El bolso de rafia, de mimbre o de paja (y en acabado trenzado) es uno de los pocos complementos que pese a su encasillamiento, ha conseguido traspasar todos los limites de las corrientes estilísticas. Ha pasado de ser un bolso especialmente de playa a consolidarse como uno de los básicos más buscados para pasear y salir a cenar en la ciudad. Incluso, eliminando temporadas y estaciones, ya que lleva posicionándose como objeto de deseo varios años y hasta lo hemos llegado a ver en múltiples ocasiones en algunos de los street style más relevantes durante los meses de frío. Combínalo con un vestido estampado si tienes un compromiso o con unas flip flops para ir a la playa o a una terraza. ¿Existe un complemento más versátil?