Tamara Falcó no ha sido la única: estas novias también crearon sus vestidos a distancia

Los diseñadores nupciales nos explican por qué vivir a miles de kilómetros no es un problema para confeccionar un look de ensueño

Por Regina Navarro

Cuando una novia elige al diseñador que creará su vestido suele recurrir a creativos que tienen el atelier más o menos cerca de su lugar de residencia. En realidad, es por una cuestión práctica. De media, un diseño nupcial creado a medida requiere unas cinco pruebas y no todas las prometidas pueden permitirse tantos viajes a otra ciudad. Sin embargo, hay quienes no encuentran freno en los kilómetros. Y es que Tamara Falcó no es la única novia que ha decidido viajar hasta otro país para dar con el vestido perfecto para su gran día. Igual que la marquesa de Griñón se ha desplazado hasta Nueva York para sus pruebas con Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, estas novias de Noruega, México o Marruecos han encontrado en España al diseñador de sus sueños. Estas son sus historias.

Una boda en Marruecos (o en Estados Unidos) con un look creado en Barcelona

Aproximadamente el 15% de las novias a las que cada año viste Marta Martí son extranjeras. De ellas el 10% acuden a su atelier barcelonés para hacerse alguna prueba, pero hay un 5% que no pisa nunca la Ciudad Condal (al menos no para este cometido). La diseñadora, que forma parte de Costura de Autor, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la promoción y defensa de la costura española, nos explica que aunque ya tenían presencial internacional, a raíz de la pandemia han dado con la clave para crear estas prendas de una forma más cómoda y eficiente.

"Hacemos una entrevista a distancia, una videollamada, donde conocemos a la novia y tratamos de encontrar una silueta que le podría venir bien. En una segunda llamada cerramos el modelo con todos los acabados posibles y siempre pedimos la presencia de algún familiar o amigo para que le ayude a medirse. Con esas medidas hacemos el patrón y le enviamos el vestido. El poco arreglo que puede haber -acortar un poco el bajo o una manga- lo hace alguna persona de confianza que tengan allí". Hasta ahora sus diseños han viajado a Estados Unidos, Noruega o Marruecos, entre otros destinos. 

Una de las anécdotas más curiosas que tiene Marta cuando le preguntamos por sus novias internacionales, es que a una de ellas fue su novio el que le ayudó a tomar las medidas. Algo poco usual ya que ellos nunca suelen estar presentes en nada que tenga que ver con el look nupcial.

Un vestido madrileño para una boda en São Paulo

María Gadea nos cuenta que una de sus novias más internacionales celebró su boda en São Paulo. Aunque ella es española, que su novio fuera brasileño los llevó a elegir este emplazamiento. La creativa nos explica que la novia quería casarse con el vestido de su abuela, un maravilloso diseño de hace 90 años con un encaje espectacular. El mayor reto al que se enfrentó María, fue adaptar esta prenda no solo a los gustos de la novia, sino a la temperatura y el estilo de lo que se lleva en Brasil. "Empezamos en un punto y acabamos en otro muy distinto por las necesidades de la boda". 

María nos explica que en un primer momento pensaron en transformar el diseño de la abuela en un abrigo que la novia luciría sobre un vestido con cut outs y cola. "Aunque le apetecía muchísimo no acababa de verse con el abrigo. Al final lo cambiamos por una túnica en tul bordada, pero mucho más transparente. Lo que rescatamos del vestido de su abuela fueron todos los botones, se los pusimos al suyo. Creo que conseguimos que ella estuviera presente y el vestido que llevaba, además de representarla, era también acertado para el tipo de boda, el entorno y el clima de São Paulo". 

Desde Noruega hasta Jaén

Isabel Hervás tiene su atelier en Jaén y, como cabría esperar, la mayoría de sus novias viven en Andalucía. Pero en 2020, en plena pandemia, una chica de Noruega, Martine, se puso en contacto con ella para que creara su look nupcial. La diseñadora nos explica que recibió un mensaje por redes sociales interesándose por uno de sus diseños que se había hecho viral en la temporada 2018-2019 y preguntándole, entre otras cosas, cuántas pruebas serían necesarias. Finalmente la novia voló hasta Málaga y de allí viajó a Jaén, hasta el atelier. 

"En la primera entrevista definimos mucho el vestido -desde el corte al tejido-, en la segunda, que fue el 5 de marzo de 2020, se probó el diseño ya muy avanzado. Como estalló la pandemia no pudimos hacer más pruebas. Le mandé el vestido en junio, para que tuviéramos tiempo de sobra y llegara bien. Fue una experiencia de nervios e intriga, vivía con el miedo a que no le llegara o a que, cuando lo recibiera, no le quedara bien", recuerda Isabel. Pero el resultado fue un éxito. 

La experta nos explica que no solo la creación del vestido fue toda una experiencia, también conocer y recibir a la novia. "Las dos veces que vino le hice una ruta monumental por Jaén, para que aprovecharse y viera también la ciudad". 

Una boda en México y un vestido español

Ana, una de nuestras novias virales, nos explicó que aunque vivía en México tenía claro que quería un vestido de novia español. Navegó en internet en busca de distintas opciones hasta que dio con un diseño que la cautivó. Era una prenda de la firma nupcial Victoria, minimalista, que se adaptaba con suavidad a la figura. Ana voló a Madrid para probarse la prenda y acabó enamorada del mismo que había visto en la web. "Pero había un problema: normalmente tardan en hacer un vestido seis meses, pero yo solo iba a estar en España dos semanas", nos contaba. Finalmente su madre, que se quedaba un mes completo, pudo recoger el diseño y llevarlo a su casa a tiempo para la boda.  

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