Ayer, a las 20:00 horas de la noche, los reyes de España organizaron una cena de gala en honor del presidente de la República Federal de Alemnia, Frank-Walter Steinmeier, y la primera dama, Elke Büdenbender. Fue una noche fastuosa, brillante y anecdótica, en la que gran parte de las miradas estaban puestas en la reina Letizia, sobre todo, para descubrir todos los detalles de su look con tiara. Y no defraudó, pues la esposa del rey Felipe VI estaba impresionante con su elegante elección.
La noche en que volvió la tiara de Cartier
En concreto, doña Letizia quiso estrenar un vestido negro de efecto Wow, que presentaba un sofisticado escote cuadrado, hombros de pedrería que realzaban su figura, espalda descubierta y falda larga con ligera cola. Firmado por Carolina Herrera, sello del grupo español Puig en el que deposita gran confianza estilística, lo acompañó de la tiara de Cartier de diamantes y perlas, que no llevaba desde 2018. Sin duda, su look de gala será uno de los más recordados, aunque ella no fue la única presente al banquete real que captó la atención de los amantes del mundo de la moda, pues, entre las invitadas de la noche, también se encontraba Ana Botín que volvió a conseguir destacar con su elegancia equilibrada.
Ana Botín, una de las mujeres más elegantes
Allá donde va, Ana Botín hace honor de ser considerada una de las mujeres más elegantes de España. La presidenta del Grupo Financiero Santander arriesga, pero de forma sosegada a la hora de confeccionar su imagen. Así lo demostró la pasada noche en la cena de gala celebrada en el Palacio Real de Madrid. Allí, hizo un guiño a una de las tendencias que está arrasando en los armarios de las royals europeas, apostar por el color burdeos. De Máxima de Países Bajos a Carolina de Mónaco, sin olvidar a la mismísima reina Letizia, todas han vestido esta tonalidad poderosa, pero más relajada que un vibrante rojo.
El color burdeos que gusta a las royals
En concreto, Ana Botín optó por lucir un brillante vestido burdeos que estaba completamente cuajado de lentejuelas, presentaba un profundo escote redondo y no tenía mangas, sino anchos tirantes. Buscando un toque más distinguido y menos festivo, optó por cubrir sus hombros y pecho con una estola de piel negra que anudada en la parte frontal y que se coordinaba con sus medias semitransparentes y sus zapatos de altísimo tacón y plataforma. Eso sí, la innovación se apoderó de ella a la hora de elegir su bolso, pues se decantó por un modelo en vibrante rosa chicle que recreaba una enorme flor con suntuosos pétalos. En cuanto a sus joyas, busco piezas con mucha personalidad, una gargantilla moteada con diamantes en disposición animal print y unos pendientes a juego.








