Juan Muñoz, padre de Las Ketchup, habla de sus hijas

Por hola.com

A Juan Muñoz, el padre de Lola, Lucía y Pilar, las componentes del popular grupo Las Ketchup, la vida no le ha cambiado en el último año. Sigue levantándose muy temprano para abrir su bar, El Tomate, en una barriada modesta de Córdoba. Dándole el desayuno a sus parroquianos, poniendo finos, echándole una ojeada al televisor o mirando el reloj hasta que llegue la hora de cerrar para volver a casa, la verdad es que este Juan Muñoz, ‘El Tomate ‘, el mítico guitarrista maestro de maestros del flamenco, a sus cincuenta y ocho años sigue siendo el hombre sencillo y modesto de siempre.¡Quién diría que sus hijas se han convertido casi en un fenómeno social con el tema del momento,Aserejé , que arrasa no sólo en España, sino también en Estados Unidos Europa y Latinoamérica! "A pesar del éxito, de la fama, del "bombazo ", para mí ellas seguirán siendo "mis nenas "»,dice cuando le preguntan sobre la trayectoria profesional de sus hijas.
Tímido al extremo, Juan se niega en un principio a hablar. Son necesarias casi tres horas para que comience a hacer pequeños comentarios y conteste a nuestras preguntas.

—¿Por qué dejó de actuar usted, Juan?
—No lo sé. Será porque me ponía malo cada vez que subía a un escenario. Un día dije que si era tan raumático, había que dejarlo. Siempre me busqué la vida, primero con el camión, después con la guitarra ,más tarde con el bar .Yo viví mucho tiempo del flamenco, pero por necesidad. He tenido y tengo alumnos; sin ir más lejos, Vicente Amigo, que ahora está triunfando en el mundo entero. Siempre he estado dando vueltas a la cabeza, porque siete hijos (cuatro mujeres y tres varones)no se alimentan con pan y aceite …y fíjese que ahora, después de doce años detrás de un mostrador, me estoy empezando a cansar. Tengo muchas ganas de cerrar, y de golpe. Un día de estos lo hago.

’Mi cabeza y mi corazón están con mis hijas
Juan sigue sin separarse de la guitarra y cruza sobre ella las manos abrazándola como si fuera una mujer. Quizá por eso, ensimismado en sus pensamientos, se sorprende cuando le preguntan dónde están su cabeza y su corazón ahora:
"Lejos, muy lejos de aquí —dice —, en América, con mis hijas, donde están actualmente ".
Un buen día, después del verano ,decidió quitar la mayor parte de las fotografías que colgaban de las paredes de la taberna, donde podía verse a Las Ketchup en diferentes etapas de su vida."Es que no me parecía lógico que estuvieran allí —dice —. Tampoco que la gente pasara por aquí para verlas, porque eso pertenece a nuestra intimidad. Y si algo detestamos todos nosotros es la publicidad, nos pone enfermos .Ellas tienen que dar la cara por obligación, pero nosotros …,su familia ,no somos nadie ".

—Dice que piensa tanto en ellas, ¿tan padre-protector es?
—Es que me da mucho miedo por lo que pueda pasarles. Ahora están en los Estados Unidos, y uno qué sabe, hay mucho loco suelto que puede hacerles daño. De sólo pensarlo se me eriza el pelo. Sólo me tranquiliza un poco saber que están con dos de sus hermanos, que son los guitarristas …, pero …

—¿Ellas están tan pendientes de ustedes?
—¡Claro que sí! Pilar no deja de llamarnos todos los días. La semana pasada se gastó más de trescientas mil pesetas en teléfono, ¡una locura, una barbaridad! Pero es que el tiempo se pasa volando:"Que..pásame con éste, con aquél ",y cuando hablan con su madre lo primero que le dicen es que extrañan demasiado sus potajes, las lentejas, las habichuelas Sin las nenas nos falta todo …

’Nada se les ha subido a la cabeza’
—Pero Juan, ya son mayores y hay que pensar que son felices haciendo lo que les gusta. Deberá compartir esa dicha,¿no?
—Claro. Están en un momento excelente y deben aprovecharlo ,porque todo pasa y cuando la gente se olvida de uno resulta difícil remontar esa cuesta. Pero ellas están preparadas para eso y mucho más. Desde que eran pequeñitas se les ha enseñado lo que estaba bien y lo que no debían hacer, inculcándoles valores fundamentales, como son la dignidad, el respeto y la solidaridad. Afortunadamente, siguen siendo las mismas y la fama no se les ha subido a la cabeza.