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A principios del siglo XX llevar los zapatos a juego con el mismo color del vestido era la máxima tendencia: durante décadas ha sido el estilo más coordinado y elegante de combinar calzado y traje, y no ha sido hasta años recientes que el look monocolor ha salido de nuestros armarios por la puenta grande, inaugurando una era de missmatch, colorblocking y mixed prints que se rige por sus propias normas.

Coordinar zapatos con vestuario como si fueras una auténtica experta no es tan difícil como parece: incluso las combinaciones más imposibles se rigen por sencillas reglas de color. Y te vamos a explicar cuáles gracias a iconos de estilo como Victoria Beckham, Karlie Kloss, Kendall Jenner o Kate Moss.

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Matchy-matchy, o los zapatos a juego con el outfit

El monocolor es uno de los looks más difíciles de conseguir porque a menudo los distintos tonos (de, por ejemplo, gris) colisionan unos con otros, o peor aún, son completamente idénticos y resulta dificilísimo evitar parecer demodé.

Melania Trump dominó este efecto a la perfección en la investidura de su marido como Presidente de los Estados Unidos, en un Ralph Lauren azul de pies a cabeza. Sin embargo, en la calle este estilo es otro cantar: si vas a vestir de un único color, zapatos incluidos, procura que el calzado sea siempre al menos un tono más oscuro que el resto del look.

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Una segunda opción es conjugar en un mismo estilismo prendas en un mismo color con zapatos ídem, pero con un efecto distintivo que los diferencie del resto. Por ejemplo, un dos piezas con falda y top péplum de crepé en color burdeos, y zapatos a tono pero metalizados. La textura es en este caso la que marca la diferencia, ya sea con un efecto metalizado, o contrastando el zapato con terciopelo o satén.

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El color nude funciona con todo

Como sucede con el resto de prendas del armario, los zapatos también cuentan con sus propios básicos: el calzado de color nude es uno de ellos y sino fíjate como funciona prácticamente con todo. Es la magia de los colores neutros: no compiten con ningún color, funcionan al lado del color que los pongas... incluso si es un abrigo tostado como el que lleva Scarlett Johansson, otro tono neutro con el que resulta imposible colisionar (al igual que el blanco).

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O todo lo contrario, con un 'vestidazo' rojo como el de Meghan Markle. El zapato pasa discretamente a un segundo plano, lleva todas las miradas directamente al vestido y además alarga visualmente la pierna. Cuando dudes qué zapato ponerte, elige siempre neutro.

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¿Y si lo que quieres es marcarte un 2x1 en colores neutros y matchy-matchy? Pues haces como Kate Moss, que para eso es la reina de las nuevas tendencias y los trucos de estilo exprés, mezclando distintas gamas de gris con mix de texturas, con minidress de línea sencilla, chaqueta de piel y zapatos de ante con puntera de cuero.

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Los zapatos a juego con UNO de los colores del outfit

Si una o varias prendas tienen muchos colores o estampados, lo mejor es elegir uno sólo de esos colores y apostar por él en los zapatos. Nos encanta el equilibrio sporty-chic de esta falda lápiz con volante en la cintura, sudadera de Kenzo y camisa blanca de cuello. El naranja dominante del logo es el que hilvana con las tobilleras de las sandalias, y da cohesión a todo el look. Parece un estilismo arriesgado pero si pones en práctica este sencillo ejercicio, funciona el 100% de las veces.

Importante: evitar repetir este color en el resto de accesorios, ya sea bolso, cinturón

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O estas sandalias en marrón con flecos, que combinan con algunos de los detalles estampados de un vestido de flores mostaza.

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O estas sandalias fluffy de color verde manzana, en el mismo tono que los brocados del pantalón pitillo.

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El zapato blanco

Especialmente si son botines, como los de estilo sixties con botones y tacón en bloque que lleva Alexa Chung, aunque también funcionan con un stiletto. Son una opción difícil pero lo cierto es que añaden una nueva dimensión chic y sofisticada a cualquier look, especialmente los más casuales, como un vestido pichi con camiseta.

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O unos sencillos vaqueros con americana. En ambos casos, el zapato blanco va a juego con otra de las prendas del look, por ejemplo una camiseta blanca, exactamente igual que haríamos eligiendo un solo color en un vestido con estampados.

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El zapato negro

Tanto el zapato blanco como el negro son los únicos que funciona siempre con un estilismo monocolor, sin tener que arriesgar con distintos tonos o superponer sombras para evitar que los colores colisionen entre sí. Karlie Kloss combina esta falda lápiz con jersey de cuello vuelto, todo en negro, con accesorios en el mismo tono: gafas de sol, bolso y zapatos planos con tiras cruzadas.

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Aunque el zapato negro funcione con todo, y es un clásico si queremos meter un accesorio potente a nuestro look (es el neutro de todos los neutros), combinarlo con otros complementos en el mismo color es siempre un acierto. Especialmente si queremos que una de las prendas, como esta camisa estampada con flores, haga pop sobre el resto.

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O buscamos darle protagonismo al mismo tiempo al vestido y al calzado pero sin que uno anule al otro, como este minidress de terciopelo rosa, con botas mosqueteras de ante. Todos los accesorios, una vez más, en negro.

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Los zapatos en colores complementarios

Si hablamos de colorblocking, el zapato es un accesorio fantástico para añadir colores brillantes a un look, o dar tono a un conjunto que ya de por sí lleve colores en bloque. Victoria Beckham arriesga (y gana), con este maxidress en color rojo combinado con una camisa azul (dos colores opuestos en el círculo cromático), con stilettos escotados en el empeine en color violeta, que es exactamente el color resultante de mezclar azul y rojo.

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Mezclando estampados con el outfit

Aunque parezca imposible, el resultado de mezclar distintos estampados entre vestido y zapato suele ser casi siempre un acierto, especialmente si elegimos colores apagados combinados con colores brillantes. Este estilismo de streetstyle mezcla una falda violeta con print floral con unas botas con efecto piel de serpiente en gris, y abrigo también en gris, un tono neutro que admite mezclas de fantasía.

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Las deportivas, mejor si son blancas o negras

Sobre todo si quieres incorporalas a un look casual, de calle, que no sea estrictamente deportivo. Las deportivas negras funcionan especialmente bien con faldas maxi y pantalones ajustados, y las blancas de tenis, con shorts y vaqueros.

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Cediendo el protagonismo al zapato

Es decir, con un zapato que se lleve todas las miradas, porque es muy bonito, muy de tendencia o tiene un color precioso que es imposible ignorar. Lo mejor en estos casos es bajar el volumen en el resto de prendas: unos mules en amarillo canario con vaqueros en azul denim clásico...

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... unos slippers de ante carmesí con vaqueros y blusa de rayas en azul y celeste...

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... unas sandalias-joya en verde aguamarina y azul cobalto con vaqueros clásicos y biker de borreguito...

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... o unos botines-calcetín de terciopelo azul joya, con pantalones cortos y camiseta blanca básica, como los de Kendall Jenner.

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