El fabuloso vestido de gala con el que Meghan Markle se salta sus propias reglas

La duquesa de Sussex ha renunciado a sus adorados diseños entallados de gala en favor de una creación de tul con silueta corola

Por Paula Callejo

La agitada agenda de los duques de Sussex en Oceanía nos está permitiendo descubrir en profundidad los detalles del estilo premamá de Meghan Markle en estas primeras semanas de gestación. La Duquesa ha demostrado con los más de veinte conjuntos que ha lucido en los últimos diez días que su característico bobret va a seguir impecable -aunque adaptado a sus nuevas curvas- durante los próximos meses. Hace unas horas asentaba las bases de sus looks para diario, y unos días antes deslumbraba con dos apariciones de gala dignas de alfombra roja en las que presumía de barriguita mediante vestidos entallados de líneas rectas. Sin embargo, su última elección para un evento de noche se aleja de esa silueta lápiz que tanto le gusta para acercarse más a la clásica y elegante estética de los años 50.

Una vez de vuelta en Sídney tras su visita a Fiyi y Tonga, la Duquesa ha vuelto a acaparar todas las miradas a su llegada al hotel Shangri-La, donde se celebraba la entrega de los premios Australian Geographic Society. Meghan, que ha entregado uno de los galardones, ha cambiado de registro esta vez y ha renunciado a sus diseños entallados en favor de un vestido bailarina de Oscar de la Renta. El cuerpo de este diseño, sin mangas y entallado hasta la cintura, está cuajado de originales bordados negros en forma de pájaros, que se disuelven en un efecto degradado a su llegada a la voluminosa falda blanca evasé confeccionada a base de numerosas capas de tul. También resulta especialmente llamativo el escote, que simula ser asimétrico gracias a un 'efecto tatuaje', es decir, una base de gasa prácticamente invisible sobre la que se han cosido estas aves.

Este tipo de delicadas creaciones tan características de la casa de moda de origen dominicano son una novedad en el vestidor de la esposa del príncipe Harry, puesto que no suele escoger piezas bordadas ni con este tipo de siluetas o tejidos. De hecho, ni siquiera vimos tul o encajes en su vestido de novia, que contaba con una estética más sobria. Sin embargo, Meghan Markle demuestra así que, pese a lo acertado que es su característico estilo, también sabe salirse de su zona de confort y acertar con diseños diferentes. En lo que no ha innovado ha sido en cuanto al calzado, puesto que ha completado su look con sus inseparables salones destalonados modelo Deneuve Bow Pump de la firma Aquazzura, que le ayudan a disimular que los escoge de una talla más que la suya.

Esta silueta corola que popularizó Christian Dior en los años 50 y la combinación de los tonos blancos y negros en ella recuerda inevitablemente a diseños que vistieron grandes actrices de la época dorada de Hollywood como Audrey Hepburn en Sabrina o Grace Kelly en la ventana indiscreta. De hecho, el vestido de ésta última resulta muy similar al que luce Meghan,