La prueba de que Beatriz de York podría haberle cogido un vestido a su tía, la condesa de Wessex

La nieta de la reina Isabel II llevó un vestido rosa empolvado del que se pudo haber enamorado hace un año en Ascot

Por Mara Mariño

No importa si se trata de una boda real, un evento o una velada con sus respectivas parejas, quienes siempre protagonizan alguna anécdota fashion son las princesas Eugenia y Beatriz de York. El segundo cumpleaños de su abuela, celebración conocida como Trooping the Colour, no ha sido la excepción a la norma y también han tenido un momento para demostrar que son de las que derrochan más estilo de la familia. Esta vez, ha sido la pequeña de las hermanas la que aparecía con un vestido muy particular que resultaba vagamente familiar por los característicos bordados de los brazos, un detalle de encaje que dejaba el lateral a la vista. Y es que su tía, la condesa de Wessex, llevó ese modelo hace más de un año para otra gran cita de la agenda royal. Viendo que la nieta de Isabel de Inglaterra lo lució en una ocasión tan señalada como el de este sábado, todo apunta a que la princesa se quedó prendada por el modelo en su día.

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El diseño rosa empolvado, unos colores que las mujeres de la Familia Real suelen llevar para estos actos -Kate Middleton por ejemplo escogió el amarillo poco saturado- era obra de Emilia Wickstead. Con el ribete en negro pertenece a la colección Resort 2018, una línea inspirada en el trabajo de Picasso (de ahí el toque arty de la manga). El modelo Dionne se puede encontrar todavía en algunas webs multimarca por un precio que ronda los 1.230 euros. El diseño de manga larga y cuello caja se ciñe a la cintura y tiene una falda con silueta en forma de 'A' de largo midi con vuelo gracias al evasé.

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Ya fuera porque ambas se hicieron con el mismo diseño o porque Beatriz de York hizo algo que nos une a la mayoría de mujeres, pedirle ropa a nuestras familiares más cercanas, lo cierto es que fue su tía quien primero lo lució en el torneo de Ascot de 2018. Ya que se celebró la inauguración el 19 de junio, puede que lo que realmente quisiera la Princesa fuera esperar a que pasara el suficiente tiempo como para evitar comparaciones poniéndoselo más adelante. Sin embargo, aunque el denominador común era el vestido de la firma especializada en alfombras rojas, cada una lo personalizó a su manera.

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Mientras que la mujer del príncipe Eduardo llevó un tocado de Jane Taylor a juego con el color del vestido, en rosa pastel, iba decorado con una filigrana negra a modo de bordado que recordaba a la manga del vestido. Su sobrina, en cambio, quiso darle un toque más juvenil llevándoselo a su terreno. Su elección no fue otra que un sombrero, el complemento favorito de Isabel II, que llevaba una flor blanca, un accesorio que se coordinaba con el de su hermana.