentes de Reguillo es que, con una visión muy concreta de la moda, consigue reflejar la personalidad de cada clienta. "No hay dos vestidos iguales ni que se parezcan y esto se ve mucho en los trajes de invitada que hemos creado. Todo tienen ese punto especial y diferente, muy cuidado, sofisticado y original, pero cada una en su esencia. Quería que todas se sintieran cómodas, pero que se reconociera que era nuestro trabajo; en algunos casos lo hemos conseguido a través del tejido, en otros en la silueta", apunta.
© Paloma Reguillo
© Paloma ReguilloTodos los detalles de su boda
Paloma y Félix se conocen desde los 13 años. Él es de Castellón y ella ha veraneado desde siempre en Benicàssim, por eso no era raro que unos amigos comunes los presentaran. Pero no fue hasta 2019 cuando surgió el flechazo. "Me gusta pensar que fue el destino o un plan del universo, ya que en Magdalena, que son las fiestas patronales de Castellón, nos encontramos en una calle abarrotada de gente y con la música a tope. Se paró a saludarme como siempre hacía y me contó que estaba viviendo en Madrid; quedamos en quedar a tomar algo un día (yo siempre he vivido en Madrid). Unas semanas más tarde, me escribió, quedamos y desde entonces no nos hemos vuelto a separar. Doy gracias siempre por habernos encontrado en esa calle llena de gente".
© @palomareguilloNo tardaron mucho en darse cuenta de que eran el uno para el otro y en verano de 2023, después de que Paloma estuviera ingresada una semana, llegó la pregunta. "Cuando me recuperé de aquello, fuimos a Benicàssim, sobre todo a descansar y terminar de coger fuerzas. La primera noche que salimos a cenar, me invitó a mi restaurante favorito, después fuimos a la playa donde habíamos tenido una de nuestras primeras citas y me pidió matrimonio. Fue superíntimo y muy especial".
Su idea inicial era casarse en 2024, pero los espacios que más les gustaban no estaban disponibles. Lo bueno es que, al organizar su boda para 2025, han tenido tiempo para hacerlo todo con tranquilidad. "Al principio pensaba que se iba a hacer eterno, pero entre unas cosas y otras fue la mejor decisión. Hemos hecho todo con calma y sin agobios, así que tenemos todo cerrado desde hace mucho. Ahora simplemente nos quedan pequeños detallitos que hacen que la boda sea más personal".
© Velvet HushLa diseñadora nos cuenta que han contado con la ayuda de Lorena, de Etre Studio, para el tema de la decoración y la coordinación de ese día. "Al estar yo dentro del sector nupcial para los primeros pasos, quizá no necesitamos tanta guía, ya que teníamos bastante claro los proveedores con los que queríamos trabajar, pero también sabía que quería que la decoración de la boda, fuera diferente y especial, y ahí necesitaba ayuda para hacer real todo lo que tenía en mente. Veíamos fundamental que alguien ese día estuviera al mando de todo, es una forma de asegurarte de que los novios y los invitados no tengan que encargarse de nada, ¡solo de disfrutar!".
